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MÁLAGA

Una ruta sorprendente de pueblos, paisaje y gastro por La Axarquía 

Entre el mar y la montaña, en plena Costa del Sol, descubrimos esta comarca de pueblos blancos de sabor morisco y encanto arquitectónico entre laderas cultivadas de olivos y vides, pero también de frutas subtropicales. Un destino rural lleno de atractivos y sin aglomeraciones junto al Mediterráneo.


Actualizado 28 de mayo de 2021 - 17:15 CEST
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FRIGILIANA, EL PUEBLO MÁS GALARDONADO

Comenzamos la ruta por el pueblo más afamado de La Axarquía. Enclavado en el Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, cuenta con un puñado de calles estrechas y empinadas que conducen al Barribarto, el barrio alto que sirvió de refugio a los últimos moriscos que habitaron la villa. Hoy todo el conjunto está plagado de talleres artesanos y tiendas, donde adquirir desde artículos de diseño moderno en esparto, mosaicos a frutas tan típicas como el aguacate o el mango. No te pierdas la iglesia de San Antonio de Padua y su encantadora placita llena de terrazas, los Reales Pósitos, donde se almacenaba el excedente de grano, o la fuente Vieja y su mirador, enclavado al final de la cuesta del Apero, con una excelente vista hacia el mar.

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CANILLAS DE ACEITUNO, LA PUERTA DE EL SALTILLO

A 38 kilómetros de Frigiliana, en plena sierra de Tejada, se alza este otro pueblo de origen morisco, rodeado por el pico de la Maroma, el más elevado de toda la región, que ha vivido casi exclusivamente del olivar y de los cultivos de la vid y del olivo. En su casco viejo no hay plazas y sí algún ensanche, como el del Ayuntamiento, y, sobre todo, calles a las que asoman fachadas blancas decoradas con flores, la de San Antonio es de las más hermosas. Muy cerca queda El Bodegón Juan María, un restaurante típico donde probar el plato más famoso de la comarca: el chivo al horno. Y para no perderse tampoco las magníficas vistas desde la parte alta de la villa, donde se encuentra la iglesia de la Virgen del Rosario.
 

En Canillas de Aceituno se inicia la ruta del Saltillo, «el otro Caminito del Rey» de Málaga, con su puente voladizo a 70 metros de altura sobre el río Almanchares. Una singular obra de ingeniería que conecta Sedella y Canillas de Aceituno.

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PERIANA, LA RUTA DEL ACEITE Y LOS MONTES

Tomando rumbo hacia el rincón más al norte de La Axarquía aparece en el horizonte Periana, el mejor lugar para recorrer la ruta del aceite y de los montes. Lo primero es visitar sus casas señoriales y luego disfrutar de este auténtico mirador sobre los bellos paisajes que lo rodean, como el embalse de La Viñuela. Sin embargo, lo más sorprendente se halla en su olivar centenario de alta montaña, con ejemplares excepcionales que dan como fruto un aceite verdial con un sabor afrutado, muy dulce y agradable al paladar que hay que probar. A 2,5 kilómetros de Periana, se pueden visitar los Baños de Vilo, conocidos desde la época árabe, cuyas aguas gozan de propiedades terapéuticas.

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COMARES, PARA DISFRUTAR DE SU TIROLINA Y SU SERRANÍA

Llegar a este pueblo blanco rodeado de vides, algarrobos y almendros, a 23 kilómetros de Periana, supone situarse ante un espectacular balcón en La Axarquía. Y es que la villa está levantada en la cima de una montaña, sobre unas impresionantes paredes verticales de piedra viva que la convirtieron en una inexpugnable defensa natural. Todavía hoy se conservan dos torreones de la antigua fortaleza. Intramuros, el pueblo merece un sosegado paseo entre las paredes encaladas, floridas y decoradas con imágenes de sus casas, los arcos árabes y los miradores. En la Puerta del Agua, uno de sus mágicos rincones, se puede contratar la increíble experiencia de descender en la tirolina más larga de España (turismocomares.es/turismo-activo.html). Los más osados se atreven además con alguna de las tres vías ferratas del municipio.

