El placer de caminar sin rumbo, de perderse por sus calles y admirar los pequeños detalles que dan forma a la esencia de un lugar, debería de ser obligado siempre que se visita un nuevo destino. Mucho más, si el pueblo en cuestión decidió transformar su casco antiguo hace años peatonalizando 120 calles y transformándolas en un vergel repleto de fuentes, macetas floridas y plantas. Hablamos de Estepona, la localidad malagueña popularmente conocida como «el Jardín de la Costa del Sol».
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Por eso mismo iniciamos esta ruta directamente en su corazón: la plaza de las Flores, epicentro de la vida esteponera que concentra en una sola imagen lo que veremos repetido en cada esquina. El tráfico brilla por su ausencia. En su lugar, escenas tradicionales ya olvidadas vuelven a recuperar todo el sentido, desde niños jugando a la pelota despreocupadamente a vecinos charlando a la fresca en la puerta de sus casas. La vuelta a las raíces más auténticas.
Precisamente en la plaza, presidida por una deslumbrante fuente, se halla la oficina de turismo, que ocupa la Casa de las Tejerinas, una construcción del siglo XVII de la que destacan, entre otros detalles, su patio central rodeado de columnas. De nuevo en el exterior, sobre el adoquinado y repartidos por todo el espacio, decenas de veladores tientan a sentarse y disfrutar de un refrigerio, aunque antes tocará descubrir las bondades de la localidad.
A solo unos pasos, la Torre del Reloj, que destaca con su fachada en tonos rosados, relata su historia, pues fue la única parte de la antigua iglesia de los Remedios que sobrevivió al terremoto de Lisboa de 1755. Un par de esquinas más allá es la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios la que aparece, y no muy lejos, los restos de una torre romana con forma octogonal con más de 1600 años. También sin salir del casco antiguo, la parte que se ha logrado recuperar de la muralla del antiguo castillo de San Luis pone fin a la ruta puramente histórica. Mandado construir por los Reyes Católicos como elemento defensivo, es testigo del pasado medieval de la localidad.
Visita uno de los cascos antiguos más pintorescos de la Costa del Sol con un free tour por Estepona. Conocerás la historia y principales atractivos de esta localidad malagueña.
Sin embargo, donde realmente quedaremos embaucados, será en ese laberinto de calles y pasajes en los que el tiempo parece detenerse. La plaza de Juan Bazán o los pasajes de Alicia Padierna y María Cintrano nos invitan a reducir el ritmo, a respirar profundo, a contemplar esas más de 10.000 macetas que decoran el centro urbano y a intentar conservar en la retina las singulares estampas esteponeras, que concentran la esencia del lugar.
CON EL ARTE URBANO POR BANDERA
Más allá de sus reclamos patrimoniales, hay otra cosa de la que Estepona presume abiertamente, y es de pelear por un presente abierto y cosmopolita. Tanto es así que, en la última década, sus calles se han plagado de arte urbano. Mientras se recorren sin rumbo sus calles y cuestas, sus plazoletas y floreadas esquinas, sorprenden los singulares murales que decoran las fachadas de los edificios más inesperados. Nada menos que 62 obras de arte creadas por artistas de todos los rincones del mundo.
Para no perderse ninguna de ellas, lo mejor es hacerse con el mapa guiado disponible en la oficina de turismo. También aquí informan sobre la ruta de las esculturas, que anima a hacer el recorrido en busca de las figuras y bustos decorativos desplegados por todos los rincones, y la de los poemas. Azulejos con más de 40 poesías en diferentes idiomas, con autores como Machado, Alberti, Shakespeare o Rocío Bazán, aparecen en los lugares más insospechados del pueblo, dotando de más cultura, si cabe, a Estepona.
De arte, aunque algo más natural, está cargado el que se ha convertido en otro de los grandes atractivos de la localidad desde su apertura en 2015: el Parque Botánico y Orquidario (orquidariumestepona.com). Con 1000 metros cuadrados de superficie y más de 1500 especies de orquídeas –en total, más de 4000 ejemplares vivos– es el orquidario más grande de Europa, y acceder a él es disfrutar de un auténtico espectáculo. Para empezar, por el universo tropical que se recrea en su interior, con increíbles jardines verticales, cascadas e incluso un estanque de nenúfares. Pero, además, por las tres imponentes cúpulas que coronan el espacio. La más llamativa, de 30 metros de altura, supone un atractivo para los visitantes incluso desde el exterior.
