El monasterio de San Pedro de Arlanza, a tan solo 10 minutos de la localidad de Covarrubias, es hoy apenas un esqueleto. Es lo que queda del que fuera el monasterio más influyente de Castilla en el siglo X. Un esqueleto, eso sí, al que no le falta belleza, interés y un gran poder de evocación.
En el paseo por las ruinas se habla de lo que se ve: restos de la imponente iglesia románica primitiva, los tres ábsides, la torre y los restos de la sala capitular, la elevación de la nave central por Simón de Colonia, los restos del claustro principal, el pequeño claustro de aires herrerianos o la portada occidental. Pero también de lo que no: el devastador incendio de 1894, la hermosa portada románica de la iglesia que descansa en el Museo Arqueológico Nacional, el traslado de los restos del conde a Covarrubias, los hermosos frescos románicos repartidos entre el museo de arte románico de Barcelona y el museo metropolitano de Nueva York...
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LA VILLA MEDIEVAL DE COVARRUBIAS
Desde el hermoso paisaje donde se encuentra el monasterio, en un meandro del río Arlanza, que entre tanta curva parece no saber salir de su propio enredo, se llega a Covarrubias (covarrubias.es), una localidad medieval que bien merece una parada.
Su bien conservado casco histórico, con abundancia de entramados de madera y arquitectura de la tierra, hace fácil viajar hasta el tiempo hasta el siglo X cuando el Conde Fernán González campaba por aquí defendiendo sus dominios de las embestidas árabes mientras levanta torreones como el que lleva su nombre, emblema de la villa. Está considerado una de las fortalezas en pie más antiguas de Castilla. Hoy en día forma parte de un conjunto arquitectónico que incluye el espacio que ocupó el palacio construido junto a él. Su visita incluye una exposición de armas de asedio medievales.
Merece la pena entrar en Covarrubias por el arco que forma el Archivo del Adelantamiento de Castilla, levantado por Felipe II. Más adelante, la plaza de doña Urraca es la antesala que precede al cogollo monumental: ahí se alza el adusto torreón defensivo y una ex colegiata que atesora obras de arte de enorme valor y belleza. La estatua de la princesa Kristina de Noruega, frente a la puerta del templo en el que reposan sus restos, recuerda su historia de amor tan intenso como efímero.
A tan solo 3 kilómetros de la localidad merece la pena acercarse a la capilla de San Olav, levantada por compatriotas noruegos en 2011 para cumplir, 753 años después de su muerte, el deseo de la princesa Kristina de levantar en España un templo en honor a San Olav (se visita los fines de semana entre marzo y noviembre).
EL CLAUSTRO MÁS BELLO DE ESPAÑA
El viaje continúa hacia el monasterio de Santo Domingo de Silos (santodomingodesilos.es) que posee uno de los claustros más bellos de España donde igual escuchamos el eco inconfundible y sereno de los monjes cantores. Obligada es la visita a la botica, con un maravilloso botamen de cerámica de Talavera y su colección de libros con las fórmulas y recetas que practicaban estos monjes farmacéuticos.
Antes o después de compartir con la comunidad benedictina las Vísperas -todos los días del año a las siete de la tarde-, habrá que dejar tiempo suficiente a los entrañables tesoros del museo, hoy ubicado en lo que fuera antigua hospedería de peregrinos.
Puedes hacer un tour privado por el monasterio de Santo Domingo de Silos con un guía en exclusiva.
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DESFILADERO DE LA YECLA
Un perfecto remate para este viaje puede constituirlo la visita al cercano y espectacular desfiladero de la Yecla, tallado por el humilde arroyo del Cauce. Una estrecha pasarela de cemento permite recorrer a pie sus 300 metros de longitud entre el estrépito de las aguas y la aprensión por pensar que las paredes del pasillo -no tienen por qué...- pudieran juntarse de golpe. Desde el monasterio se llega, en unos 3 kilómetros, tomando la BU-911 hacia Caleruega.
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GUÍA PRÁCTICA
En la ruta el hotel Doña Sancha (hoteldonasancha.es) en la villa de Covarrubias, un hotel rural moderno pero construido con materiales y estética tradicionales. Está rodeado de jardines. Y en Santo Domingo de Silos se encuentra la hospedería de este convento (conventosanfrancisco.es) que ha sido ha sido reconvertida en un moderno alojamiento de la mano del arquitecto Peridis y el auspicio de la comunidad benedictina de Santo Domingo de Silos.