A 6 metros del suelo, tomando altura, las cosas se ven con otra perspectiva. Pero es que, además, las Cabaniñas do Bosque de Outes, en A Coruña, son ecológicas y tienen premios de arquitectura. El no va más para disfrutar en la naturaleza de forma sostenible.
Todo comenzó con Perfeuto María, el primer proyecto de la familia Lema. Una casa de aldea en el lugar de Cabanamoura, en el concello de Outes, pensada para aquellos que les gusta disfrutar del cambio de las estaciones, de la lectura de un buen libro, del silencio y, en definitiva, del slow travel. A ella le siguieron las cabañas-suites de A Cabana de Carmen, en el mismo entorno. Hasta que en 2012 esta familia gallega tuvo la genial idea de construir en medio del bosque de la finca Os Apriscos tres cabañas colgadas en los árboles. El éxito fue total y hoy son ya más de una treintena los alojamientos ecológicos en medio de la naturaleza que forman el complejo, repartidos en siete fincas en un radio de 12 kilómetros, cada una con su propia identidad (cabanitasdelbosque.com).
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Lo que distingue estas singulares cabañitas pioneras en Galicia es su calidad arquitectónica, el respeto al paisaje donde se ubican y su diseño, lo que les valido su reconocimiento en forma de premios de arquitectura. El último, el otorgado en 2020 por el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) a las más nuevas, las cabañas de Albeida (en la imaegn). Líneas rectas, madera y piedra como elementos constructivos, cimientos que no tocan las raíces de los árboles y unos acabados impecables definen estas construcciones repartidas por un hermoso bosque caducifolio con vistas a la desembocadura del río Tambre, los montes del Barbanza y el nacimiento de la ría de Muros-Noia.
Sobre las ramas de carballos (robles) centenarios, 9 cabañas y 5 pallales (cobertizos rehabilitados) construidos buscando la intimidad de cada edificación, donde conectar con la naturaleza, pero sin renunciar a las vistas, que alcanzan hasta el mar. Aunque el diseño ha ido evolucionando, es la misma esencia desde sus orígenes en todas las cabañas del negocio familiar, la del respeto por el entorno.
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Sentarse en el sillón colgante de la terraza o darse un relajante baño en su jacuzzi con la ría de fondo viendo atardecer en la cabana das Donas; mecerse en el columpio de la de Rego Pipe, construida a seis metros de altura y rodeada de vegetación; disfrutar de un pequeño huerto a nuestra disposición en la cabaña do Río Traba o alojarte en familia en un antiguo cobertizo tradicional de piedra y madera rehabilitado, como el pallal Rego Sancho son algunas de las experiencias que brindan estos alojamientos donde es posible dormir una noche a partir de 96 € la pareja.
Para añadir más magia a la experiencia, los alojados pueden disfrutar de un desayuno campestre para empezar el día con energía a base de pan tostado artesano, miel y mermeladas naturales, aceite de oliva virgen extra, bizcocho casero, zumo natural y yogures hechos en casa. También a su disposición hay servicio de pica-pica que incluye tortilla, ibéricos y quesos gallegos y helado artesanal, de pícnic para dos para comer en la playa, en la montaña o no salir de la cabaña, o incluso, de «nevera llena» para olvidarse de todo durante la estancia. Y, además, en las cabañas están permitidas las mascotas.