ESTE OTOÑO A... CÁDIZ
Solo por pasear por la playa de la Caleta, enmarcada por el castillo de Santa Catalina, a un lado, y el de San Sebastián, al otro, y contemplar embobados la puesta de sol en estos días de otoño sería suficiente excusa para escaparse a la Tacita de Plata. O caminar por el Campo de Sur, que tanto recuerda al Malecón de La Habana, hasta alcanzar la de la Victoria. Pero en esta ciudad colonial, con una historia tan larga, la más antigua de Occidente, tantos monumentos y tanta vida, podemos no parar, porque nos esperan la animada plaza de las Flores, las angostas calles del barrio del Pópulo, la catedral, la cámara oscura de la Torre Tavira, el Museo de Cádiz, los lugares vinculados a La Pepa, la Constitución de 1812, o el barrio de Santa María, con casas barrocas y plazas como la de San Juan de Dios, donde es obligado probar el pescaíto frito.
EL DESCANSO
A dos pasos de la playa de la Caleta, abierto al azul del mar y al verde del Parque Genovés, está el Parador de Cádiz (parador.es), único por su diseño. Una joya moderna con impresionantes vistas a la bahía desde cualquier punto: sus terrazas, sus diáfanas habitaciones, la exclusiva piscina y su relajante spa. Mucha luz, mucho diseño contemporáneo y mucha tecnología para descansar durante la escapada.
PLAN GASTRO
Cenar mirando al mar es una de las ventajas de sentarse en el restaurante del Parador de Cádiz. Y eso ya es mucho decir. Otra es disfrutar de las especialidades de la cocina gaditana, como las tortillitas de camarones, los erizos de mar, las papas aliñadas, el atún de almadraba o los chicharrones. En la mesa también están los vinos y vinagres de Jerez, la carne de retinta de la sierra.
ESTE OTOÑO A... CÓRDOBA
Unos días en la capital cordobesa dan para descubrir sus imprescindibles, vivir su esencia y caer rendidos ante esta ciudad Patrimonio de la Humanidad a orillas del Guadalquivir. Lo primero es conocer la Mezquita-Catedral, luego pasearemos por los jardines del Alcázar de los Reyes Cristianos, ir de museos por la plaza del Potro, perdernos por la judería o cruzar el puente romano y subir a la torre de la Calahorra, visitar sus iglesias fernandinas y dejarnos embriagar por el perfume de sus patios. Todo, con mucha calma, disfrutando a la vez de tomar un café en la plaza de la Corredera, descansando en un hotel con estilo y disfrutando a la mesa.
EL DESCANSO
Después del callejeo por la ciudad, el lugar perfecto para descansar lo encontramos en el Parador de Córdoba, ubicado sobre las ruinas del palacete de verano de Abderramán I y cuyo jardín atesora las palmeras más antiguas de Europa. Si el tiempo todavía lo permite podemos aprovechar el sol tardío del otoño para darnos un baño en la piscina evocando el pasado andalusí de la ciudad. Y si no, contemplar desde la terraza de la habitación la ciudad no tiene precio.
PLAN GASTRO
Todavía es tiempo de terrazas y sentados en la del restaurante del Parador de Córdoba o en el salón podremos saborear la cocina de esta tierra, enriquecida gracias a los diferentes pueblos que pasaron por ella. Además del famoso salmorejo cordobés, el plato insigne, debemos probar el rabo de toro, el flamenquín de cerdo ibérico o el churrasco en salsa verde, antes de rematar con un pastel cordobés.
ESTE OTOÑO A... NERJA
Una villa marinera asomada al Mediterráneo para una escapada otoñal. Pinta bien, pero sabe mejor, porque Nerja es una de las localidades más bellas de la Costa del Sol y, aunque la temperatura del agua de sus playas y calas esté más fresca, disfrutar de unos días al sol junto al mar siempre es un buen plan. ¿Qué podemos hacer? Lo primero, visitar su famosísima cueva, una auténtica catedral prehistórica que guarda una estalactita de récord en su sala del Cataclismo. Más allá, hay que perderse por sus rincones, por ejemplo, siguiendo la ruta de Verano Azul, en el 40 aniversario de la emisión de la popular serie de televisión, asomarnos al Balcón de Europa, el mirador más bonito, pasear por el paseo marítimo y acabar subiéndonos a un kayak para explorar los espectaculares acantilados de Maro.
