Cuando uno llega a Hellín lo primero que hace es descubrir su casco antiguo de calles concéntricas que se sitúa sobre el cerro que ocupaba el castillo musulmán. Aquí y allá se ven murales, poemas y trampantojos, y muchas fachadas pintadas de blanco y azulete. Y, desde lo más alto, un entorno de pequeños montes y serrezuelas que nos recuerdan que esto ya no es la monótona llanura manchega, sino las últimas estribaciones de la sierra del Segura.
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Rodeando la iglesia de la Asunción encontramos en su parte trasera el Arco del Salvador, una de las puertas de la muralla dentro de la ciudad musulmana y hoy acceso al corazón histórico de esta ciudad. En el paseo encontramos un conjunto de viviendas señoriales de los siglos XVII y XVIII, la plaza de la Iglesia donde está el Ayuntamiento y de la que sale la calle del Raval, una de las más emblemáticas de la localidad.
Imprescindible visitar el moderno museo de Semana Santa y Tamborrada. En él se muestra, entre otras muchas cosas de esta atronadora fiesta, el grupo escultórico con el que procesiona la Hermandad de la Oración del Huerto. El Paso Gordo, le dicen. Y así es, porque pesa una tonelada y media y han de portarlo 32 costaleros. Además de los espacios consagrados a la Semana Santa, fiesta considerada de Interés Turístico Internacional, cuenta con salas en las que se interpreta el medio natural y se explica la historia del Tolmo de Minateda y de la localidad. En el mismo edifico se halla, además, la oficina de turismo.
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TOLMO Y ABRIGO DE MINATEDA
A diez kilómetros al sureste de Hellín, al lado mismo de la autovía A-30, encontramos el Parque Arqueológico Tolmo de Minateda (tolmodeminateda.es) uno de los establecimientos más antiguos del sureste peninsular que estuvo habitado desde la Edad del Bronce hasta el siglo X y en el que llegaron a vivir 4000 personas.
Los restos más llamativos son los de la basílica visigoda, con su piscina bautismal en forma de cruz. La visita comienza en el Centro de Interpretación donde a través de audiovisuales e interactivos se comprende la historia y cultura de este espacio arqueológico.
A 1,5 kilómetros del Tolmo sobresale a modo de visera el techo del Abrigo Grande de Minateda, considerado, por su variedad y calidad, la Capilla Sixtina del arte rupestre levantino. En su pared de 20 metros hay pintadas 600 imágenes de cabras, ciervos, caballos, toros y figuras humanas con o sin arcos. Entre estas últimas, destaca la de una mujer llevando a un niño de la mano. Pablo Cánovas, director de las excavaciones del parque arqueológico del Tolmo, al que pertenece el abrigo, cree que no era una vivienda, sino una especie de santuario al que los primitivos hellineros iban de fiesta.
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UN CRÁTER COMO LA LUNA
Continuamos la ruta de nuevo por la autovía A-30 para llegar, en apenas 8 kilómetros en dirección sur al pitón volcánico de Cancarix un cráter de hace siete millones de años, en cuyo interior se solidificó la lava formando este cerro alucinante de columnas de basalto mezclado con otros curiosos minerales. Alucinante y alunizante, porque uno de esos minerales es la armalcolita, así bautizado en honor de los primeros hombres que fueron a la Luna (Armstrong, Aldrin y Collins) y que lo descubrieron allí, en el Mar de la Tranquilidad. En muy pocos lugares de la Tierra se ha encontrado después, aparte de aquí. El sendero PR AB-01, un itinerario circular bien señalizado, de 7,7 kilómetros y cuatro horas de duración, permite pasear admirando el pitón.
¿Te gustaría hacer una ruta senderista guiada por el pitón volcánico de Cancarix?
DONDE EL RÍO MUNDO SE UNE AL SEGURA
La última parada nos lleva a la pedanía de Las Minas en el extremo sur del municipio de Hellín. En ellas trabajaron miles de mineros, cuyas casas-cueva veremos en los cerros de yeso que hay al borde de la vía abandonada del ferrocarril Chinchilla-Cartagena. Desde la antigua estación de Las Minas, hay que andar un cuarto de hora por la vía hasta llegar a un túnel y rodearlo por un sendero evidente que sale a la derecha para acercarnos, en cinco minutos más, a un mirador natural que domina la Junta de los Ríos, donde se unen el Mundo y el Segura, entre alamedas y arrozales en los que crece el arroz bomba de Calasparra, el mejor de España, aunque lo de Calasparra es un decir, porque se cultiva también aquí, en Hellín.
El cañón de los Almadenes, el desfiladero por el que el discurre el río Mundo antes de unirse al Segura, es un espectacular paraje formado por la erosión que es posible recorrer por pasarelas ancladas a las propias paredes del desfiladero. Depués el río muere junto al Segura, tras haber recorrido unos cuantos kilómetros en esta provincia que antes lo vio nacer formando una de las cascadas más bellas de España, donde se produce su famoso reventón.
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A MESA PUESTA
El hotel Emilio (hremilio.com) está bien situado, desde donde se puede recorrer cómodamente a pie la población. La oficina de turismo, el museo de Semana Santa y el casco antiguo quedan a diez minutos. Su restaurante es, para muchos, el mejor de la localidad. Magnífico, el arroz con conejo y caracoles. Antes hay que probar el atascaburras, con nueces y huevo hilado. Otra especialidad es la pierna de cabrito segureño.
Para descubrir la gastronomía la cocina creativa de Víctor Fernández en el restaurante Don Manuel (donmanuelrestaurante.com) donde se nota su relación (es amigo) con Albert y Ferrán Adriá. Su plato estrella es el arroz con setas y trufa negra.