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La sólida mole de piedra de la iglesia de San Martiño de Mondoñedo parece una fortaleza, aunque su campanario y ábsides delatan un templo extraordinario. Es la catedral más antigua que se conserva en territorio español, y en muy buenas condiciones, por cierto. Se trata de una hermosa construcción románica, sencilla y poderosa al mismo tiempo, que ha perdurado milagrosamente, y que fue sede episcopal entre el año 870 y el 1112.
San Martiño de Mondoñedo, aunque parezca increíble, no está en Mondoñedo. Hay que buscarla a 5 kilómetros de la localidad de Foz, encaramada en una colina en el costado occidental de la ría. Desde el espectacular emplazamiento de la cercana Capela do Bispo, se dice que el antiguo obispo San Gonzalo hundió una flota vikinga que amenazaba la costa con el sencillo de gesto de trazar una señal de la cruz en el aire. Una leyenda que se recuerda el último fin de semana de agosto durante la Festa Normanda de Foz. Nadie sabe si es cierta, pero en este lugar se tiene la sensación de estar en un lugar mágico, santificado desde la Edad Media.
© Getty ImagesSan Gonzalo fue el más famoso y recordado de sus obispos. No solo hundió los barcos con oraciones, también lanzó una zapatilla al suelo para que brotara una fuente junto al templo, que sigue manando y tiene fama de milagrosa. Se recomienda beber su agua antes de entrar en San Martiño para luego admirar la armonía de su interior, la riqueza de sus capiteles románicos y la belleza de los frescos del siglo XIV, que se consideran los más antiguos de Galicia. Visitar el pequeño y ameno museo parroquial supone sumergirse en la agitada historia medieval de la diócesis, que no tiene nada que envidiar a las series de televisión centradas en el Medievo.
Para descubrir el territorio cercano a la antigua catedral, nada mejor que hacerlo desde Foz, la localidad costera al borde de su preciosa ría, una de las más ricas en aves de las Rías Altas, por la que discurre el Camino de Santiago del Norte. El pueblo forma un agradable conjunto en la desembocadura del río Masma, con una formidable colección de grandes playas –Arealonga, Areoura, Llás, Peizas, Os Xuncos…– y un puerto que hace tiempo fue ballenero.
EL CASTRO DE FAZOURO
En la playa de Arealonga de Foz, el Centro de Interpretación de A Mariña lucense (CENIMA) es un atractivo edificio moderno con información virtual que invita a descubrir una estupenda colección de maravillas cercanas (tel. 982 13 24 26). Entre ellas, el castro de Fazouro, el único en la costa cantábrica de Galicia, que luego se se visita por libre.
© ShutterstockSOUTO DA RETORTA
También conocido como eucaliptal de Chavín, este bosque cercano a la villa de Viveiro brinda un sencillo paseo por la margen derecha del río Landro. En él se encuentran algunos de los ejemplares de mayor altura y envergadura del continente. El Abuelo de Chavín es un eucalipto que supera los 61 metros de altura y ha sido declarado monumento natural.
© ShutterstockSARGADELOS
Cerca de Cervo una visita imprescindible es la fábrica de Sargadelos (sargadelos.com), la moderna y las ruinas de la vieja. Se conservan algunos restos de los altos hornos, de la presa y del canal, enlazados por el hermoso y romántico sendero Paseo de los Enamorados, que reúne presas y bosque en una zona tan remota como fascinante. Se conserva también el Pazo del Marqués y la Casa de la Administración, convertida en museo.
BURELA Y VIVERIO
Y en el entorno quedan también el puerto pesquero de Burela, capital en la pesca del bonito y de la merluza, y Viveiro, una joya urbana, declarada conjunto histórico artístico, con su ría, la gran playa y buenos sitios para comer productos del mar de calidad asombrosa.
© Shutterstock
© ShutterstockPASARELAS DE O FUCINO DO PORCO
Y um poco más allá, en O Vicedo, en la entrada de la ría de Viveiro, merece la pena acercarse a recorrer las pasarelas de O Fuciño do Porco. El verdadero nombre de este «hocico de cerdo» regala un sorprendente paseo entre acantilados por un tramo salvaje de la Mariña lucense, apto para hacer incluso con niños. Un zigzagueante camino costero que sube y baja por un sendero y pasarelas de madera con algunos tramos de escaleras que van a parar a un impresionante mirador sobre la playa de Pereira y San Román (Area Grande). Lo más recomendable es dejar el vehículo cerca de la playa de Abrela y desde ella tomar la senda azul que lleva hasta el escarpado cabo.
© Anxo RialDE TURISMO RURAL
En Foz, Valraíña (valraina.com) es un conjunto de construcciones de piedra acondicionadas para turismo rural, con instalaciones muy cuidadas, y todo tipo de servicios. De antigua casa de labranza, Casa do Mundo (casadomudo.com), en Cervo, ha pasado a ser un pequeño alojamiento de exquisita calidad, ideal para descubrir el entorno. Otra buena opción para alojarse es Balcón de San Bartolo (hotelbalcondesanbartolo.com), en Barreiros, un pequeño hotel con instalaciones modernas y correctas, bien situado cerca de la playa.
BONITO Y OTROS SABORES DEL MAR
En Cangas de Foz, Casa Selmira es un restaurante tradicional que ofrece formidables preparaciones del bonito del norte en temporada y, todo el año, caldeiradas y parrilladas de pescado y mariscos, ternera guisada y cocidos en el comedor de planta alta que cuenta con vistas sobre la costa. San Martiño está frente a la playa de Foz, un gran establecimiento siempre concurrido, con buenos pescados y mariscos. En el mismo puerto de Burela, Casa Miranda, un local moderno, referente de calidad en cuanto a la calidad de pescados y mariscos, preparación y presentación. También en Burela, A Llonxa (alonxarestaurante.es), en la Nueva Lonja, destaca por la calidad del producto de mar, pescados y mariscos frescos del Cantábrico, almejas, pulpo, calamares y bonito en temporada. Buen arroz con bogavante por encargo.
