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madrid© Nano Cañas

Madrid, lejos del mundanal ruido

Dos preciosos pueblos de arquitectura tradicional, Horcajuelo y Patones, son el kilómetro 0 y la meta de este viaje por el norte de Madrid. Allí nos aguardan el hayedo de Montejo, los sotos y el molino de La Hiruela, la solitaria Puebla de la Sierra y el embalse de El Atazar, la ‘playa’ dulce más cercana a la capital, perfecta para evadirse del estrés de la vida urbana


9 de octubre de 2021 - 18:56 CEST

En el extremo norte de la región, a 100 kilómetros de la Puerta del Sol, hay un puñado de pueblos que en su día se libraron del progreso y han conservado una arquitectura y un paisaje ejemplares. Sierra Pobre lo llamaban hasta hace poco a este rincón olvidado. Hoy es el Madrid más rico en tradicionres, en silencio, en soledades, en aire, en bosques, en ríos, en estrellas, en vida.

Madrid© Nano Cañas
El embalse de El Atazar, el más grande de la región, mayor que todos los demás pantanos madrileños juntos, está bordeado por una panorámica carretera, la M-133, cuyos laterales ofrecen estratégicos balcones desde los que asomarse a contemplar las espectaculares vistas.

El primer pueblo que vamos a ver, el que queda más cerca de la autovía del Norte, es Horcajuelo de la Sierra, donde se viene a comer en alguno de sus cuatro restaurantes y a admirar las casas construidas con piedras sin labrar, empezando por la que ocupa el museo etnológico. Este pueblo de 88 vecinos tuvo minas de plata, pero ahora lo que queda es el oro otoñal de los robles y los fresnos que orlan sus prados y el bronce crepuscular de su caserío.

También hay rincones curiosos en el vecino Montejo de la Sierra, como el Callejón del Turco, donde una vivienda tiene un horno exterior colgante, suspendido a media altura. Es una rareza, casi tanto como el hayedo de Montejo, uno de los más meridionales de Europa, que para conservarlo mejor se visita con guía y reservando con antelación. Libremente, en cambio, podemos pasear por la espléndida dehesa boyal de Montejo, que conservan las pilas de riego y la reguera de la Tejerilla. O por el camino de Horcajuelo, el paseo predilecto de los vecinos en verano, sabedores de que ofrece sombra abundante y un reguero de cerezas recién caídas.

Otra alternativa al hayedo es el bosque ribereño que se esconde junto al pueblo de La Hiruela, en el alto Jarama. Es el que mejor se conserva de toda la sierra, la ‘pobre’ y la ‘rica’, y para muestra, el molino Nuevo. Para verlo, seguiremos la senda De Molino a Molino, que surca verdes ribas, robledos y saucedas: los más bellos sotos de Madrid. ¿Mucha gente? Solo pescadores de truchas.

Madrid© Nano Cañas
Las casas de piedra y lajas de pizarra se apiñan en las empinadas cuestas del caserío de Patones. A sus miradores naturales se llega trepando entre enebros, jaras y plantas aromáticas.

Para llegar al siguiente pueblo del itinerario, Puebla de la Sierra, hay que pasar un puerto de 1636 metros de altura que, en invierno, suele estar cerrado por la nieve, lo que acrecienta el aislamiento de un lugar ya de por sí poco frecuentado. Es el municipio madrileño más alejado de la capital: 125 kilómetros. Y el menos poblado: 73 habitantes (1,06 por kilómetro cuadrado), sin contar los inmensos robles que lo pueblan, y los minotauros y otros extraños personajes que se descubren paseando por sus boscosos alrededores y que integran el museo de escultura al aire libre El Valle de los Sueños.

Si nos gusta conducir, disfrutaremos por la viradísima carretera que sale del valle de La Puebla hacia el sur, camino de Robledillo de la Jara, el mismo donde, yendo en pos de un venado, el Marqués de Santillana avistó a una ‘moza fermosa’, como dice una popular serranilla medieval. Dos kilómetros antes de llegar a Robledillo, al ver el repetidor que corona el cerro de Matachines, tenemos que desviarnos a la izquierda por una pista de tierra que lleva a El Atazar. Parece mentira, pero esta carretera sin asfaltar y estos barrancos solitarios no son ningún país remoto. Son el centro de España.

Madrid© Jaime Franch
Hayedo de Montejo, uno de los más meridionales de Europa y el principal reclamo natural de la Sierra Norte. Para conservarlo mejor se ha de visitar con guía y reservando con semanas de antelación.

