Van cuatro ediciones de un festival por La Vera y alrededores que rinde homenaje a su producto más señero: el pimentón, un manjar con denominación de origen protegida que, con su punto ahumado, alegra cualquier plato, y que no existiría de no haber sido por el buen hacer de los jerónimos. Sí, has leído bien.
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Del primer viaje de Colón a América, las carabelas regresaron a España cargadas de todo lo hallado por aquellas tierras que se pensó podría servir. Junto a muchas más semillas, llegaron las de unas hortalizas que el almirante, al desplazarse hasta el monasterio cacereño de Guadalupe para dar gracias a la Virgen por el éxito de la expedición, les regaló a sus monjes. Los llamaron pimientos por su similitud con la pimienta, con los que condimentaban guisos, una vez secos y molidos. Aunque no lograron sustituir a la pimienta, que monopolizaban los portugueses y tantos beneficios les reportaban desde la India, aquellas primeras variedades aterrizadas en Europa fueron el origen del pimentón.
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Los hermanos hortelanos comprobaron que las semillas se aclimataban increíblemente bien a este entorno, y enseguida las compartieron con los monjes jerónimos de Yuste, en el corazón de La Vera. A diferencia de la localidad murciana de La Ñora, a cuyo monasterio también llevaron pimientos, los otoños lluviosos de esta comarca extremeña no permitían secarlos al sol tras la recolección, por lo que se ideó deshidratarlos con humo. El proceso artesanal, con leña de encina o roble, se mantiene tal cual siglos después, y es el responsable de su gusto tan característico. Una vez secos, no hay mucho más que triturarlos, cuidando que la molienda no supere los 50 ºC para que no se resienta el sabor, ¡y a disfrutar!
Dulce, agridulce o picante, en La Vera le echan pimentón del bueno hasta a algunos postres. Sus recetas más innovadoras, y también las de toda la vida, se dan cita en el festival en su honor que acaba de arrancar y se estará celebrando hasta el 28 de noviembre a lo largo y ancho de la región y sus proximidades. Más de 70 empresas participan en esta nueva edición, con medio centenar de actividades para todos los públicos.
Si durante todo el festival hay en Plasencia desde degustaciones de quesos extremeños hasta street food con el pimentón como protagonista, en Jaraíz y Villanueva de La Vera abren sus puertas sendas exposiciones fotográficas, donde admirar lo espectacular de su proceso al fuego en los secaderos. Numerosos bares y restaurantes se suman con tapas y menús «pimentoneros», algunos tan rompedores como el previsto para el día 26 en La Casa del Pozo, en Villanueva de la Vera, donde probar platos como el curry de cabra con pimiento jeromín y pimentón de La Vera o la berenjena nipona con miso de pimentón.
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Habrá migas solidarias y showcookings, concursos de cocina popular, catas de vinos DOP Ribera del Guadiana y productos tan locales como las perrunillas y por supuesto, ¡al pimentón! También excursiones en todoterreno para avistar aves por La Vera y el Parque Nacional de Monfragüe, música, visitas al Museo del Pimentón, al Real Monasterio de San Jerónimo de Yuste y a un par de fábricas donde se elabora este oro rojo, charlas para profesionales y aficionados y talleres para los niños. Toda la programación, en sensacionespimentondelaveradop.es