Con maravillosas playas que cambian por completo su apariencia dependiendo de las mareas, temperaturas templadas a lo largo de todo el año, el oleaje del Atlántico y el viento que sopla especialmente durante los meses de abril a septiembre, Fuerteventura es un paraíso para el windsurf.
Los mejores arenales para sortear olas se encuentran al este de la isla, aunque al norte también hay espectaculares calas en las que lanzarse al mar con la tabla y la vela en zonas de Corralejo o de El Cotillo, bastante frecuentadas por surfistas de todos los niveles. Al oeste, la costa es escarpada y con olas fuertes más apropiadas para veteranos, que no dudan en dirigirse a playas como la del Águila.
DE CORRALEJO AL COTILLO
En el litoral norte, los windsurfistas con experiencia podrán surcar el mar desde playas como Bristol, La Caleta, Majanicho, Hierro o Playa Blanca. Para llegar hasta ellas hay que hacerlo a través de una carretera sin asfaltar que conecta Corralejo con El Cotillo pasando por pueblos anclados al pasado, calitas hechas de palomitas y paraísos solitarios con vistas a Lanzarote e Isla de Lobos. Antes de llegar a El Cotillo, los encantos se multiplican en la playa de los Charcos, pues las esporádicas subidas del mar forman en ella estupendas lagunas idóneas para subirse a la tabla o simplemente para pasar un día chapoteando frente al faro del Tostón.
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Las privilegiadas vistas de Corralejo convierten a este antiguo pueblo pesquero en uno de los sitios favoritos para estrenarse en el surf, con centros como Corralejo Surfing School (corralejosurfschool.com), y en el windsurf, especialmente en Corralejo Viejo, donde dos escuelas organizan cursos de iniciación y de perfeccionamiento: Ventura Surf (ventura-surf.com) y Point Break (pointbreakschool.com). Las clases de windsurf (de 1,5 a 3 horas) van desde los 45 a los 70 €, aunque también se pueden adquirir bonos de varias sesiones a un precio más reducido. Estas suelen incluir todo el equipo necesario, seguro, nociones teóricas en la playa y prácticas en el agua.
A unos metros se sitúa el Parque Natural de Corralejo, cuya belleza desértica se funde con el océano para dar paso a otro de los magníficos edenes de Fuerteventura, con playas excepcionales para windsurfistas avanzados como La Entubadera, Punta Prieta o El Burro. Allá, al otro lado del agua, está la Isla de Lobos, donde es común ver aficionados en la playa de La Concha. Dar un salto hasta la hermana pequeña de Fuerteventura resulta casi indispensable para terminar de mimetizarse con panorámicas de ensueño.
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PUERTO LAJAS Y CALETA DE FUSTE
En el centro de Fuerteventura, Puerto Lajas y Caleta de Fuste son otros remansos compartidos entre surfistas y windsurfistas, aunque el espacio que concentra a mayor número de deportistas es Costa Calma, en el litoral este de la península de Jandía. En ella, las apacibles aguas de la playa de Sotavento, compuesta en realidad por cinco arenales –Risco del Paso, los Canarios, La Barca, Malnombre y Mirador– ofrecen condiciones para todos los niveles.
Si las mareas transforman por completo las playas de la isla, en Sotavento la sorpresa es máxima cuando, durante la luna llena y la luna nueva, sube la marea y se crea durante 8 días una laguna de hasta 4 kilómetros de longitud y 200 metros de ancho en la que se puede practicar kitesurf o iniciarse en el windsurf. Los colores turquesa de este oasis ocasional de aguas calientes y un metro de profundidad, acentúan la belleza de Sotavento. Mientras una larga lengua de arena sirve de puente con el mar regalando agradables paseos.
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LA MAYOR ESCUELA DEL MUNDO
Muy cerca, rodeado por un jardín de palmeras, el emblemático centro de René Egli (rene-egli.com), perteneciente al hotel INNSiDE by Meliá, es la mayor escuela del mundo de kitesurf y windsurf e imparte clases desde hace 37 años en el mar o en la propia laguna, para la cual cuenta con una licencia especial. Tras navegar es posible descansar en los chiringuitos de esta playa que, anualmente, acoge el Campeonato Mundial de Windsurf y Kiteboard.
PUNTA DEL TIGRE
Un poco más abajo, un camino de tierra conduce hasta Punta del Tigre, otro de los puntos para veteranos windsurfistas. Enfrente, el pueblo de El Puertito de la Cruz y el faro de Jandía marcan el final de Fuerteventura. Sorteando vertiginosas carreteras colgadas entre montañas llegaremos a Cofete, en la costa oeste de la península de Jandía, donde la nada se apodera de la playa más mágica de la isla. Aquí no vendremos a sortear olas, sino a terminar de embriagarnos con el ritmo lento del pedacito más antiguo de las Canarias.