El genial Francisco de Goya, a quien los historiadores suelen considerar como el primer artista moderno, está de aniversario, y para celebrar una cifra tan señalada, Zaragoza –su patria chica– ha preparado una agenda con una larga lista de eventos y actividades en su memoria. Pero más allá de los actos conmemorativos –el más sonado será una gran exposición a finales de año–, la efeméride es la excusa perfecta para planear una visita a la provincia aragonesa y recorrer algunos de los lugares donde la huella del aragonés más universal todavía es visible.
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La primera etapa de la ruta nos conduce, inevitablemente, a Fuendetodos (a poco más de 40 kilómetros de la capital maña), el pueblo donde nació el artista. Allí todavía se conserva –y se puede visitar– su casa natal (fundacionfuendetodosgoya.org/casa-natal-goya), una típica vivienda aragonesa que perteneció a su tío materno y en la que vivía su familia temporalmente. En la localidad también podemos visitar la iglesia de la Asunción, donde aún puede verse la pila en la que el artista fue bautizado. A solo unos metros de la casa que le vio nacer, en la misma calle, se encuentra otro enclave de interés: el Museo del Grabado (fundacionfuendetodosgoya.org/museo-del-grabado), en el que además de contemplar las cuatro grandes series de grabados del pintor (Los Caprichos, Los Desastres de la Guerra, La Tauromaquia y Los Disparates) también hay interesantes exposiciones temporales con obras de otros artistas.
DE ALAGÓN A REMOLINOS
Goya dio sus primeros pasos como creador en los talleres de José Luzán y Francisco Bayeu, y, más tarde, amplió sus habilidades gracias a un viaje por Italia que le sirvió para «empaparse» de los secretos de los grandes maestros. A aquellos primeros años como pintor pertenecen, precisamente, algunas creaciones tempranas que aún podemos visitar hoy. La primera la encontramos en la localidad de Alagón, a solo 20 kilómetros de Zaragoza. Allí, en la Casa de Cultura –antiguo colegio de los jesuitas–, apareció en 1986 una obra del artista: Exaltación del Nombre de Jesús (1765).
Poco después dio nuevas muestras de su talento en la iglesia de San Juan el Real de Calatayud, donde pintó a los Santos Padres de la Iglesia, un tema que también empleó para decorar el interior de la ermita de la Virgen de la Fuente de Muel (a 30 kilómetros de Zaragoza) y que volvió a repetir en la iglesia de San Juan Bautista de Remolinos, también muy cerca de la capital.
UN LEGADO A ORILLAS DEL EBRO
La próxima etapa de esta ruta goyesca nos lleva, precisamente, hasta la capital del Ebro. Antes de dirigirnos al centro urbano, conviene hacer una primera parada en la cartuja del Aula Dei, un monasterio situado en el barrio de Peñaflor. Aunque el recinto monástico cuenta con varios elementos de interés, su mayor joya consiste, sin lugar a dudas, son las pinturas murales que Goya ejecutó en el templo del cenobio hacia 1774, cuando tenía 28 años. De los 11 murales originales pintados al óleo, en los que se representan escenas de la Virgen y el Niño Jesús, hoy solo podemos contemplar 7. El monasterio del Aula Dei sigue acogiendo una comunidad monástica, por lo que únicamente se visitar los sábados por la mañana y permite descubrir otros tesoros del recinto, como el claustro o el jardín.
Ya en el centro de la ciudad, el Museo Goya (museogoya.ibercaja.es) es un imprescindible, muy próximo a la plaza del Pilar. Este espacio cuenta entre su colección con 14 lienzos realizados por el genio de Fuendetodos, además de un dibujo y las series completas de sus grabados, junto a una selección de otras obras destacadas de artistas contemporáneos.
Desde el Museo Goya podemos dar un breve paseo hasta la plaza de San Miguel para contemplar la bellísima iglesia mudéjar del mismo nombre y uno de los edificios donde vivió el artista. La vivienda, una modesta construcción de fachada amarilla que fue reformada en el siglo XIX, albergó en su planta baja el taller del padre del artista, que era dorador, y hoy recuerda que acogió a Goya entre sus muros con una placa conmemorativa.
