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Planes de verano

Desde Santurce a Bilbao por la orilla de la ría, como dice la canción

Unas sabrosas sardinas a la parrilla, un hotel vasco-cubano, cocina de autor frente a la playa o un paseo entre obras de arte. Todo ello y más lo iremos descubriendo a lo largo de este recorrido.


10 de agosto de 2021 - 16:45 CEST

PUERTO DE SANTURCE

El monte Serantes, con su cima a 451 metros de altura, es un excelente mirador sobre la bahía del Abra, el mar Cantábrico y la ría de Bilbao. A los pies del monte está Santurce, la primera de las paradas de este recorrido por las orillas de la ría y un buen lugar para apuntarnos a un montón de experiencias marineras, la primera y obligada: degustar unas sabrosas sardinas a la parrilla en el puerto pesquero. Aquí, rodeada de barquitas, la cofradía de pescadores acoge el Museo del Mar (Santurzi Itasaso). Y continuando por el antiguo camino que seguían las sardineras en dirección a Bilbao, cerca del espigón, el barco-museo Agurtza. También recomendable es asistir a la subasta del pescado teatralizada, navegar en velero por el Abra (lamarencalma.com) o subirnos a una embarcación tradicional con los arrantzales para conocer la historia marítima de esta localidad y acabar en la lonja viendo cómo se descarga la pesca del día (elbotebilbao.com).

CASCO MEDIEVAL DE PORTUGALETE

En la misma orilla de la ría de Santurce y muy cerquita queda Portugalete, otra villa marinera con un casco histórico de calles empinadas que sigue manteniendo su esencia medieval. Además del pasatiempo de subir y bajar por las escaleras que salvan sus desniveles, hay que admirar la basílica de Santa María y, junto a ella, la Torre de los Salazar, del siglo XIV. También tiene un conjunto de palacetes construidos por la burguesía bilbaína y un animado ambiente, gracias a sus bares donde entregarnos al poteo, pero nada que le haga sombra al simbólico puente de hierro donde siempre acabaremos el paseo.

EN LA BARQUILLA DEL PUENTE COLGANTE

El más icónico de los puentes que cruzan la ría de Bilbao es una gran obra de ingeniería que forma parte del Patrimonio Mundial de la Unesco. Más de un siglo lleva el primer puente transbordador del mundo haciendo de nexo de unión entre las dos márgenes y trasladando a peatones, ciclistas y vehículos entre Portugalete y el barrio de Las Arenas de Getxo. Podemos pasar un buen rato cruzando en su barquilla de un lado a otro, subiendo a la pasarela que recorre a 45 metros de altura este mecano colosal para admirar sus vistas. Y los más atrevidos, haciendo escalada o saltando atado a una goma desde sus alturas (puente-colgante.com).

UN HOTEL VASCO-CUBANO

A pocos metros del Puente de Bizkaia y con unas vistas privilegiadas de esta icónica estructura de hierro elegimos el Puente Colgante Boutique Hotel (puentecolganteboutiquehotel.com) para alojarnos. Un hotel vasco-cubano con historia, que comenzó gracias a un indiano que hizo fortuna en La Habana a finales del siglo XIX y alojó a personajes tan ilustres como el rey Alfonso XIII. El aire colonial se hace presente en sus habitaciones y suites, también en la carta de El Paladar, en cuya terraza se degustan deliciosos platillos cubanos. Para otros momentos están reservados Tap Station y sus cervezas internacionales o los cócteles de Cromwell.

LAS GRANDES VILLAS DE GETXO

El paseo más saludable, apetecible y elegante que podemos dar por Getxo va desde el espigón Evaristo Churruca al Puerto Viejo de Algorta. A pie, en bicicleta o sobre patines, iremos disfrutando de las playas de Las Arenas y Ereaga y a la vez admirando las grandes villas que las familias adineradas e influyentes de la industria vizcaína empezaron a levantar entre finales del siglo XX y principios del XX siguiendo la moda de los burgueses europeos de la época. A lo largo del paseo, una serie de paneles interpretativos nos ilustran sobre las arquitecturas más sobresalientes.

