Un jardín tropical en medio del océano Atlántico. Así es el archipiélago de Madeira –con dos islas habitadas, la que le da nombre y Porto Santo– y próximo a tres continentes. Sus agradables temperaturas durante todo el año y su desbordante naturaleza, con numerosas reservas protegidas, permiten disfrutar de una amplia variedad de actividades. A ello suma el encantador estilo de vida portugués, donde la gastronomía y su excelente vino no solo conquistan a la mesa, también nos acercan a sus tradiciones.
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1. Caminar por un bosque de laurisilva
El 20% de la isla de Madeira está cubierto por este grandioso y húmedo tesoro natural de origen prehistórico. Es Patrimonio de la Humanidad.
2. Sumergirte en una piscina natural de lava volcánica
Un baño en medio del océano, pero sin oleaje y con todas las comodidades. Se disfruta en Porto Moniz.
3. Recorrer sus características levadas
Los antiguos canales por los que se transportaba agua hoy son senderos que recorren la isla. ¡Hay más de 2500 kilómetros!
4. Viajar en teleférico
Sobrevuelan paisajes tan hermosos como desafiantes y ofrecen una perspectiva diferente de la isla. El de Fajã dos Padres desciende a una playa de guijarros entre cultivos tropicales.
5. Salir en barco a avistar delfines y ballenas
Con un fondo marino de más de 3000 metros de profundidad, la costa sur de la isla principal es el hábitat natural de una fauna riquísima.
6. Asomarte a sus miradores
Hay decenas de balcones al mar y a las abruptas montañas, pero el del cabo Girão es espectacular, en uno de los acantilados más altos de Europa y con suelo de vidrio.
7. Hacer una escapada a Porto Santo
En la más pequeña de las islas habitadas del archipiélago, a la que se llega en ferri o en avión, está la gran playa de arena de Madeira, con ¡nueve kilómetros!
8. Descender en un carro de cesto por las cuestas de Funchal
Pura adrenalina y emoción en una de las tradiciones más famosas de la capital.
9. Degustar los vinos de Madeira
Cinco siglos de historia respaldan estos caldos con denominación de origen, elaborados con las uvas que crecen en las laderas de las montañas en bodegas tradicionales. Más dulce, la poncha, la bebida típica.
10. Alojarte en una Quinta
El refinado encanto de sus hoteles de lujo, la acogida familiar de sus casas de turismo rural y los más auténticos, estas encantadoras mansiones rodeadas de jardines repartidas por toda la isla.
Más información: Turismo de Madeira
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