En la montaña, junto al mar, rodeados de olivos…, España está llena de localidades rebosantes de encanto, pero muchas de ellas emanan una magia especial, ya sea por su calidad de vida, su gastronomía o su patrimonio artístico, natural y vital.
Hasta 87 Pueblos Mágicos (pueblosmagicos.es) forman la red que pone en valor sus recursos e impulsa su desarrollo turístico local y de ellos nos quedamos hoy con estos del sur que quizá no son los que aparecen en todos los rankings.
CORTEGANA, HUELVA
La ruta por la tierra del jamón ibérico onubense tiene parada en este bonito pueblo del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche que se advierte desde muy lejos. Aquí se viene buscando, sobre todo, saborear un exquisito jamón y se descubre su monumental iglesia del Divino Salvador, sus casas mudéjares, sus ermitas, una singular plaza de toros y su altivo castillo, que fue primero una inquebrantable fortaleza árabe y luego residencia cristiana.
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LA CALAHORRA, GRANADA
Si hay una postal de este mágico pueblo de la comarca de Guadix es la de su castillo señorial levantado por la dinastía de los Mendoza. Por fuera parece una fortaleza inexpugnable, por dentro, un palacio renacentista en el que trabajaron decenas de artistas italianos y con un suntuoso patio interior de mármol de Macael y una escalera imperial de Carrara. Próximo a La Calahorra está el puerto de la Ragua, la entrada más desconocida de Sierra Nevada, a 2000 metros de altura y nexo de unión entre la comarca de Guadix y las Alpujarras.
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COMARES, MÁLAGA
Vides, algarrobos y almendros rodean este bonito pueblo-balcón de La Axarquía aupado sobre la cima de una montaña de piedra, que en otro tiempo fue una inexpugnable defensa natural. De la que fue su antigua fortaleza conserva dos torreones, pero intramuros es un lugar delicioso para pasear entre paredes encaladas, floridas y decoradas con imágenes, arcos árabes y asomarse a sus miradores. Los más atrevidos pueden aventurarse por alguna de las vías ferratas del municipio o vivir la increíble experiencia de descender en la tirolina más larga de España.
CHIPIONA, CÁDIZ
Cuatro años fueron necesarios para poner en pie el faro más alto de España, icono de la localidad, que también es el tercero mayor de Europa y el quinto del mundo. Su ubicación no fue un capricho, pues marca la entrada del río Guadalquivir. Desde sus 69 metros de altura, que se alcanzan después de subir 322 escalones, se divisa una bonita panorámica. A Chipiona también se va a disfrutar de sus playas, a visitar el famoso santuario de la Virgen de Regla, la iglesia de Nuestra Señora de la O, el castillo, sus famosos corrales de pesca y también su entorno natural, rodeada como está de dunas y bosques de pinos.
IZNÁJAR, CÓRDOBA
En las aguas del mayor embalse de Andalucía se refleja el blanco y apretado caserío de este mágico pueblo elevado sobre un cerro en una auténtica península. Sus callejuelas empinadas llevan a estrechas plazas, al castillo que corona el barrio de la Villa y a la iglesia de Santiago –sus dos grandes monumentos– y a miradores naturales abiertos a un paisaje de agua, valles y olivos.
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VILLALUENGA DEL ROSARIO, CÁDIZ
De los pueblos blancos gaditanos y hasta de Cádiz, Villaluenga se lleva la palma por ser el más pequeño (no llega a 500 vecinos), pero, a cambio, tiene una ubicación sobresaliente, pues es también el de mayor altura de la provincia, y de lo más coqueto, con sus empinadas calles, sus casas con paredes encaladas y macetas de colores y la antigua iglesia del Salvador en lo alto, que pese a ser una ruina, acoge uno de los cementerios más bellos de nuestro país.
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TRÉVELEZ, GRANADA
Conduciendo por las carreteras de montaña de la Alpujarra se llega hasta este pueblo encaramado a las faldas del Mulhacén, a casi 1500 metros de altura. Trevélez tiene el honor de ser el pueblo más alto de España, repartido en tres barrios, Alto, Medio y Bajo, pero es en el primero de todos donde abren sus puertas los secaderos de jamones donde estos se curan al viento de la sierra.
IZNATORAF, JAÉN
Nos situamos en el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, y concretamente en esta última, porque es aquí donde se sitúa este mágico pueblo de nombre y origen árabe que más parece una atalaya sobre campos de olivos, a los que debe su vida y su sustento. Tras cruzar la muralla hay que perderse por las retorcidas y estechas callejas de su conjunto histórico, con casas blancas medievales a rebosar de plantas, flores y fuentes que evocan su pasado musulmán hasta alcanzar la plaza de San Fernando, donde se levanta la iglesia y la torre del Reloj.
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UTRERA, SEVILLA
Cerca de la capital sevillana, en plena campiña encontramos Utrera, un pueblo de calles blancas típicamente andaluzas y larga historia. Las plazas del Altozano y la Constitución son el punto de partida para un paseo que recorre las casas-palacio que se levantan en los barrios de Santiago y Santa María, la antigua judería, iglesias como las de San Francisco y Santiago el Mayor, y el castillo árabe, que conserva su torre del homenaje y su plaza de armas. De toros bravos, cría caballar, cantes flamencos y gastronomía también saben mucho por estas tierras.
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CANILLAS DEL ACEITUNO, MÁLAGA
Entre la tierra parda y el verde de los pinos y olivos de alta montaña relumbra este pueblo de fachadas blancas y origen morisco que, junto a Sedella, es uno de los más encantadores de la Axarquía. Además de una carretera, les une la ruta de El Saltillo, una de las etapas más emocionantes de la Gran Senda de Málaga, que salva el profundo desfiladero por donde descienden las aguas del río Almanchares. El recorrido son 8 kilómetros que se hacen por libre y el gran atractivo es su puente colgante a 70 metros de altura.