De Santander hacia el occidente, el litoral cántabro se muestra salvaje, tanto que es conocido como Costa Quebrada, un parque geológico de acantilados, playas de arena dorada y peñascos de roca. En este entorno, el río Pas desemboca a lo grande en el mar, formando un precioso estuario junto al que se extiende el Parque Natural de las Dunas de Liencres. Trazamos una ruta por este tramo de la costa de Cantabria que el mar no para de modelar a su capricho y en el que será fácil caer rendidos ante tanta belleza.
El tramo costero del municipio de Piélagos tiene solo seis kilómetros, entre la ría de Mogro, que forma el cauce del Pas al verter sus aguas en el Cantábrico, y la playa de la Arnía, pero es el mejor muestrario de ese valioso y abrupto frente marino que es la Costa Quebrada.
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EL SISTEMA DUNAR MÁS IMPORTANTE DEL NORTE DE ESPAÑA
Para situarnos y hacernos una primera idea del entorno, el mirador del Abra del Pas es el mejor punto de partida de la ruta. Se encuentra en la carretera que lleva de Boo a Liencres y desde él divisamos una amplísima panorámica del puntal de Valdearenas, el extenso pinar marítimo que protege las dunas, la ría y, en el meandro que dibuja esta en su tramo final, el campo de golf Abra del Pas. Peña Sagra, la sierra del Cuera y hasta los Picos de Europa, visibles en días claros, enmarcan el horizonte.
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Un kilómetro más allá, a la izquierda, está el desvío que tomaremos para adentrarnos en el Parque Natural de las Dunas de Liencres, este espacio protegido de alto valor ecológico tiene como mérito ser el sistema dunar más importante del norte de España. La carretera se adentra en el bosque para alcanzar, en un par de kilómetros, a pie de playa un aparcamiento donde dejaremos el coche. A un lado, la playa de Valdearenas, al otro, la de Canavalle, dos paraísos de ambiente surfero, donde no faltan chiringuitos ni escuelas de surf como escuelavaldearenasurf.com, escuelacantabradesurf.com, escueladesurfliencres.com o escueladesurfsantander.com. donde alquilar una tabla o contratar unas clases y cabalgar las olas del Cantábrico.
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SENDERISMO A PIE DEL ACANTILADO
Para descubrir el parque natural en toda su dimensión, hay un itinerario circular de unos seis kilómetros que arranca en el aparcamiento de Valdearenas, lleva hasta el extremo del puntal y, bordeando después la ría, alcanza el pinar marítimo que escolta los casi tres kilómetros de playa.
Fácil y apta tanto para realizar tanto pie como en bicicleta de montaña es la bonita senda costera que arranca en Canallave (en la imagen) y, entre prados intensamente verdes, une las otras playas de Liencres. La senda se puede abordar en dos tramos: el primer paseo, de tres kilómetros, pasa por la playa de Pedruquios (más conocida como el Madero) y concluye en la de Somocuevas. Los que se animen pueden descender a esta por los 140 peldaños de la escalera que lleva a sus pies y darse un baño en sus aguas, protegidas por una ensenada.
De Somocuevas (en la imagen) a La Arnía hay otros tres kilómetros, que discurren por uno de los paisajes más espectaculares de Cantabria, donde se hace más visible la erosión de los acantilados en este antiguo mar tropical. En el trayecto, dos calas más, Cerrias y Portio, situadas una frente a otra y cambiantes al ritmo de las mareas. Y al final, la Arnía, con su espectacular plataforma de abrasión y los urros de Liencres frente a ella, unos islotes calizos como bastiones en el mar.
ORUÑA DE PIÉLAGOS
Merece la pena adentrar unos cuantos kilómetros hacia el interior (12 km desde la playa de La Arnía) para admirar el puente viejo de Oruña, una obra sobria y rústica que durante cuatro siglos fue el único paso sobre el Pas en el Camino Real que unía el puerto de Santander con la Meseta. Bajo sus arcos cruzan angulas, truchas y salmones y también piraguas y tablas de paddle surf (totorasurfschool.com/pielagos) que hacen recorridos por las aguas fluviales.
En la oficina de turismo de Liencres (pielagos.es/oficina-de-turismo) y durante los meses de verano se organizan rutas que descubren el patrimonio natural y cultural del municipio de Piélagos. Son dos rutas guiadas a pie de dos horas y media de duración y varios itinerarios guiados de baja dificultad y que no exceden de los diez kilómetros, como el que sigue el Camino de Santiago, que atraviesa Arce, Oruña y su puente medieval (en la imagen), permite admirar hermosas casonas y deja a un lado la atalaya medieval de la Torre de Velo. También la que discurre entre Vioño y Zurita, el que sigue la Vía Agripa o el que recorre el pasado industrial y los montes de Parbayón.
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A LA (BUENA) MESA
No hay mejor guinda a cualquier viaje que degustar sus delicias gastronómicas y de eso Cantabria sabe mucho. En los fogones de El Molino Nuevo (elnuevomolino.es), en Arce a solo 3 kilómetros de Oruña, se disfruta de la inmensa y rica despensa cántabra con una cocina clásica con guiños contemporáneos merecedora de una estrella Michelin. Si lo que apetece es comer junto al mar El Cazurro, ubicado junto a la playa de La Arnía (en la imagen), es la mejor elección. Arroces, platos de cuchara marineros y pescados en un agradable restaurante en tonos blanco y azul sobre la playa y con vistas espectaculares. Mejor reservar con antelación y pedir una mesa en su interior, allí se disfruta de las mejores vistas (facebook.com/elcazurro.barrestaurante/).
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