EL DESCANSO
Sobre un acantilado junto al mar. No hay mejor elección para descansar estos días de otoño. Es la ubicación del Parador de Nerja, cuyas habitaciones disponen de terrazas con espectaculares vistas al Mediterráneo. Un hotel grande y luminoso, con amplios y confortables espacios interiores y un espléndido jardín con piscina para disfrutar de un eterno verano azul.
PLAN GASTRO
Y estando en la Axarquía malagueña, ningún plan mejor que probar sus platos típicos elaborados a base de pescados de roca, boquerones, gamba blanca o frutas tropicales, con los que se elaboran espetos, ensaladas de aguacate con moja o frituras. Para acompañar están los vinos dulces de la DO Montes de Málaga. Todo ello se degusta en el restaurante del Parador de Nerja.
ESTE OTOÑO A... SIGÜENZA
Tres ciudades en una. Así es Sigüenza, en Guadalajara. La ciudad medieval está en lo alto, en torno al castillo, con callejuelas llenas de rincones evocadores, iglesias románicas –San Vicente y Santiago–, plazuelas con soportales, arcos, puertas de la antigua muralla y casas sobresalientes, como la del Doncel. Por la calle Mayor se llega a la ciudad renacentista, con grandes plazas y edificios tan sobresalientes como el Palacio Episcopal y la plaza Mayor, que parece una fortaleza. El barrio de San Roque fue concebido en época barroca y tiene en el jardín de la Alameda su lugar de paseo.
EL DESCANSO
El Parador de Sigüenza es uno de los más especiales de la red. Ocupa el castillo medieval desde el que se contempla toda la ciudad. Reyes, cardenales y obispos residieron en esta fortaleza del siglo XII que se construyó sobre una alcazaba árabe. Impresiona por fuera y por dentro. El patio empedrado, las habitaciones con balcones de madera o la capilla románica del siglo XIII hacen viajar al pasado. Es fácil sentirse como un rey en él.
PLAN GASTRO
Entre paseo y paseo del castillo a la Alameda, hay que apuntarse a la costumbre del tapeo, acompañado de un fino seguntino y, sobre todo, disfrutar de una buena comida con sabor castellano y manchego. En el comedor abovedado del Parador, asomado a un pinar, ofrecen los mejores platos de la gastronomía local, especialmente el cordero y el cabrito asado, pero también, migas, sopa castellana, trucha escabechada o dulces como los bizcochos borrachos y las yemas del Doncel. En noviembre las setas son protagonistas de unas jornadas gastronómicas.
ESTE OTOÑO A... TOLEDO
Toledo siempre es una buena escapada para dos días. El primero lo podemos pasar conociendo la ciudad monumental, la del Alcázar, la Catedral Primada, el Museo de Santa Cruz, la del Greco y la judería más importante de Castilla y sus sinagogas. Otro día hay que explorar su naturaleza más cercana, la que cruzando el puente romano de Alcázar sigue la senda ecológica del Tajo.
EL DESCANSO
Las vistas son la mayor riqueza del Parador de Toledo. Desde su terraza, habitaciones, salones y piscina puede contemplarse el perfil de la ciudad tal cual lo veía El Greco. Alojarse en este edificio de inspiración mudéjar ubicado en la zona de los cigarrales, muy cerca de la ermita del Valle, es una experiencia inolvidable para rematar la escapada a la Ciudad Imperial. En sus amplias y lujosas instalaciones se ven vigas, escaleras y suelos de madera y se respira un ambiente cálido y acogedor, todo sin dejar de mirar el bello perfil de Toledo.
PLAN GASTRO
Comer en esta monumental ciudad es como hacer un viaje en el tiempo al Medievo. Para embarcarse en él está el restaurante del Parador, que ofrece platos típicos de la cocina castellano manchega. Cordero asado, recetas de caza, guisos, gazpachos y pescados como la trucha, la anguila o el bacalao. Un buen vino manchego y postres elaborados a partir del queso es una experiencia gastronómica de sabor intenso.
Más información: parador.es