Antes de continuar, ahora sí, es tiempo para la gastronomía. Una cocina con sabor a mar que se luce en lugares como la vinoteca y gastrobar La Casa del Rey (lacasadelreyestepona.com). Tras sus fogones se halla el chef David Teijido, que da forma a una carta en la que elegir entre pinchos, tostas, raciones para compartir o platos principales: el timbal de morcilla, la gilda o el bacalao al pil-pil son acierto seguro. Para maridar, más de 120 referencias de vino recomendadas por el sumiller Jesús Vilchez, que también capitanea las catas guiadas organizadas una vez a la semana en el local.
EL MAR, SIEMPRE EL MAR
Que no se nos olvide, estamos en el litoral de Málaga, un enclave privilegiado de clima mediterráneo gracias a la perfecta combinación entre mar que baña sus costas y el Paraje Natural Los Reales de Sierra Bermeja. ¿Qué quiere decir esto? Que las temperaturas suaves, con termómetros que rondan los 25 grados, incluso en invierno. Un edén para los amantes del sur ¡y del buen tiempo!
Y si hay que hablar de playas, se habla, que por aquí saben bastante. Empezando por una de las más populares, la de La Rada, a la que se accede caminando desde el centro histórico en apenas cinco minutos. Una playa urbana de arenas doradas y aguas calmadas que cuenta con todas las facilidades imaginables, desde duchas y baños, a chiringuitos con vistas al azul intenso del mar.
Un buen lugar para hacerlo es Paraíso del Mar Beach Bar, en la playa de la Rada, donde catar el mar con unos ricos espetos de sardina, unas puntillitas o unos calamares. Si apetece un ambiente más chill out, habrá que coger el coche. En Salduna Beach (saldunabeach.com) o en el siempre ambientado Sonora Beach (sonorabeach.es) los cócteles podrán alternarse con algo de cocina mediterránea mientras los mejores dj´s amenizan la velada poniendo banda sonora a la puesta de sol. Un fin de fiesta más que merecido a la jornada.
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UN DESCANSO CON ESTILO
A escasos 15 minutos del corazón de Estepona se halla uno de los referentes hoteleros de la Costa del Sol: el Anantara Villapadierna Palace Resort (anantara.com). Con 132 habitaciones, suites y villas decoradas en un estilo clásico y elegante, la estancia se debatirá entre descansar en sus cómodas camas, darse un baño en su piscina custodiada por esbeltas estatuas de mármol, o caer rendidos –pero de verdad– ante los masajes con los que miman en su spa. Con más de 1200 obras de arte originales repartidas por sus diferentes estancias, en este hotel de la famosa cadena tailandesa apuestan también por los placeres más mundanos, como comer en La Loggia, su restaurante insigne, deleitándonos con los sabores del sur mientras disfrutamos de las vistas a uno de los tres reputados campos de golf que rodean el hotel.
Algo más cerca del casco urbano y en primera línea de playa, otro clásico de la Costa del Sol en el que alojarse es el Kempinski Hotel Bahía Estepona (kempinski.com), un 5 Estrellas GL con amplias habitaciones y suites con vistas al mar, tres piscinas al aire libre y hasta cuatro propuestas gastronómicas. Tomar el sol mientras se disfruta de un banquete basado en los sabores del mar, aquí, es posible. También el exclusivo Ikos Andalusia (ikosresorts.com) es una opción: abrió sus puertas en 2019 en Estepona, siendo el primer 5 Estrellas Todo Incluido que se establece en España. Un alojamiento estiloso de lujo y hospitalidad mediterránea a orillas de la playa de Guadalmansa, con casi 400 habitaciones y suites, numerososos restaurantes, piscinas cubiertas y al aire libre y el Ikos Spa by Anne Simomin Paris, en el que revitalizar cuerpo y espíritu.