PLAYA DE NAVAGIO, GRECIA
La isla griega de Zakynthos guarda una sorpresa mayúscula: esta pequeña y hermosa playa de arena blanca rodeada por uno de los acantilados color marfil más espectaculares del mundo. Vista la formación rocosa desde las alturas produce vértigo, pero llegar en barco –el único acceso posible– hasta este mágico lugar aislado de toda civilización es un auténtico placer. Una vez en ella, lo que más sorprende son los restos de un antiguo barco, el Panagiotis.
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PLAYA ÉTRETAT, FRANCIA
Esta playa de la costa de alabastro de Normandía, protegida por verticales acantilados siempre sirvió de inspiración a numerosos artistas, desde Claude Monet a Eugêne Boudin o Gustave Courbet. Fue el primero el que plasmó en el lienzo su característico arco natural que algunos llamaban «El ojo de la aguja» y él bautizó como Étretat, l‘aiguille et la falaise, pintado en 1885. Para entender la magnificencia del paisaje se puede subir a un pequeño barco o caminar por las alturas de estas majestuosas escarpaduras.
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PLAYA DA MARINHA, PORTUGAL
Escarpadas rocas decoran a izquierda y derecha una de las playas preferidas del Algarve, de arena blanca y bañada por el azul verdoso de las aguas del Atlántico. Unas panorámicas escaleras dan paso a esta fortaleza de piedra en el mar y anuncian parte de la belleza que guarda en su interior. Contar los siglos en las curvas de sedimentos que la rodean es un reto obligado antes de zambullirse en el océano. Como también subirse a una barca y ver desde el mar los arcos y riscos que la decoran.
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BAHÍA DE ZAGARE, ITALIA
Solo hay dos maneras de acceder a esta maravilla de la naturaleza que descubrimos entre Matina y Vieste, en el Parque Nacional de Gargano: por mar o en el ascensor de cristal del hotel Baia delle Zagare. Pilares de roca blanca, cuevas marinas, olor de azahar y un espectacular arco de piedra que se posa sobre el agua se suceden en este kilómetro de arena blanca y fina que invita al baño y a la contemplación en la región de Apulia, el tacón de la bota italiana.
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SANTA GIULIA, CÓRCEGA
La isla que vio nacer a Napoleón es también la más verde del Mediterráneo y un paraíso natural con más de 200 kilómetros de playas de arena blanca y aguas cristalinas. Una sobresaliente es Santa Giulia, que pertenece a Porto-Vecchio, y conserva su encanto natural, rodeada de vegetación y un característico muelle de lo más fotogénico. Para hacer vela, snorkel o kayak resulta perfecta. Y para bañarse, también, pues sus aguas apenas cubren.
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PLAYA ELAFONISI, CRETA
Yacimientos arqueológicos, ciudades con tanto encanto como Chania, espacios naturales espectaculares como la garganta de Samaria, pueblos costeros como Agios Nikolaos, más de 1000 kilómetros de costa… La isla más grande de Grecia anda sobrada de atractivos. Uno que sumamos es esta singular playa situada en la esquina suroeste de la isla, una fina lengua que une Creta con la isla del mismo nombre, de aguas transparentes y arena ¡de color rosado! Así es por la erosión de corales y conchas de organismos marinos. Se puede llegar a ella en ferri desde el puerto de Paleochora.
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ZLATNI RAT, CROACIA
Si hay una playa fotogénica en este país es la de Zlatni Rat, en Bol, la más bella de Croacia. Un cuerno de arena tremendamente fotogénico que se adentra medio kilómetro en el mar e imprescindible en un recorrido en barco por las islas de la costa dálmata. Fondear en las aguas de esta lengua de tierra situada en Brac, una de las 50 islas habitadas del país, debe combinarse con una visita a sus ciudades costeras y pueblecitos de piedra.
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PORTO SANTO, MADEIRA
La costa de Madeira es abrupta y acantilada, por eso las playas son de cantos rodados. Quienes busquen arenales en el archipiélago portugués tendrán que tomar en Funchal el ferri que, en poco más de 2 horas (o en avión en 15’) lleva hasta la pequeña isla de Porto Santo, famosa por su magnífica playa de arena dorada de 9 kilómetros y sus aguas color turquesa con propiedades terapéuticas.
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DURDLE DOOR, INGLATERRA
Al suroeste de Inglaterra y limítrofe con el Canal de la Mancha, el estado de Dorset es conocido por su Costa Jurásica, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Un litoral que tiene su imagen más famosa en el espectacular arco rocoso erosionado llamado Durdle Door, con un pie en la tierra y otro en el mar. Detrás de los acantilados está la playa a la que muchos acuden en busca de rayos de sol.
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Y SI TE QUEDAS EN ESPAÑA:
PLAYA DE RODAS, PONTEVEDRA
El arenal más impresionante de las Islas Cíes es este kilómetro de arena fina y blanca y aguas cristalinas de color esmeralda que une las islas de Monteagudo y de Faro. Elegido en 2017 por el diario británico The Guardian como la mejor playa del mundo, no es, sin embargo, la única de este archipiélago que forma parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas –al que se accede desde Vigo, Cangas o Baiona. Otras dignas de admirar son las de Figueiras, Nosa Señora o San Martiño, a la que solo se accede en barco privado.
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