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En kayak por el pantano de Sau y más a 1 hora de Barcelona

Con riscos de vértigo, bosques profundos y el pantano de Sau en el valle, la riqueza natural de la comarca de Osona es perfecta para unos días entregados al turismo activo. Sus preciosos pueblos anclados en el Medievo, sus masías centenarias y sus templos románicos dan también para muchos otros planes.


Actualizado 12 de julio de 2021 - 16:51 CEST

El pantano de Sau es un ineludible del verano en la provincia de Barcelona, un verdadero parque de atracciones para los amantes de los deportes acuáticos, donde zambullirse literalmente y disfrutar de todas las actividades acuáticas imaginables. Surcar el pantano en kayak, por ejemplo, regala sorpresas como palear a un palmo del campanario de la iglesia románica de Sant Romà de Sau, del siglo XI, que desde la construcción del pantano de Sau en la década de los 60 del pasado siglo, permanece oculta bajo las aguas. El Club Nàutic Vic-Sau (vicsau.com) ofrece rutas en kayak o canoa, además de otras actividades como windsurf, esquí acuático...

Kayak en el pantano de Sau, Barcelona© Shutterstock
Kayak en el pantano de Sau, Barcelona

No son las únicas formas de conocer los alrededores del pantano y su entorno, también podemos realizar recorridos en segway, en BTT o nordic walking, como los que propone Aquaterraclub (aquaterraclub.com). Aunque para experiencia de más altura que la que pueda brindar cualquier risco, ninguna como hacer vuelo en los globos aerostáticos de Baló Tour (balotour.com) para contemplar desde los cielos la planicie de Vic o el monasterio románico benedictino de Sant Pere de Casseres (santperedecasserres.cat), encaramado sobre un meandro del río Ter y que parece levitar sobre el pantano.

DE RUTA POR CANTANIGRÓS

Y de las aguas del pantano a las alturas del macizo del Collsacabra, donde descubrir peñascos como los de Aiats, vestigios arqueológicos y las historias que aún hoy se cuentan en torno a Serrallonga, el bandolero catalán más famoso, que hizo de Les Guilleries su particular bosque de Sherwood. Una coordenada esencial para senderistas es Cantonigròs. Aquí nacen rutas magníficas para disfrutar durante un buen puñado de horas de la frondosidad de la sierra. Como la que engarza el pueblo y el santuario de la Mare de Déu de Cabrera, encaramado a una cima a 1300 metros de altitud. Otra propuesta de altura –literal– es, desde Cantonigròs, alcanzar la roca conocida como la Foradada, enclave mágico al que se llega a pie tras una deliciosa excursión entre encinas, castaños y robles.

Macizo del Collsacabra en Barcelona© Shutterstock

TAVERTET Y RUPIT

Aunque para recorrido senderista, la pista forestal que une dos de los municipios más emblemáticos del Collsacabra: Tavertet y Rupit. Tras deambular sin prisas por las calles empedradas de la primera, entre las que sobresale la iglesia románica de Sant Crostófol, el camino discurre en paralelo al precipicio sobre el que se alzan peñascos tapizados de sotobosque y se adentra en un umbrío hayedo antes de alcanzar Rupit. Salvar el puente colgante sobre el río y vagar sin prisas entre sus callejuelas escalonadas es como hacer una escapada al Medievo. Merece la pena realizar la ruta sombreada junto al torrente que rodea el pueblo siguiendo las paredes naturales, lo que permite contemplar las murallas del antiguo palacio, pasando por la fuente de Carreguell y el puente medieval de Can Badaire.

Pueblo de Rupit, Barcelona© Shutterstock
Puente de accedo a la localidad de Rupit.

MÁS PUEBLOS Y SENDEROS

El Moianés es una deliciosa comarca al sur de Osona con pequeños pueblos encantadores, como Moià, su capital, l’Estany o Calders. Pero también cuenta con una extensa red de caminos señalizados y su suave orografía que permiten enrolarse en excursiones a pie, pero también a caballo o en bicicleta de niveles diversos, con escenarios tan singulares como el coqueto hayedo de la Sauva negre de Castellcir, los gorgs blaus (pozas azules) de Monistrol o los robledales de Collsuspina. Entre sus tesoros patrimoniales destaca el monasterio de Santa Maria de l‘Estany, de los más insignes del románico catalán. Otros secretos singulares son el pozo de hielo de Calders, el dolmen del Pla de Trullàs o la cueva del Toll, en Moià.

 Santa María de L'Estany, Barcelona© Shutterstock
Claustro románico del monasterio de Santa María de L'Estany, Barcelona
Pueblo de L'Estany en Barcelona© Shutterstock
Calles empedradas de la pequeña localidad de L'Estany, en Barcelona.

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VIC

Después de disfrutar de la naturaleza, en la capital de la comarca podemos pasar una jornada de shopping de artesanía o de delicatessen locales. Su encanto medieval tiene en El Mercadal, la plaza del mercado, su epicentro. Otros tesoros locales son el Museo Episcopal o la catedral. Pero para degustar, sus platos más célebres, como la escudella de carn d’olla, los farcellets de col o la olla remenada.

Catedral de Vic.© Shutterstock

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DÓNDE DORMIR

En Tavertet, en l’Avenc (avenc.com), una antigua masía convertida en un singular hotel rural sostenible con casitas, apartamentos y habitaciones confortables repartidas entre el edificio rústico y uno nuevo bioclimático. Desayunos y cenas basada en productos ecológicos, de proximidad y temporada. Piscina interior. Con un emplazamiento único y vistas impagables sobre el pantano de Sau y Les Guilleries, el Parador de Vic-Sau (parador.es), que suma una buena oferta gastronómica y su piscina frente al pantano. En Rupit, mucho encanto tiene el hotel y restaurante Estrella (hostalestrella.com), un alojamiento familiar al frente de la misma familia desde 1946.

DÓNDE COMER

Un bonito entorno para una cocina vegana con productos de calidad que busca sorprender y tapas de seiempre es lo que ofrece Can Baumes (canbaumestavertet.com). Otra buena elección es el restaurante del santuario de Cabrera, en Santa Maria de Corcó (tel. 938 44 70 33), donde saborear platos tradicionales de la tierra como l’arròs de muntanya con vistas a la panorámica natural que se abre al otro lado de sus ventanales. En Cantanigròs está Ca l’Ignasi (calignasi.net), uno de los mejores lugares en la comarca para saborear cocina de terruño, como las deliciosas carnes a la brasa que alumbra su horno de leña.