EL FONTÁN, CORAZÓN DE LA CIUDAD
El mercado El Fontán (mercadofontan.es) es la gran plaza de abastos ovetense desde 1885 y, para muchos, el verdadero corazón de la ciudad. Para sentir su latido, solo hay que acercarse hasta los puestos de este mercado cubierto de arquitectura industrial. Su tipismo es engañoso porque, en realidad, es de nueva construcción. En el exterior también hay mercado los jueves, sábados y domingos (en este último caso, un rastro). Por todo esto y por más, El Fontán es un lugar ideal para cogerle el pulso a la ciudad, tomar el aperitivo, comer en una terraza o ir a un chigre a beber unas sidrinas y probar unos quesos y unos embutidos asturianos. Para tapear, en los alrededores están Casa Ramón (plaza Daoiz y Velarde, 1), Casa Amparo (Arco de los Zapatos, 6) y La Gran Manzana Verde (Fierro, 17), entre otros. En todos ellos, podremos picotear fritos de pixín (rape), bocartes, croquetas caseras, tablas de quesos, lacón, escalopines al Cabrales…
EL GATO DE TRASCORRALES
Otra de las plazas más bonitas de «El Antiguo» de Oviedo es la de Trascorrales. Aquí se unían los corrales de las antiguas casas señoriales y, hasta no hace mucho tiempo, ganaderos, pescadores y granjeros mercadeaban con sus productos. No faltan las estatuas que recuerdan este pasado: La lechera y su burra, El vendedor de pescado y La pescadera. Es un lugar con buen ambiente y mejor picoteo. El establecimiento más famoso es la sidrería El Gato Negro (sidreriaelgatonegro.com). Sus croquetas y sus platos sin gluten han sido varias veces premiados. El Fondín, Raitán y Casa Laure, en los números 2, 5 y 10 de la plaza, también la animan gastronómicamente.
POSTRE O MERIENDA EN CAMILO DE BLAS
La calle de Jovellanos, que cierra por el norte el casco antiguo siguiendo parte de las murallas medievales, de las que aún pueden verse varios tramos, también es una buena zona para saciar el estómago (La Marimorena, El Patio de los Naranjos, Terra Meiga…). Merece la pena deambular por ella, aunque solo sea para visitar la confitería Camilo de Blas (camilodeblas.com), que lleva en el número 7 desde 1914 y es la más famosa de la ciudad. Su especialidad son los carbayones (pasteles de almendra y yema), pero tampoco amargan a nadie las duquesitas (aros de almendra y yema) y el nuglass (turrón de nuez envuelto en porciones individuales). Si el lugar nos resulta familiar, es que este local fue una de las localizaciones elegidas por Woody Allen para rodar Vicky Cristina Barcelona.
CENA EN EL BULEVAR DE LA SIDRA
Por Jovellanos se llega también a la calle Gascona (sidreriasgascona.com), donde la concentración de sidrerías supera a la de cualquier otro lugar del mundo y donde parece que todos los días son festivos. Conocida como el Bulevar de la Sidra, en ella se puedne degustar también tapas o platos más contundentes, pero siempre, con sidra. Es perfecta para ir a cenar de culines y productos de la tierra. En el número 1 está Tierra Astur Gascona (tierra-astur.com), donde podemos probar los potentes tortos de maíz con picadillo de jabalí y otros platos típicos en un ambiente rústico y acogedor que incluye una tienda de productos asturianos. En el numero 9 hay otro Tierra Astur, cuyo gran reclamo son los pinchos hechos al momento en la parrilla: hamburguesas con pan-torta casero, pescados y carnes de ternera asturiana de carnicería propia, todo elaborado sobre la brasa del carbón.
Destaca también, en el número 4, La Finca (sidrerialafinca.es), sidrería-agrobar donde todo lo que se come y se bebe tiene nombre y apellido, porque importa mucho el productor: panes de escanda de Speltastur (La Frecha, Lena), quesos artesanos de Quesería Fregondón (Amieva), verduras de los huertos ecológicos Ecojusto (San Justo, Villaviciosa) y Con Raíz (Cuturrasu, Langreo), fabes manteca de Finca La Caxina (Villavaler, Pravia), licores del Molín de Nora (Noreña)… Cuatro aciertos: caramelos de queso, croquetas de jamón, tortilla de bacalao y torrija asada con helado.
BOCADOS Y TRAGOS DE FIESTA
«Xente d‘Uviéu, tambor y gaita». O sea, que en Oviedo (visitoviedo.info) hay fiesta o folixa cada dos por tres y un bocado típico para acompañarla. El 19 octubre se celebra el Desarme comiendo garbanzos con bacalao y espinacas, callos y arroz con leche. Los restaurantes de la capital llegan a servir más de 10.000 raciones en un día. Todo viene de las guerras carlistas, allá por 1836, cuando uno de los bandos disfrutaba de una comilona de garbanzos con bacalao y espinacas, y el enemigo aprovechó la distracción para robarle las armas. Aparte de la comilona, se recrean las batallas, con actores y figurantes uniformados, cañones, caballos…
Entre finales de octubre y mediados de noviembre se celebran los amagüestos, fiestas en torno a las castañas, de origen celta. Amagüestu significa asar castañas, que es lo que se hace en estos festejos al aire libre. Las castañas se sirven en cucuruchos de papel y se acompañan de sidra dulce y de mucha alegría, porque hay música, bailes y juegos tradicionales.
En Navidad, la producción de las pastelerías ovetenses es un imán potentísimo para los golosos. Veremos largas colas en las turronerías, la más tradicional, desde 1878, en el número 7 de la calle Cimadevilla: Diego Verdú (diego-verdu.es). Y nos sorprenderá que, además de los turrones tradicionales (duro, blando, de yema…), se vendan barras y tortas de chocolate, como si fueran bombones gigantes. A comienzos de año, el turrón es relevado por el roscón de Reyes: de masa con agua de azahar, de hojaldre, relleno…
El antroxu es el nombre asturiano del carnaval. La víspera del miércoles de Ceniza suele servirse un pote asturiano con nabos, chorizo, morcilla, oreja, lacón, costillar, morro, berza, patata y fabes. Un plato contundente, que se remata con unas torrijas (picatostes) o frixuelos (crepes) de postre.
A finales de mayo o principios de junio, en la fiesta de la Balesquida, Martes de Campo o Día del Bollo, también se come y se bebe que da gusto: bollu preñau (pan relleno de chorizo) y vino.
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