Nueve kilómetros después aparece El Atazar, con sus casas de mampostería tosca apiñadas alrededor de la iglesia de Santa Catalina de Alejandría. El caserío está en lo alto de una loma pelada, sin un árbol en dos kilómetros a la redonda, ni siquiera un ciprés proyectando su sombra sobre el camposanto. Lo rodea un mar de jaras y huele a ládano. En 1864, el ingeniero y geólogo Casiano del Prado señaló esta tierra como la más pobre de la región, donde apenas podía cosecharse centeno.

Otro mar, pero de agua dulce, se descubre tres kilómetros más adelante. Es el embalse de El Atazar, el mayor de la región, mayor que todos los demás pantanos madrileños juntos: 1070 hectáreas de superficie, 72 kilómetros de costas, medio billón de litros...

Más abajo está el Pontón de la Oliva, la primera presa desde la que se llevó agua de la sierra a la capital, en 1858. Y está Patones, pueblo tan escondido que, según cuentan, se libró de la invasión sarracena y tuvo rey propio hasta el siglo XVIII. Antonio Ponz, en su Viage de España, comentaba poco después con sorna que “el último rey de Patones solía ir a vender algunas carguillas de leña a Torrelaguna”.

Madrid© Shutterstock

No dejes de...

Disfrutar de las aguas dulces de El Atazar. Más de 30 años lleva el club Nortesport (sierranorte.com/nortesport) de Cervera de Buitrago realizando bautismos y cursos de iniciación y perfeccionamiento de windsurf, vela ligera y vela de crucero en el embalse. También alquila piraguas y tablas de paddle surf.

Guía práctica

Guía práctica

Madrid© Jaime Franch

Cómo llegar

En Horcajuelo de la Sierra, donde se llega tomando la salida 85 de la autovía A-1, comienza esta ruta de 75 kilómetros que recorre los pueblos de Montejo, La Hiruela, Puebla de la Sierra, El Atazar y Patones.

Qué ver

Horcajuelo de la Sierra. Una guía de su bien conservado patrimonio etnográfico puede descargarse en horcajuelodelasierra.es. Hayedo de Montejo. Solo puede visitarse con guía, reservas en sierradelrincon.org. Por libre se puede andar por la dehesa boyal o por el camino viejo de Horcajuelo. La Hiruela. El molino Nuevo es una joya etnográfica que descubriremos recorriendo la senda circular De Molino a Molino. Puebla de la Sierra. Un paseo de 1,3 kilómetros permite ver, además del propio pueblo, el museo de esculturas al aire libre El Valle de los Sueños (elvalledelossuenos.wixsite. com/elvalledelossuenos). Hay también un museo de dibujo, obra gráfica y obra contemporánea japonesa. El Atazar. A esta aldea de arquitectura tradicional la rodea un mar de agua dulce, el embalse de El Atazar. A tres kilómetros del pueblo, la carretera M-133 pasa por encima de la presa, una ola de hormigón de 484 metros de largo por 134 de alto. En la carretera que conduce luego a Patones hay un magnífico mirador desde el que se domina el mayor embalse de Madrid. Patones. Ofrece la imagen de un poblado de ganaderos casi prehistórico, con sus casas de muros irregulares de mampostería seca.

Dónde dormir

Monte del Tejo (Montejo, hotelmontedeltejo. blogspot.com). Ocho habitaciones de decoración moderna y restaurante de cocina tradicional. Al Viento (Prádena del Rincón, alvientoturismorural. com). Alojamientos rurales en una casa de piedra y madera de nueva construcción. El Tiempo Perdido (Patones, elpoleo.com). Hotelito que ocupa varias casas tradicionales, con obras de arte y comodidades insospechadas. Restaurante a la misma altura. La Fuente (Patones, hotelrurallafuente.es). Minúsculo hotel en una casita rústica del viejo Patones.

Dónde comer

El Hayedo(Montejo, mesonelhayedo.es). Mesón rústico y sencillo, perfecto para probar los típicos judiones y carnes de la sierra. Entre Naranjos (Horcajuelo, tel. 667 92 69 31). Restaurante especializado en arroces. Rey de Patones (Patones, reydepatones.com). El más veterano de los restaurantes del pueblo. El Lavadero de Patones (Patones, ellavaderodepatones.com). Bonito restaurante de carnes a la brasa con terraza.

Más información

Sierra Norte, sierranortemadrid.org

Turismo de Madrid, turismomadrid.es/es/