Quien atraviese arnedo en coche puede llevarse la impresión de que es una población moderna, llena de fábricas de calzado y grafitis espectaculares. Tiene esas dos cosas, es verdad, pero también un casco antiguo notable, con castillo, tres iglesias y vecindario troglodita. Para dar con este otro Arnedo misterioso y rupestre, solo hay que seguir las señales hacia las Cuevas de los Cien Pilares. Son un complejo laberíntico de cuatro plantas, asombroso, que albergó un monasterio en el siglo XI, el de San Miguel, luego fue ocupado por docenas de viviendas y acabó convertido en un rascacielos para palomas, como evidencian sus paredes llenas de nidales. En la Edad Media, la inseguridad en los valles obligó a sus habitantes a buscar refugio en la montaña o, mejor aún, bajo ella. Ese fue su origen.
Aunque ya estaban abiertas y bien acondicionadas para la visita, las cuevas se han ampliado recientemente con tres espacios tematizados. Además de esto, se visita el Centro de Interpretación de la Vida en las Cuevas, donde hay una casa-cueva rehabilitada con todo detalle, y conoceremos que en algunas como esta aún vivían en Arnedo dos centenares de familias a mediados del siglo XX.
Justo enfrente se alza el castillo, que ofrece una vista aérea del antiguo Arnedo, apiñado en la ladera, y del moderno, a orillas del Cidacos. Del ribereño, lo que llama la atención son ocho grandes pinturas murales. Como aquella de 210 m2 que rinde homenaje a las arnedanas que han trabajado y trabajan en el sector del calzado, en la calle Este, esquina San Blas. Y es que aquí se fabrican cada año suficientes pares de zapatos para calzar a los habitantes de las doce ciudades más pobladas de España. Hay numerosas fábricas, outlets, un hotel temático e incluso un museo.
Un segundo mural impresionante es aquel enorme Harry el Sucio que apunta con una cámara Super 8 en la calle León Gentico, que fue pintado con motivo del 20 aniversario del festival de cine Octubre Corto. Ya que hablamos de cine, a 200 metros está la antigua sala del Nuevo Cinema, reconvertida en oficina de turismo. Y en la acera de enfrente, delante del teatro Cervantes, el Bulevar del Calzado, un paseo de la fama donde han dejado impresas las huellas de sus pies personajes famosos.
Tapeando a mediodía por el paseo de la Libertad, veremos otro mural llamativo que representa la fachada de la taberna de Moe, la de los Simpson. En este paseo, más conocido como la calle de los bares, podemos degustar la gordilla, una tripa de cordero lechal que se deshace en la boca. Y si somos más de dulce, comprar los típicos fardelejos en las confiterías de la calle principal de Arnedo.
Después de comer, lo mejor es pasear o pedalear por la vía verde del Cidacos, el trazado de un antiguo tren de vía estrecha que subía por el valle del río homónimo desde Calahorra. De Arnedo a Arnedillo, final de la vía, hay doce kilómetros de recorrido a través de una orografía de peñas rojizas, bajo un cielo lleno de buitres. Y en Arnedillo, para recuperarse del esfuerzo, aguas termales que inundan tres pozas en la orilla del río y un balneario.
Valle arriba, está Enciso, lugar famoso por las huellas de dinosaurios que se conservan en numerosos yacimientos. Espectacular el de La Virgen del Campo, donde se distinguen 500 icnitas, señales de actividad de bivalvos y gusanos, indicios de un terremoto… Además, se aprecian las huellas de un dinosaurio carnívoro que salió al encuentro de otro herbívoro, cabe suponer que no para jugar, sino para comérselo.
No dejes de...
Comprar en los outlets de Arnedo. La ciudad del calzado de La Rioja, donde se fabrican diez millones de pares al año, es la cuna de marcas como Chiruca, Victoria, Callaghan, Pitillos, Fluchos… Saliendo hacia Logroño, en el polígono El Raposal, se halla el Arnedo Shopping Factory, el mayor outlet de calzado del norte de España, con 30 naves donde podemos adquirir todo tipo de modelos.
Guía práctica
Guía práctica