Apenas 5 minutos a pie nos separan del Museo de Zaragoza (museodezaragoza.es), en cuya colección se custodian varios lienzos de quienes fueron sus maestros –Luzán y Bayeu–, además de varias pinturas de sus años de formación, de su viaje a tierras italianas y una selección de soberbios retratos realizados en la Corte, entre los que destacan los retratos de Carlos IV, Fernando VII o María Luisa de Parma.
DOS PINTURAS PARA LA «PILARICA»
Para poner punto final a la ruta goyesca hay que dirigir nuestros pasos hasta la basílica del Pilar (catedraldezaragoza.es), el símbolo más reconocible de la ciudad. En su interior (la visita al templo es gratuita) es posible disfrutar con la contemplación de dos obras del maestro: la primera se encuentra en el llamado coreto de la Virgen, una pintura que representa La adoración del nombre de Dios, su primer encargo importante.
Para contemplar la segunda también hay que alzar la vista: en una de las bóvedas que acompañan a la Santa Capilla descubrimos la cúpula Regina Martyrum (Reina de los mártires). Los trazos y el estilo abocetado y moderno de Goya no gustaron ni a Bayeu ni a los canónigos del Pilar, pero eran ya una prueba palpable del incontenible talento de un genio.
Descubre el legado de Francisco de Goya y Lucientes con este tour por Zaragoza.
UN AÑO LLENO DE ACTIVIDADES
Con motivo del 275 aniversario del nacimiento del maestro aragonés se ha elaborado para 2021 un completo programa de actividades que incluye exposiciones, conciertos, espectáculos de danza y obras de teatro de temática goyesca (fundaciongoyaenaragon.es). De las 12 exposiciones temporales que se incluyen en la agenda, Goya sin límites girará en torno a las célebres pinturas negras del artista, con una muestra en el IAACC Pablo Serrano (a partir de octubre), en la que se proyectarán imágenes en alta resolución de dichas obras.
Durante este mes de septiembre y octubre, distintas calles de la ciudad también se convertirán en un escenario artístico improvisado, al exponer al aire libre varias obras de temática goyesca. Así, Figuras de Goya ha dispuesto un total de 10 esculturas decoradas por artistas aragoneses que representan al pintor de Fuendetodos. Y la propuesta Goya en cubos, organizada por el Heraldo de Aragón, ha llenado la plaza del Pilar con 10 cubos en los que jóvenes artistas han reinterpretado distintas obras del genio aragonés.
El evento más importante, sin embargo, consistirá en una gran exposición que se celebrará entre diciembre de 2021 y marzo de 2022 en el Museo de Zaragoza, bajo el título de Goya en el Grand Tour.
HORA DE DESCANSAR
Ubicado en pleno centro histórico, a un paso de la plaza del Pilar y la plaza de España, el Hotel Alfonso (hotelalfonsozaragoza.com), remodelado hace unos años por los arquitectos Pemán y Franco y el decorador Pascua Ortega, posee una ubicación ideal para descubrir las huellas de Goya en Zaragoza y disfrutar del resto de tesoros de la ciudad. De ambiente íntimo, arquitectura y diseño elegante, Zrooms&Suites (zrooms.es), un hotel boutique ubicado en una antigua galería de arte, al estilo del Soho de Nueva York.
UNA PARADA PARA COMER
Para tomarle el pulso a la gastronomía aragonesa, podemos optar por una ruta de tapas por las calles del célebre Tubo (entre la calle Alfonso y la plaza de España), o bien optar por una de las apuestas seguras del centro histórico: Casa Pedro, regentado por los hermanos Carcas y con una carta en la que destaca el equilibro entre cocina contemporánea y la tradición culinaria aragonesa. Ya más apartado del centro, se puede disfrutar del buen hacer del joven equipo de Cancook, que en 2020 recibieron dos galardones de prestigio: una estrella Michelin y un sol de la Guía Repsol.