La historia de La Rioja habla de una tierra por la que transitaron numerosos pueblos dejando una fuerte impronta a su paso. Pero mucho antes, hace aproximadamente 120 millones de años, existieron unos gigantescos animales que poblaron el campo riojano. De ello dan fe las numerosas huellas de dinosaurios que encontramos por toda la región y que podemos admirar en una ruta especialmente indicada para familias.
ENCISO, EL PUNTO DE PARTIDA
La ruta de los dinosaurios comienza en Enciso, a 72 kilómetros de Logroño, que, junto a sus aldeas, formaba un núcleo de ganadería lanar de cierta importancia en torno al río Cidacos. Por eso, la localidad guarda un rico pasado histórico reflejado en sus dos templos: Santa María de la Estrella y San Pedro; y, en la parte alta de la villa, los restos de un antiguo castillo. Pero hasta aquí lo que se llega buscando, sobre todo, es el rastro de esos enormes reptiles ya desaparecidos. Después de pasar por su ayuntamiento para observar el rugido del dinosaurio de su reloj a las horas en punto, hay que descubrir los yacimientos de Enciso y su área más próxima, que reúnen la mayor concentración de icnitas, hasta 3000. Para ello, hay que cruzar el pueblo por el puente sobre el río Cidacos y en la carretera que va a Cornago hay unas señales que indican los diferentes recorridos. Estos están generalmente a cielo abierto y se visitan por libre.
YACIMIENTO DE LA VIRGEN DEL CAMPO
A 400 metros de Enciso y en el camino que lleva hasta la ermita de la Virgen del Campo se descubre el yacimiento del mismo nombre, que se descubre caminando por una pasarela de madera. Contiene 506 pisadas de dinosaurio y también cuenta con una reproducción a tamaño real de un dinosaurio herbívoro y paneles explicativos.
NUEVAS HUELLAS EN POYALES
A 5 kilómetros de Enciso y a pie de la carretera, el gran interés de este afloramiento que contiene 84 huellas está en que en él se ha definido por primera vez y en todo el mundo la nueva huella Theroplantigrada encisensis, cuyo nombre está dedicada al pueblo de Enciso.
EL ENORME IGUANODÓN DE NAVALSAZ
El yacimiento de Navalsaz reúne 138 huellas, la mayoría ornitópodas, y presenta uno de los rastros de iguanodón más grandes de La Rioja, al que se le ha podido calcular la longitud de una de sus patas: 5,5 metros. Está a 8 kilómetros de Enciso.
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YACIMIENTO DE VALDECEVILLO
Es el yacimiento más sobresaliente, tanto por la calidad de sus huellas como por los espectaculares paisajes que se divisan desde él. En este lugar podemos admirar las icnitas de un grupo familiar de dinosaurios, compuesto por dos adultos y una cría. La visita a este yacimiento resulta muy didáctica por las representaciones tridimensionales instaladas, que permiten hacerse una idea más real de las características de estos animales, con algunas sorpresas. Está confirmado, por ejemplo, que eran carnívoros, medían hasta 10 metros de longitud y sus patas terminaban en garras.
Y MÁS HUELLAS
A casi 5 kilómetros de Enciso, los yacimientos de icnitas de Munilla resultan también muy interesantes. Si en el de Peñaportillo se puede observar curiosidades como el largo rastro de un terópodo a través de 17 huellas y la de un bípedo que caminaba arrastrando su cola, el Barranco de la Canal reúne el mayor número de huellas de dinosaurios de La Rioja.
BARRANCO PERDIDO
Si se va con niños, en Enciso hay que pasar unas horas en este visitar este parque temático construido en un área declarada Reserva de la Biosfera que propone actividades de paleoaventura para todas las edades (barancoperdido.com). Cuenta con puentes tibetanos y de equilibrio, tiro con arco, un circuito xtreme y una gran tirolina. También hay una playa cretácica y otras zonas de agua para jugar con los dinosaurios al aire libre, y la colina de los saurios, donde los pequeños pueden buscar fósiles, montar un esqueleto y recibir, incluso, el título de paleontólogo. Además, acoge un museo cretácico en 3D, dirigido a los más interesados en esta rama científica, que después pueden continuar la visitar apuntándose a una excursión en todoterreno para ver los yacimientos originales del entorno.
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LAS AGUAS TERMALES DE ARNEDILLO
A 10 minutos en coche del Barranco Perdido está Arnedillo, donde podemos descubrir los beneficios de sus aguas termales, indicadas para articulaciones, afecciones respiratorias y de la piel mientras se observa el vuelo de la importante colonia de buitres leonados que habita en este entorno y al que está dedicado el centro de interpretación y observación ‘El Mirador del Buitre’, ubicado en el antiguo cargadero de la cantera del pueblo. También recomendable, en el antiguo lavadero, la visita al Centro de Interpretación del Alto Valle del Cidacos.
DÓNDE DORMIR EN LA RUTA
En Arnedillo, el Balneario TermaEuropa Arnedillo (balnearioarnedillo.com) ofrece todo tipo de instalaciones termales y tratamientos beneficiosos para la salud. La Tahona (casatahona.es) acoge dos casas rurales en Enciso con piscina y perfectamente situadas para iniciar la ruta de los dinosaurios. A 3 kilómetros de estas, en El Villar, está El Pajar del Búho (elpajardelbuho.com), dos antiguas casonas con capacidad para ocho personas cada una. Muy próximo a la ruta de las icnitas y al acebal de Garagueta, uno de los mayores acebales puros de España.
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PARA DISFRUTAR A LA MESA
En Enciso, platos tradicionales ofrece El Rincón (restauranteelrincon.es), y, en un antiguo caserón del siglo XIX, la Posada de Santa Rita (tel. 941 39 60 71), que además cuenta con una biblioteca con libros sobre dinosaurios. A 15 kilómetros, el Casino de Munilla (casinomunilla.com) sirve platos típicos de la zona. También guarda una colección de mil cántaros de toda España.