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UNA COMIDA CON VISTAS AL MAR

Sentarse a la mesa en Tamarises Izarra (tamarisesizarra.com) es más que un placer. Primero, porque estando a pie de la playa de Ereaga, desde sus ventanales lo que se ve es el azul del mar y eso no tiene precio. Pero, además, porque todo lo que sale de la cocina de este elegante restaurante es exquisito. Cocina vasca de mercado con un punto de innovación que el chef Javier Izarra borda en cada uno de sus platos. Acierta con el producto, con la elaboración y la presentación; también con el ambiente, la decoración y la iluminación de su comedor principal, en el primer piso, o de sus terrazas exteriores. Atención a las merluzas y los bacalaos, que tienen un apartado independiente en su carta, y a su menú degustación (65 €; 85 € con maridaje).

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TOUR DE SAN MAMÉS

Bilbao tiene dos catedrales, la de Santiago, en el casco antiguo; y la Catedral, con mayúsculas, como llaman los aficionados al fútbol al estadio del Athletic Club. Esta se asoma a la ría y es una referencia no solo por ser la sede del centenario equipo rojiblanco, también por su moderna arquitectura, reconocida a nivel mundial. Para conocer los más de 110 años de historia del club y su relación con la ciudad hay que visitar su museo, donde podemos admirar las indumentarias más antiguas del fútbol español, los primeros trofeos a nivel estatal o conocer su apuesta por el fútbol femenino. Pero para sentir la emoción a pie de campo, después hay que continuar con el tour (con guía o autoguía) que recorre sus instalaciones y pasa por el vestuario, el palco o la sala de prensa (sanmames.athletic-club.eus). Las entradas, desde 5 €.

PASEO POR EL MUELLE DE BILBAO

Desde la poderosa grúa Carola –recuerdo del legado industrial y portuario de antaño– iremos paseando (otros muchos lo hacen corriendo o pedaleando) por la orilla de la ría del Nervión hasta el puente del Arenal, donde empieza el casco antiguo de Bilbao. A lo largo del camino se ve el Museo Marítimo (museimaritimobilbao.eus) y el Palacio Euskalduna, antes de alcanzar el imponente Guggenheim, escoltado por el perro Puppy y la Araña gigante y, más allá, el puente Zubizuri, obra de Santiago Calatrava.

MUSEO DE BELLAS ARTES DE BILBAO

Desde que el Guggenheim llegó a Bilbao para revolucionar la ciudad, toda la atención la acaparó el más moderno de los museos. Pero ahí al lado está el de Bellas Artes, el más importante después de El Prado, que, en 2023 también será el más nuevo, cuando finalice la ampliación ideada por los arquitectos Norman Foster y Luis María Uriarte. Mientras tanto, podemos disfrutar de una apabullante colección de pinturas, esculturas, obras sobre papel y artes aplicadas del siglo XVIII hasta la actualidad entre las que encontramos obras maestras de El Greco, José de Ribera, Murillo, Zurbarán, Goya, Gauguin, Zuloaga, Miquel Barceló, Chillida...

DE PASEO POR EL PARQUE DOÑA CASILDA DE ITURRIZAR

El Museo de Bellas Artes abre sus puertas al mayor espacio verde de Bilbao, muy próximo a la ría y nexo de unión entre la zona de Abandoibarra y el Ensanche. En este centenario parque nos tomaremos un tiempo para pasear por sus senderos mientras descubrimos su gran riqueza botánica, con chopos, hayas, tilos, cedros, abedules y muchas otras especies procedentes de todo el mundo. Pero también para contemplar su monumental plaza de La Pérgola, el estanque de los Patos, las fuentes y las obras de arte de reconocidos artistas, como Eduardo Chillida, que van saliendo al paso.

MUSEO GUGGENHEIM

La última de las paradas de este recorrido por la ría del Nervión es su icono arquitectónico. Bilbao apostó hace años por la modernidad y le salió redondo gracias a este edificio de formas curvas y titanio salido de la imaginación de Frank Ghery que supuso el principio de un auténtico renacer de la ciudad. Si rompe esquemas su asombrosa arquitectura vista desde fuera, tampoco dejan indiferentes las exposiciones y otras propuestas artísticas que podemos visitar en sus salas tras cruzar su gran atrio diáfano lleno de luz (guggenheim-bilbao.eus).