Una ciudad como Brno, que se encuentra en plena ruta que conecta las capitales históricas de Praga, Viena y Budapest, tiene poco margen para brillar. Y sin embargo lo hace. Se puede parar en la capital morava solo para seguir la pista a dos de los mejores escritores del siglo xx, Milan Kundera y Bohumil Hrabal, que nacieron aquí (el primero, en el barrio de Královo Pole, y Hrabal, en Židenice). O para visitar la Villa Tugendhat, una de las viviendas más sofisticadas de la historia de la arquitectura, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El arquitecto alemán Mies van der Rohe, fiel representante de la escuela Bauhaus, la construyó en 1927 para la familia de industriales textiles Fritz y Grete Tugendhat, y, restaurada hace una década, está abierta al público. En la pendiente de la colina Petrov, desde su amplio ventanal acristalado se distingue el perfil medieval de la fortaleza de Špilberk, el castillo que defendió a la ciudad de las invasiones húngaras, suecas y prusianas; o la colosal catedral de San Pedro y San Pablo, levantada sobre una vieja iglesia románica.
Desde Brno podemos seguir un itinerario en coche al interior de Moravia. Al norte, en menos de una hora, llegaremos al Karst de Moravia, una región calcárea de paisajes subterráneos únicos, las catacumbas naturales de Europa Central. Su sistema de grutas y cavidades esconde más de mil cavernas y forma una reserva natural protegida para explorar. Las cuevas más populares son las de Punkevní jeskyně, en las que el río subterráneo Punkva se navega en barco y la travesía conduce al accidente geográfico más importante de la República Checa, el abismo de Macocha, un cañón de 138 metros de profundidad.
De nuevo en la superficie, a hora y media por carretera se halla la ciudad universitaria de Olomouc, que tiene una población de 20.000 estudiantes (dos de cada diez habitantes son universitarios), 300 bares y el segundo casco histórico monumental del país, tras el de la capital de la República Checa. Olomouc es la antigua capital de la región, y se puede pasar la tarde en un cineclub que programa películas independientes como el Metropol, o en el Palacio Arzobispal, aún hoy residencia de los obispos, donde el joven archiduque Francisco José fue proclamado emperador en 1848. Eran tiempos convulsos. En un balcón de la primera planta del palacio había abdicado poco antes Fernando I de Austria.
Otro residente ocasional en Olomouc fue Mozart, que en 1767 llegó con su madre y su hermana huyendo de una epidemia de viruela que asolaba Viena. Tenía once años y no perdió el tiempo: en su breve estancia compuso la Sexta Sinfonía. En sus paseos por el casco viejo vería el monumento más importante de Olomouc, la columna de la Santísima Trinidad del arquitecto Václav Render, inaugurada solo unos años antes, en 1754, en la plaza Alta. Se trata del conjunto de esculturas barrocas más grande de Europa Central. En la misma plaza, la columna mariana comparte protagonismo con el reloj astronómico situado en la fachada norte del ayuntamiento.
La última parada del viaje es Kroměříž, a 50 kilómetros de Olomouc, una pequeña ciudad de 30.000 habitantes bendecida por el barroco, de gran importancia histórica. Fundada en el siglo xiii como residencia de verano de los arzobispos de Olomouc, la ciudad vieja fue destruida en el siglo xviii, durante la guerra de los Treinta Años, momento en el que los príncipes-obispos de Olomouc decidieron reconstruirla a lo grande. Los arquitectos italianos acabaron con lo poco que quedaba en pie del Medievo, pero construyeron un palacio barroco majestuoso. Además del Palacio Arzobispal, también son Patrimonio Mundial de la Unesco los jardines versallescos que se extienden hasta el río Morava.
No dejes de...
Llegar a Mikulov. En la frontera con Austria, a 60 kilómetros de Brno y entre paisajes de viñedos, se distingue la silueta imponente de su palacio barroco, en lo alto de una roca. Esta pequeña ciudad medieval que floreció en torno a su elegante fortaleza, hoy lo hace gracias a sus numerosas bodegas. En el palacio, donde estuvo alojado Napoleón, además de una biblioteca centenaria y un jardín aristocrático se exhibe una exposición permanente dedicada… al vino.
Guía práctica
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