La ciudad más fuerte de la Bética, en palabras del emperador Julio César, aspira estos meses a convertirse en Patrimonio Mundial de la Unesco. Presume para ello de un conjunto histórico único, y alardea, además, de esparcir su blanco caserío en un altozano, desde donde se domina el valle del río Corbones, un paisaje infinito de cereales y olivar
Carmona se distingue desde mucho antes de alcanzar sus puertas. A tan solo 30 kilómetros de Sevilla, la ciudad está encaramada a un cerro sobre un valle abierto y luminoso. Ese aire altivo, de atalaya, ha condicionado su carácter. Roma la pontificó como una de las ciudades más importantes de la Bética. Los musulmanes levantaron sobre los pilares del Imperio castillos a modo de marca y frontera, y, una vez conquistada, las artes cristianas del Renacimiento y el Barroco adornaron sus palacios e iglesias.
La ciudad se abre a través de puertas monumentales. La más conocida y transitada es la Puerta de Sevilla, protegida por un alcázar que es oficina de turismo, centro de interpretación de la historia local y un enclave único para pasear por su camino de ronda, sus adarves y torreones, desde donde se distinguen los campanarios de las iglesias barrocas que dan nombre a los barrios de la ciudad.
Se diría que Carmona es un inmenso plató cinematográfico para aquellos directores y productores que busquen la autenticidad estética sureña. Esa certeza anima a perderse por sus calles estrechas y encaladas, plazas íntimas y miradores que se asoman al valle del Corbones. Una calle señorial, un catálogo de casonas decimonónicas, asciende hasta la plaza de San Fernando, que tiene algo de ágora mayor castellana. Muy cerca está la plaza de abastos, con el mismo aliento arquitectónico.
Pero la esencia de Carmona es inequívocamente andaluza. Sus calles empedradas conducen a palacios de la vieja aristocracia, con patios donde no falta un pozo de agua fresca, la sombra generosa del limonero y el perfume del jazmín. Próximos a la plaza de San Fernando se hallan los conventos de Santa Clara y la Concepción, en cuyos obradores se hornean dulces deliciosos. Los barrios de San Felipe y San Blas son como pueblos blancos, con personalidad propia, una iglesia y un conjunto de calles que conducen a sendas plazas adornadas en primavera por la flor del azahar.
En el ayuntamiento de Carmona se exhibe uno de los mosaicos romanos que dieron fama a la ciudad. La iglesia prioral de Santa María abre sus puertas calle arriba, sobre los cimientos de la mezquita aljama y la memoria del foro romano. El viejo alminar es hoy campanario y el patio de abluciones, un rectángulo de piedra, naranjos y cielo. Por dentro, Santa María es gótica, elevada y poderosa. El Museo de Carmona, instalado en el palacio del Marqués de las Torres, atesora la rica historia local y es, en sí mismo, una pieza exquisita.
La cima de Carmona la ocupa el Parador y los restos del primitivo alcázar de Pedro I, apodado el Cruel, que hizo de este lugar una de sus principales moradas. Frente al valle se alza la Puerta de Córdoba, entrada y salida de la ciudad hacia la vega y los alcores. Sus pilares son romanos, pero su estética es neoclásica. Y a sus pies, dando la bienvenida o diciendo adiós, las ermitas de San Mateo y de Nuestra Señora de Gracia. A la patrona de Carmona rara vez le faltan flores frescas en el altar, es el lugar donde los viajeros posan sus buenos propósitos.
No dejes de...
Descubrir la Necrópolis de Carmona. Aunque la primera memoria de la localidad se remonta a la Edad del Cobre, los cartagineses primero y los romanos después levantaron una de las urbes más prósperas de los primeros tiempos de nuestra era. De época del Imperio son las tumbas del Elefante y Servilia (en la imagen), dos de los yacimientos más visitados a las afueras de la ciudad. Junto a ellas destaca el trazado de la Vía Augusta, el itinerario que unía Córdoba y Sevilla con las demás ciudades de Hispania.
