El flamante nuevo pueblo mágico (pueblosmagicos.es) ofrece un interesante menú para ir degustando bocado a bocado. Empezaremos por su monumento más importante: la colegiata de Santa María la Mayor. Junto al mirador de El Espolón sobre la vega del Duero contemplamos esta joya de transición del románico al gótico que deslumbra, al primer vistazo, por su portada de la Majestad, prodigio de la iconografía medieval llena de figuras y personajes que justificarían por sí sola la visita a Toro. Ya dentro, entre la gran cantidad de obras de arte que guarda, nos quedamos con el cuadro de la Virgen de la Mosca, que se encuentra en el Museo de la Sacristía, y con la panorámica que regala su torre, después de hacer el esfuerzo de subir los 138 peldaños de una escalera de caracol.
Pero en esta localidad zamorana, a 33 kilómetros de la capital provincial, la cosecha de monumentos es tan sustanciosa como suele ser cada año la del vino, y tiene su explicación, pues la ciudad jugó un importante papel en diferentes episodios de la historia de los viejos reinos de León y Castilla que la han adornado de monasterios, iglesias, torres, soportales, castillos y bodegas.
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El paseo por su callejero medieval debe comenzar en la oficina de turismo, situada en el interior del alcázar, en uno de los extremos del paseo del Espolón. Y a partir de ahí elegir el itinerario a seguir. Entre su menú de visitas disponibles están las guiadas, que incluyen espacios únicos como la plaza de toros, una de las más antiguas de España, o el teatro Latorre, referentes de la rica vida cultural y festiva de Toro.
Si preferimos descubrir Toro por libre, combinando visitas a monumentos y paradas para degustar la gastronomía local, especialmente quesos zamoranos y buenos vinos por el entorno de la plaza Mayor, existe la posibilidad de adquirir un bono con derecho a entrar en cinco de sus templos principales: la colegiata y las iglesias de San Salvador –mudéjar y con un museo de arte sacro–, San Sebastián de los Caballeros, el Santo Sepulcro –en la plaza Mayor– y San Lorenzo el Real, cada uno de ellos, para no perder detalle, con su correspondientes audioguías (torosacro.com. Precio: 5 €).
Al margen del bono, aunque no de las visitas recomendadas, quedaría el monasterio del Sancti Spiritus, en el que venden unos deliciosos dulces. Y también conventos, palacios señoriales, el puente Mayor, el más antiguo de los que cruzan el Duero, el verraco celtibérico y numerosos restos de la muralla que la ceñía en otro tiempo. Sobre una de sus puertas, la del Mercado, se levanta la torre del Reloj, emblema de la ciudad y protagonista de una leyenda que asegura que sus piedras se sujetan gracias a una argamasa hecha no con agua ¡sino con vino!
Leyendas aparte, el vino más que unir piedras es una de las grandes razones que hacen de Toro el nuevo Pueblo Mágico 2022. Y para adentrarse en su universo hay que comenzar por visitar las instalaciones de Pagos del Rey Museo del Vino (pagosdelreymuseodelvino.com), en la localidad de Morales de Toro, en cuya sala de crianza reposan 2000 barricas de robles francés y americano. Y continuar después haciendo una ruta por las bodegas tradicionales de Toro que horadan el subsuelo de la ciudad, y así tener una idea de la importancia que este cultivo ha tenido a lo largo de su historia. Desde la oficina de turismo se ofrece un recorrido guiado por tres de las más representativas: la del Ayuntamiento, la de la Cámara Agraria y la bodega del Palacio de los Condes de Requena. Una completa visita que viene a demostrar, una vez más, que Toro es mágico.
DÓNDE DISFRUTAR DE LA BUENA MESA
En el restaurante Castilla (todoentoro.es), para degustar platos típicos con toques de diseño e innovación. Una estupenda opción para comer de raciones en una esquina de la plaza Mayor es La Esquina de Colás (tel. 980 69 31 31). De cocina castellana, Los Bocoyes (hotelesentoro.es), con buenas vistas a la vega toresana, y Bodega Divina Proporción.
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Y DE UN MERECIDO DESCANSO
La experiencia más completa se disfruta en Valbusenda Hotel Bodega & Spa, a 10 kilómetros de Toro, un complejo enológico rodeado de viñedos con lujosas habitaciones y suites, bodega, restaurante de vanguardia, vinoterapia y spa. Dos buenas opciones en el casco histórico son Palacio Rejadorada (palaciorejadorada.com), un viejo palacio rehabilitado, y Juan II (hotelesentoro.es), con vistas a la colegiata y a las tierras que baña el Duero.