HOSTAL SAN MARCOS, UN PARADOR DEL SIGLO XXI
Se llegue a León como peregrino o, simplemente, como viajero, cruzar hoy la fachada plateresca del Parador de León, Hostal San Marcos, es entrar en otra dimensión. Porque este conjunto monumental con más de 7 siglos de vida, que fue hospital y convento de la Orden de Santiago, aúna historia, arte y cultura en un espacio del siglo XXI. Tras permanecer tres años cerrado por una reforma integral, el resultado no puede ser más espectacular.
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El atrio interior acristalado es el corazón del edificio histórico, ideado para volver a ser el centro de la vida social y cultural de la ciudad. En su diseño se ha apostado por el lujo de la sencillez sin estridencias, por la calidad de los materiales –piedra, maderas naturales…–, por el delicado contraste entre lo histórico y lo contemporáneo y por la artesanía española. Por eso, las mantas artesanales están tejidas en los talleres de la localidad de Val de San Lorenzo, las piezas de barro proceden de La Bañeza, el diseño de las alfombras está inspirado en las obras de arte del Parador y algunas piezas antiguas, como las puertas, ahora son los cabeceros de las 51 nuevas habitaciones.
Para disfrutar también está la terraza, una continuación en tonos verdes de la arboleda y la ribera del río. Pero, además, una colección artística fantástica, con joyas como el altar de El Nacimiento de Cristo, de Juan de Juni, el coro de la tribuna de la iglesia, el artesanado mudéjar de la sala capitular, junto a otras contemporáneas, como el gran techo de Lucio Muñoz –suspendido sobre el atrio– y muchas más firmadas por grandes artistas como Rafael Canogar, Antonio Saura, José Vela Zanetti, Antonio López...
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COSTA DA MORTE, CULTO A GALICIA
En Muxía, sobre la playa de Lourido y cerca del cabo Finisterre, está el último de los Paradores de la cadena pública hotelera, el número 98. Y por ser el más nuevo ha sido concebido con todo lo que uno sueña encontrar en un hotel de lujo sostenible: la infinity pool y el spa asomados al Atlántico son buen ejemplo. Su apuesta por el cuidado del medioambiente y el respeto hacia el entorno se aprecia en el exterior, con cubiertas vegetales que se confunden con el paisaje, una arquitectura escalonada integrada en la orografía del terreno o los novedosos ascensores panorámicos que se mueven en sentido diagonal para salvar el desnivel de la gran finca en la que se emplaza.
También el entorno llena de vida las estancias interiores, porque en ellas se respira la naturaleza y el aroma del mar, que queda al lado. Por eso, su decoración es una referencia constante a los elementos de Galicia y a sus colores, desde el azul de sus aguas hasta la vegetación o los atardeceres. Las habitaciones llevan el nombre de parajes de la zona, y sus cuatro plantas, el de las cuatro rías de la Costa da Morte. Además, su interesante colección de arte gallego y de fotografía es un guiño a la historia y los valores de esta región; en su biblioteca podemos encontrar literatura gallega y en sus estancias, bordados de Camariñas o cerámica de Buño. Todo Galicia Calidade.
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AIGUABLAVA, VANGUARDIA FRENTE AL MEDITERRÁNEO
Lo tiene todo para ser un icono de la Costa Brava: está situado en una ubicación única y privilegiada, en la cima de un acantilado, rodeado de un bosque de pinos y con unas inmejorables vistas al Mediterráneo. Pero después de una remodelación a fondo de casi 4 años, es, además, un alojamiento con una nueva vida. Sin barreras arquitectónicas, con una fachada más vanguardista en la que se han abierto grandes ventanales, 78 habitaciones rediseñadas y redecoradas y un nuevo spa y gimnasio panorámicos.
Atrae en él esa conexión física y visual entre el exterior y el interior del alojamiento, que se asoma hacia la cala que le da nombre o a mar abierto. Y también sus nuevas zonas de ocio y relax, sobre todo el chill out situado en medio del bosque, las terrazas comunicadas con los salones o el nuevo acceso de uso exclusivo a la playa.
La decoración, a cargo del estudio Denys & Von Ardent, está inspirada en las artes que, de una manera u otra, han estado vinculadas a la Costa Brava, que ha enamorado a escultores, pintores, escritores, fotógrafos o cineastas. Por eso, entre su colección de arte contemporáneo, se pueden admirar obras de Salvador Dalí, Josep María Subirachs, Antoni Tápies o Joan Miró. Paisajes, bodegones, retratos o imágenes surrealistas que conviven en un espacio único en el que se funden arte, gastronomía y naturaleza.
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JAÉN, MEMORIA DE LA HISTORIA, MIRADA AL FUTURO
En el cerro de Santa Catalina, la peña más alta de la ciudad de Jaén, está coronada por el castillo que domina, con su emblemático perfil, el horizonte y que acoge uno de los paradores de turismo más monumentales de la red nacional, encargado de dar la bienvenida a sus huéspedes mucho antes de llegar a él. Hasta aquí llegan los que buscan descubrir todo el encanto del Renacimiento andaluz, pero luego quedan impresionados con los arcos cruzados a 20 metros de altura del salón principal, las vistas panorámicas desde sus habitaciones o la carta de su restaurante, en la que prima el producto local de kilómetro cero y hay un protagonista indiscutible: el aceite de oliva virgen extra de esta tierra.
Desde enero que finalizaron las obras de renovación que empezaron 3 años atrás sus instalaciones y su decoración se han modernizado. Ahora lucen más los elementos arquitectónicos del edificio, sus textiles y maderas trasmiten sosiego y el interiorismo atemporal hace guiños a la tradición y artesanía andaluza, con muebles recuperados y restaurados, luminarias y elementos decorativos con nuevos acabados.
El renovado establecimiento jienense también cuenta con valiosas piezas artísticas de las que se puede disfrutar, como una talla hispano-flamenca, otra que representa a Santa Catalina de Alejandría, copatrona de la ciudad, y excepcionales tapices que cuelgan de las paredes de esta monumental construcción que aúna pasado, presente y ya tiene puesta la mirada en el futuro.
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