Guía práctica
Guía práctica
Cuándo ir
Los meses de invierno son una buena época, ya que en esta zona los fríos no son tan rigurosos como en otras del norte andaluz. La primavera y el otoño también resultan agradables. Es mejor evitar el verano debido a las altas temperaturas que se registran en los alcores sevillanos.
Como llegar
La ciudad de Carmona se halla a un lado de la autovía de Andalucía. A solo 20 kilómetros del aeropuerto de Sevilla y a una treintena de kilómetros de la estación del AVE.
Qué ver
ALCÁZAR DE LA PUERTA DE SEVILLA. Acoge el Centro de Recepción Turística y es un interesante punto de partida para conocer Carmona desde un punto elevado. Ofrece la posibilidad de subir hasta los torreones y pasear por el camino de ronda (2 €). CONVENTO DE SANTA CLARA. La visita incluye el museo, la iglesia, el coro, el claustro y la torre-mirador (clarisascarmona.com). Entrada: 2 €. Sus dulces se venden a través del torno (tel. 954 12 21 02). IGLESIA DE SANTA MARÍA. Máximo exponente de la arquitectura religiosa de Carmona. De estilo gótico, las capillas que abren a sus lados toman el nombre de las familias importantes que las promovieron. De interés, el retablo mayor, la sacristía, la talla de la Virgen de Gracia, patrona de la ciudad, la bóveda estrellada del cimborrio, el calendario litúrgico visigótico grabado en una columna del patio y las pinturas de Zurbarán y Bocanegra en su sala de exposición permanente. MUSEO DE LA CIUDAD. Instalado en el palacio del Marqués de las Torres, es un resumen histórico de las numerosas culturas que han enaltecido la ciudad. (museociudad.carmona.org). Entrada: 2,50 €. ALCÁZAR DE ARRIBA. En el punto más alto de Carmona, con espectaculares vistas. Se accede al conjunto por un doble arco de herradura. En el patio de armas está instalado el Parador. RUTA DE CINE. Discurre por la ciudad antigua y rememora las películas rodadas aquí, desde Manolete a Carmen o Nadie conoce a nadie.
Dónde dormir
PARADOR DE CARMONA (Carmona, parador.es). Se halla al lado del alcázar del rey Pedro I.Sus habitaciones miran hacia el valle del río Corbones. La decoración neomudéjar se admira en los salones y patios. Posee una bella piscinasituada a los pies del edificio. ALCÁZAR DE LA REINA (Carmona, alcazar-reina.es). Abre sus puertas en un edificio de estilo mudéjar muy cerca de los principales atractivos monumentales de la ciudad. Clásico, amplio, bien dotado, con piscinade verano, comedor de cocina tradicional y bar típico. CORTIJO DE SANTA CLARA (Carmona, cortijosantaclara.es). Situado a las afueras de la ciudad, en una amplia finca, ofrece casitas individuales, zonas comunes decoradas con gusto y piscina de temporada.
Dónde comer
LA ALMAZARA DE CARMONA (Carmona,tel. 954 19 00 76). Antiguo molino de aceite en la popular calle de Santa Ana donde se ofrece cocina tradicional con toques de modernidad. Especialidades en carnes rojas y asados. Carta de vinos llena de referencias de los marcos de Jerez y Montilla. LOLITA FUSIÓN (Carmona, lolitafusion.es). Comedor joven, atrevido y valiente que bajo un respeto absoluto a la tradición reinventa con acierto platos tradicionales de la cocina popular sevillana.Barra, tapeo gourmet y una carta de vinoscon títulos atrevidos. MOLINO DE LA ROMERA (Carmona, molinodelaromera.es). En una vieja almazara árabe, su carta se basa en las carnes a la brasa y los asados al horno de leña. Postres de la repostería conventual local. Buena carta de vinos.
Más información
TURISMO DE CARMONA, turismo.carmona.org; TURISMO DE SEVILLA, turismosevilla.org