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ALMÁCHAR, LA VILLA DEL AJOBLANCO

A 45 minutos en coche de Comares y en el corazón de La Axarquía, se halla Almáchar, alrededor de unas tierras fértiles donde se cultivan uvas pasas, que son seleccionadas minuciosamente a mano cuando se cortan de los racimos. Almáchar es una de las paradas clásicas de la Ruta de la Pasa, junto a Moclinejo y El Borge, pero también tiene fama su fiesta del ajoblanco, el primer sábado de septiembre, un plato tradicional preparado con almendras crudas, aceite de oliva y ajos que debe tomarse muy frío con la uva pasa. El casco viejo es de origen árabe y merece la pena un paseo por él, especialmente el barrio de las Cabras, con sus calles serpenteantes adaptadas al desnivel del terreno.

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MOCLINEJO, EL «ROBO» DE LAS MACETAS

A este pueblo se le conoce por una tradición curiosa que se repite año tras año el domingo de Resurrección, cuando los jóvenes de la localidad se dedican a «robar» macetas y plantas a los vecinos para colocarlas en la plaza de España y convertir durante una noche este espacio en un espectacular escenario lleno de flores. La plaza forma parte de un entramado urbano muy cuidado, en merece una visita la bodega centenaria de Antonio Muñoz Cabrera (dimobe.es) para conocer en su museo cómo ha evolucionado la elaboración del vino desde 1927 hasta hoy.

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PLAYA Y FRUTOS SUBTROPICALES EN VÉLEZ-MÁLAGA

Acabamos nuestra ruta en la capital de la comarca, Vélez-Málaga, con un casco antiguo declarado conjunto histórico, 20 kilómetros de playas –entre los que destaca el arenal de Torre del Mar– y una gran extensión de cultivos de frutas y hortalizas, algunos subtropicales, que crecen gracias al microclima de las Sierras del Parque Natural de Tejeda, Almijara y Alhama y al agua que llega del embalse de La Viñuela. En el casco viejo hay que visitar su fortaleza árabe, escenario hoy de algunas visitas teatralizadas que organiza La Casa de las Titas; la ermita de la Virgen de los Remedios, con unas colosales pinturas de Evaristo Guerra alusivas a La Axarquía; las iglesias de Santa María de la Encarnación, con su museo de la Semana Santa, y de San Juan Bautista, y la Casa de Cervantes, donde se alojó el célebre escritor.

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DÓNDE ALOJARSE y DÓNDE COMER EN LA RUTA

En Bou Hotel Cortijo Bravo (hotelcortijobravo.com), un cortijo próximo a Vélez-Málaga (en la imagen la playa de Torre del Mar de esta localidad) inspirado en las típicas casas señoriales andaluzas del siglo XIX, con 21 habitaciones confortables, patio andaluz, restaurante, terraza, piscina y exteriores ajardinados. Y, junto al embalse de La Viñuela, en Bou La Viñuela Hotel & Spa (hotelvinuela.com), elegido el mejor hotel rural de la provincia de Málaga, un elegante alojamiento boutique de cuatro estrellas en el Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.
 

Ya a la hora de la comida, en Canillas de Aceituno, en El Bodegón de Juan María (Placeta, 6), donde probar una cocina llena de sabor y sensaciones, en la que destacan platos como el chivo al horno de leña y el potaje canillero. En Almáchar, en Redondo’s (Cornellá de Llobregat, 25), especializado en pescados, mariscos y crustáceos, cerdo ibérico, verduras, pizzas y pasteles caseros; y en Periana está Finca Oasis Las Palmeras (Camino del Rio Seco), de cocina tradicional y mediterránea y con agradables espacios exteriores.