Con la vista puesta en las montañas y la idea de que lo importante es disfrutar del trayecto, partimos de Madrid por la M-607 atravesando el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares y algunos de los pueblos más emblemáticos de la sierra, como Cerceda, Becerril o Navacerrada, donde tomamos la M-601 en dirección al puerto de Navacerrada, a 1858 metros de altitud. Hasta aquí habremos recorrido poco más de 50 kilómetros. Estamos en pleno Parque Nacional Sierra de Guadarrama, que se extiende entre las provincias de Madrid y Segovia.
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Antes de iniciar el tramo natural más espectacular de la ruta, la primera parada la podemos hacer en el puerto para disfrutar del ambiente de los muchos excursionistas que se acercan hasta este lugar y asomarnos a uno de los mejores miradores del recorrido, desde el que contemplaremos el valle del río Eresma. Desde el aparcamiento del puerto, cruzando la carretera SG-615, se accede fácilmente a él, para quedar fascinado ante las imponentes cumbres de los macizos de Peñalara y Dos Hermanas y los verdes valles repletos de pinos.
La carretera a partir de este punto gana en belleza, perfecta para los amantes de la conducción. En dirección norte por la CL-601 iremos atravesando inmensos bosques de pino silvestre a izquierda y derecha hasta llegar al popular tramo conocido como Las Siete Revueltas, siete curvas cerradas en herradura que habrá que tomar despacio aprovechando para contemplar –mejor si se va de acompañante– el hermoso paisaje.
Pasado este tramo podemos parar a descansar y respirar aire puro en el aparcamiento del Puente de la Cantina, que une las dos orillas del río Eresma. O, más adelante, en el área recreativa Boca del Asno en los montes de Valsaín, declarados Reserva de la Biosfera por la Unesco, y donde se encuentra el Centro de Visitantes Valle de Valsaín, construido sobre una antigua casa forestal, donde además de la sala expositiva, puede hacerse un paseo 'virtual' por estos montes.
LLEGADA A LA GRANJA DE SAN ILDEFONSO
La siguiente parada de nuestra ruta es un precioso pueblo-jardín solo 11 kilómetros antes de llegar a Segovia, el Real Sitio de la Granja de San Ildefonso, el mismo en el que Felipe V encontró el lugar ideal para retirarse del mundo. Si queremos seguir disfrutando de la conducción, no es momento de hacer una visita a su palacio, lo dejaremos pendiente para otro día, pero sí habrá tiempo para bordearlo y dar un corto paseo por sus hermosos jardines de influencia francesa, llenos de fuentes con juegos de agua espectaculares, donde los surtidores llegan a lanzar el agua ¡hasta 40 metros de altura! (la entrada es gratuita).
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UNA PARADA GASTRO
Se acerca la hora de comer y para ello conduciremos en dirección a Torrecaballeros, a tan solo 12 kilómetros de La Granja, un pueblo afamado por su excelente gastronomía, especialmente por el asado de cordero, que podremos degustar en El Rancho de la Aldegüela (fincaelrancho.es), una antigua finca de esquileo del siglo XVII que pasa por estar entre los mejores restaurantes de Segovia.
Junto a los sabrosos asados a la leña, cordero y cochinillo, también puede ser un buen momento para probar platos de cuchara, especialmente los famosos judiones de La Granja. Pero, con casi 35 años de experiencia, lo mejor será dejarnos recomendar por el chef y hacer caso a las sugerencias de su carta, que combina tradición y otras recetas más innovadoras.
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ÚLTIMA PARADA: EL ALCÁZAR DE SEGOVIA
La ruta hasta aquí ya nos ha conquistado, pero antes de regresar a Madrid tendremos tiempo de una última parada que pondrá la guinda al recorrido. La ciudad de Segovia tiene múltiples atractivos que dan para un fin de semana completo y mucho más, pero esta vez, y como debemos de regresar donde comenzamos, nos dirigimos a su imponente Alcázar, una fortaleza recortada sobre el tajo que forman los ríos Eresma y Clamores, que fue residencia de los reyes castellanos, cárcel de estado, Real Colegio de Artillería y hasta Archivo General Militar. Hoy lo que parece es un castillo de cuento en el que desde el exterior resalta la imponente torre de Juan II, con 80 metros de altura, su espectacular foso defensivo y el entorno donde se sitúa, dominando el horizonte.
Para disfrutar del conjunto haremos parada en el mirador junto a la plaza Reina Victoria Eugenia, justo frente al Alcázar, desde el que tendremos, además, unas magníficas vistas de la ciudad, desde el monasterio de Santa María del Parral a la iglesia de la Vera Cruz. Será el mejor final para este recorrido entre Madrid y Segovia. Con la imagen de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad grabada en la retina, de regreso a la capital nos daremos cuenta de que es uno de esos momentos en los que desearíamos que el día hubiera tenido más de 24 horas.
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¿CÓMO VIVIR LA EXPERIENCIA?
VeryVip Cars (veryvipcars.com) ofrece esta experiencia de lujo alquilando un exclusivo Hurtan, coches inspirados en los clásicos de los años 50 y 60 realizados de manera artesanal por una empresa familiar granadina que cuida todos los detalles en la fabricación, combinando la tradición con las nuevas tecnologías.
Se puede elegir entre tres flamantes modelos descapotables, desde el más deportivo al más clásico: Grand Albaycín, Author Cabrio Azul Noche y Author Cabrio Amarillo. La experiencia incluye indicaciones de la ruta y paradas, almuerzo a la carta y buen tiempo garantizado (si la fecha de reserva coincide con un día de mal tiempo se cambia). El coche se recoge es su sede de Madrid (Tomás Redondo, 2) y a partir de ahí, 90 kilómetros de ruta (unas 6 horas de duración), para dos personas, desde 490 €.
Y si apetece repetir ofrecen otras rutas como Tour Madrid Sunset (disfrutando del atardecer por la sierra de Madrid y acabando con una romántica velada), el Tour por el valle de Lozoya (pasando por alguno de los pueblos más emblemáticos de este valle al norte de la capital, como Buitrago de Lozoya y almorzando con vistas al embalse del Atazar) o un Tour a Almonacid de Toledo, una ruta rodeada de olivos con una visita a una exclusiva bodega y almuerzo en una finca.