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¡El Madrid rural también existe! Para sorpresa incluso de muchos madrileños, Madrid no se acaba en sus museos, su marcha nocturna o los bocadillos de calamares en la Plaza Mayor. De hecho, es fuera de la capital por donde discurren los más de 1200 kilómetros recogidos en CiclaMadrid (cyclemadrid.com), la marca de cicloturismo de la Comunidad.
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Podemos animarnos con solo alguna de sus etapas, o combinarlas a voluntad eligiendo en sus buscadores si somos más de bici de carretera, gravel o MTB. O si preferimos recalar por bodegas, visitar monumentos o rodar en plena naturaleza durante uno, dos o muchos más días. Además, no hará falta el coche, pues cada zona está conectada por una vía radial desde la estación de Renfe más próxima.
El proyecto nació con la idea de acondicionar caminos que permitieran hilvanar en bici los Patrimonios de la Humanidad de la Comunidad: el monasterio de El Escorial, la Universidad y el recinto histórico de Alcalá de Henares y el Paisaje Cultural de Aranjuez. Pero siguieron ideando rutas, señalizándolas, e involucrando a hotelitos, restaurantes y pequeñas empresas de turismo activo con el fin de ponérselo fácil a los ciclistas.
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Los restaurantes y alojamientos asociados disponen de un lugar seguro donde guardar las bicis, así como un kit para arreglar percances, como un pinchazo. No será difícil localizar un transfer que lleve los equipajes de un hotel a otro si se decide hacer noche, y algunas agencias incluso alquilan bicis eléctricas para los menos sufridores.
Muchas hasta organizan el pack completo. Como los recorridos BikeBirding de Navalmedio Naturaleza (navalmedio.es), de apenas un par de horas, con monitores de ornitología que ayudan a localizar buitres y águilas, cormoranes y garzas. O Rutas Pangea (rutaspangea.com), quienes además del transporte desde Madrid, las noches de hotel que se precisen y los mapas para montárselo por libre, ponen sus guías a disposición de quienes prefieran pedalear con un experto.
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El Camino Natural del Valle Lozoya, con hasta cuatro días recalando en lugares destacados, como el monasterio de El Paular o el Museo Picasso y el castillo amurallado de Buitrago, es una de sus rutas más recomendables para iniciarse. Fácil y siempre por caminos, podrán hacerla hasta los niños, al igual que las Vías Verdes del Tajuña y el Alberche, entre tantas más que se abren paso por carreteras poco transitadas, vías pecuarias, antiguas cañadas reales o vías de tren abandonadas donde no hay que preocuparse por el tráfico porque por ahí no circulan coches.
Ya palabras mayores será atreverse con puertos míticos de la sierra de Guadarrama como Canencia y la Morcuera. O con los 420 kilómetros del llamado Grand Tour que, dividido en 17 etapas, le da toda la vuelta a la Comunidad. Intimida, sí, pero no es obligatorio hacerlas todas, y además el motor de la bici eléctrica obra milagros cuando asoma una cuesta.