Nos situamos en Puigpunyent, un bonito pueblo del interior de Mallorca, a 20 minutos de Palma, porque es en él donde comienza el viaje a este eco retiro puramente mediterráneo. Después de conducir 6 kilómetros por una sinuosa carretera llegaremos a la entrada de esta antigua finca de 260 hectáreas situada en el corazón de la sierra para disfrutar de una nueva experiencia en contacto absoluto con la naturaleza.
Visto con distancia, LJs Ratxo (ratxo.com) es como un pequeño pueblo de montaña, con distintas construcciones de arquitectura local unidas y revestidas de la tradicional piedra vista mallorquina. Ya a sus puertas, nos recibe el sonido del agua, que baja de las alturas canalizada por el antiguo ratxó y da vida a este retreat a los pies del puig de Galatzó, una de las montañas más emblemáticas de la isla.
El buen gusto mallorquín, la esencia mediterránea y el ambiente hogareño inundan todos los espacios, desde sus 25 habitaciones, repartidas por los distintos edificios, a sus restaurantes y las terrazas abiertas a una gran piscina con cascada. Pero si hay una palabra que define al que aspira a ser el hotel de lujo más ecológico del Mediterráneo es la sostenibilidad. Tras este proyecto está la familia Fluxá Cross, que pone en valor la otra Mallorca, la más verde, inexplorada y desconocida.
MEJOR LUJO COMPROMETIDO
En plena sierra de la Tramuntana, protegida como Patrimonio de la Humanidad, LJs Ratxó nació hace pocos meses con un plan de gestión sostenible global, que ha conseguido ya sus primeros logros y se ha ganado ser elegido recientemente «Mejor lujo comprometido de Mallorca» en los Premios Essentially. Aquí se hace un uso racional del agua, se han eliminado los plásticos de un solo uso, la iluminación es LED, las sombrillas que iluminan el restaurante tienen placas solares, los menús están basados en los productos de cercanía, la limpieza de las instalaciones se realiza con productos eco-friendly, los empleados viven en su mayoría en la zona, se reutiliza la madera del entorno y se usan tazas en el desayuno elaboradas a partir de granos de café.
A estos retos se suman otros en desarrollo: la limpieza de los bosques, la recuperación de la vegetación y fauna autóctona –la misma propiedad gestiona la ReservaPark de Puigpunyent–, el transporte de los clientes en coches eléctricos o híbridos, la reducción de basura o la instalación de energías renovables. Para Eduardo Salazar, director de operaciones del grupo LJs Group, «sabemos que llevará tiempo conseguir completar el proyecto, pero es nuestro compromiso con el futuro». En breve, nos cuenta, cada habitación dispondrá de una tablet con toda la información sobre el hotel, los servicios a su disposición y prensa internacional para descargar, también contaremos con una biblioteca sobre la Tramuntana y máquinas ecológicas en el gimnasio impulsadas por agua. Pero también quieren que el propio cliente forma parte del proceso sostenible, de ahí su invitación a plantar nuevas especies en el huerto o a bautizar un árbol de la finca con su nombre.
ME TIME, EL NUEVO LUJO
LJs Ratxó ha hecho suyo el concepto Me time, que no es más que el espacio y tiempo que nos dedicamos a nosotros mismos. Por eso, experiencias aparentemente sencillas como dar un paseo por la naturaleza, leer libros que teníamos pendientes, relajarnos en el spa, o, simplemente, no hacer nada son las que alimentan el alma. Más que una tendencia, esta nueva forma de viajar que ayuda a desconectar es «el nuevo lujo», apunta Salazar.
Con la idea de crear un auténtico hogar mallorquín, Lisa Jane Cross, propietaria y gran amante del diseño, y la interiorista Blanca Roselló han ido dando forma a los distintos espacios de este hotel destino 5 estrellas, empezando por sus habitaciones, con grandes camas con dosel, mobiliario rústico y superficies de 25 a 80 metros cuadrados, todas con terraza o jardín y las más exclusivas con piscina privada. La Owners Suit, además, con un cristal en el suelo que permite contemplar el antiguo canal que corre bajo los pies. En estas y en el resto de las estancias se combinan elementos de la naturaleza y otros típicos de la isla. Vemos paredes de piedra seca formando bancales cortadas por los propios margers de la finca, telas de aguas, cubiteras de barro, abanicos de esparto, lámparas de cristal soplado y numerosos elementos decorativos elaborados con la madera deshechada de sus propios bosques y tallada por un equipo propio de seis ebanistas, como las llaves que abren las habitaciones, las cajas para las amenities de baño –que aquí no son de firma sino elaboradas con ingredientes naturales– o los carteles de do not disturb. Y luego están los detalles con los que se cuida a los huéspedes, como un masaje de pies al llegar, frutas frescas, apertura de camas o dejar cada noche junto a la almohada unas flores o un mensaje deseándonos felices sueños.
Al igual que en el resto de LJs Ratxó, la naturaleza y el paisaje que lo envuelve se hace presente en el apartado gastronómico, donde los productos frescos del huerto o de proveedores locales sustentan los desayunos, los platos ligeros y frescos que se sirven en la terraza Arratxa o se pueden degustar a lo largo de todo el día y el menú del restaurante Roots, a base de recetas mediterráneas con toques de innovación. Las hierbas aromáticas y las frutas y verduras recién escogidas, el vino ecológico de la propia bodega y hasta el aceite elaborado con los olivos de la finca se disfrutan sentados a la mesa de este espacio que emula un bosque medierráneo, con bodega a la vista y un gran ventanal desde el que se puede observar la piedra de la montaña.
Nos sorprenden las dimensiones de la prensa de la antigua almazara, que por aquí llaman tafona, y data de 1675. Desde ella se accede al bar, recién inaugurado, otro espacio para pasar momentos tranquilos probando alguno de sus cócteles o la ginebra y la cerveza artesanal de la casa.
Pero este retiro que forma parte de la colección Eco Hotels & Resorts y podemos disfrutar desde 195 € la noche, es aún más. Y una de las razones por las que se trata de un lugar tan especial, tan único, son las experiencias relajadas que ofrece a sus huéspedes, algunas de ellas abiertas incluso a los que están de paso por la isla. Desde el spa –con piscina climatizada, sauna, baño de vapor, tratamientos y masajes exclusivos con productos veganos–, a clases de yoga al aire libre inhalando el aire limpio de la montaña, catas de café y vino o talleres de aromaterapia con aceites esenciales. Así es LJs Ratxó, una oda al hedonismo y una vuelta a las raíces.
CÓMO LLEGAR
Y para redondear una estancia en un hotel tan ecológico, mejor empezar y acabar el viaje en el avión más sostenible y moderno de Iberia Express (iberiaexpress.com), el A321neo, un modelo híbrido un 20% más eficiente que el resto de la flota de Airbus, que conecta en una hora Madrid con el aeropuerto de Palma.
La compañía low cost más puntual de Europa por sexto año consecutivo, comprometida con la investigación y el desarrollo de combustibles ecológicos y con lograr en 2050 el objetivo de cero emisiones netas de CO2, ofrece una experiencia de viaje más sostenible gracias a la digitalización de sus servicios, a la eliminación progresiva de plásticos, a la gestión de residuos a bordo y a la compensación de la huella de carbono.
Una muestra de su compromiso con la sostenibilidad es la Happy Hour en el último vuelo del día, que con el fin de evitar el desperdicio incentiva entre sus pasajeros la venta de productos frescos. Pero también, un sistema eficiente de comidas para las tripulaciones o el uso de nuevos materiales de menaje, como fibra de trigo, resinas o bambú.
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