El recorrido comienza en San Pedro del Pinatar y concluye en el extremo más al sur de la región, Cuatro Calas. Un trayecto de poco más de un centenar de kilómetros donde la naturaleza y la costa conviven en armonía.
PARQUE REGIONAL DE LAS SALINAS Y ARENALES DE SAN PEDRO DEL PINATAR
En la Costa Cálida, la naturaleza y la costa conviven en armonía. Y el mejor ejemplo es este parque regional que reúne dunas, saladares y playas vírgenes y se ha convertido en lugar de nidificación y descanso de numerosas especies de aves. Hay muchas, sí, pero las más llamativas son los flamencos, que aportan una dosis extra de color y vida y el símbolo indiscutible del espacio natural. Para descubrirlo existen un observatorio y un centro de visitantes.
CABO DE PALOS-ISLAS HORMIGAS
Para los buceadores, los fondos de esta reserva marina protegida son un paraíso por su biodiversidad, pero en Cabo de Palos quien no se sumerja en sus aguas, también se disfruta de su faro que se levanta a 50 metros de altura, de su puerto pesquero, de los paseos de la Barra y Zeneta, de la plaza de la Virgen del Mar, acantilados, calas y playas como las de Levante o la de la isla del Pato.
PLAYAS DE LA MANGA
Las Amoladeras, Entremares, Las Sirenas, Banco del Tabal, Mistral… y así una larga lista de playas se suceden en La Manga del Mar Menor, esa la laguna salada, la más grande de Europa. Sus aguas cálidas, calmadas y poco profundas son un auténtico paraíso para los deportes náuticos los 365 días del año, donde podemos practicar vela, kitesurf, paddle surf o piragüismo en las mejores condiciones.
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CALBLANQUE, MONTE DE LAS CENIZAS Y PEÑA DEL ÁGUILA
Una sierra semidesértica, pero con una variedad botánica única, abraza este el Parque Regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila. Un espacio natural portentoso, con solo dos diminutas poblaciones: Cobaticas y La Jordana, ideal para bañarnos en algunas de las playas más bellas y solitarias de España, como Playa Larga, la mayor de todas, pero también para hacer senderismo que lleva al mirador de Punta Negra entre dunas, antiguas salinas, calas acantiladas y tramos de vegetación donde crece la sabina mora.
CARTAGENA
Otra parada imprescindible en este tramo de la costa mediterránea es esta ciudad con más de 3000 años de historia que invita a un viaje en el tiempo, pero mirando al futuro. El Teatro romano, la muralla púnica, las termas del barrio del foro o el moderno Museo Nacional de Arqueología Submarina (ARQUA) son algunos de sus más importantes reclamos.
SIERRA DE LA MUELA, CABO TIÑOSO Y ROLDÁN
Gracias a su pasado militar, del que queda constancia en sus torres de defensa y baterías como la de Castillitos, este espacio natural de sierras litorales que llegan hasta el mar se ha conservado intacto y hoy es un entorno de alto valor ecológico. La prueba más clara son sus pequeñas calas: El Portús, Aguilar, Bolete… donde darnos un baño o sumergirnos en sus aguas cristalinas.
MAZARRÓN
Después de visitar el Museo Arqueológico y Factoría Romana de Salazones y el Centro de Interpretación del Barco Fenicio, testimonio de su pasado marítimo, en Mazarrón se disfruta de su amplio catálogo de playas ¡tiene 34 y para todos los gustos! Una de las que más llama la atención es la de Bolnuevo, por sus erosiones, un mágico y peculiar paisaje donde la arenisca ha sido modelada de forma caprichosa por el viento y el agua a lo largo de millones de años.
CALNEGRE Y CABO COPE
Posiblemente, el tramo de costa que abarca este espacio protegido que se extiende entre los municipios de Lorca y Águilas sea el más virgen de toda la región. Aquí lo que encontraremos serán calas resguardadas por paredes de pizarra que le aportan ese color oscuro, monte de escasa vegetación, acantilados y dunas fósiles, pero también las casitas blancas del pequeño poblado de Puntas de Calnegre a orillas de las aguas. Si queremos darnos un baño, playas tan idílicas como la que da nombre al parque regional, pero, además, las de Percheles, Calahonda, Siscal…
PLAYAS DE ÁGUILAS
En el límite con Almería encontramos un bellísimo y singular paisaje que la erosión del mar y el viento ha ido modelando en el entorno de Águilas. Se le conoce como Cuatro Calas y son las de Calarreona, la Higuerica, la Carolina y los Cocedores, en las que encontramos estructuras geológicas de color amarillo de las formas más extrañas a orillas de un mar cristalino. Existe un itinerario circular que recorre las playas entre vegetación autóctona, restos de fósiles marinos y los antiguos cocederos donde en otro tiempo se maceraba el esparto.
Y 1001 SABORES EN TODAS LAS PARADAS
Todos los planes en Costa Cálida se pueden acompañar con los platos más exquisitos de esta región, elegida Capital Española de la Gastronomía 2021. Desde la marinera, la tapa más icónica, al arroz caldero, típico de las zonas de Cartagena y el Mar Menor; o el paparajote, el postre por excelencia, que puedes acompañar con un potente café asiático. Para maridar esta variedad de sabores están los vinos blancos, tintos y rosados de tres denominaciones de origen: Bullas, Jumilla y Yecla. Este el reino de la uva monastrell.
Más información: murciaturistica.es