Todos los sentidos se despiertan cuando se sube a Zielou. El primero, la vista, nada más cruzar la puerta de entrada y acceder al elegante salón. Ochecientos metros con una decoración sofisticada, de aire neoyorquino, acondicionados para los tiempos de Covid, con mesas separadas, mamparas protectoras y maniquís sentados en una barra impactante y llena de luz. Y vistas también las de la gran terraza exterior, con exclusivos reservados y asomada a las torres más altas de Madrid.
Si vanguardista es el restaurante, en la misma línea la atrevida cocina de Kiko Solís, que nos transporta a diferentes lugares sin movernos de la mesa. Un chef inconformista dispuesto a inventar lo que no está inventado, que apuesta por los sabores intensos, la experimentación, el producto de calidad y la fusión de lo tradicional con ingredientes de todo el mundo. El resultado son propuestas tan sorprendentes como las que incluye su carta de verano, que se acaba de estrenar: burrata artesana de la Puglia, gyozas de heura y korma, salmón tonkatsu, trufón de rabo de toro, carrillera y foie... El sentido del gusto ha quedado saciado.
El viaje sensorial continúa de la mano de los bartenders venezolanos Jonath&John’s y su coctelería más atrevida. Dos jóvenes inquietos cuyos destinos se cruzaron trabajando en los locales de moda de la noche madrileña y de cuya creatividad salen cócteles de autor tan explosivos como Baby Shark, 911 Zielou o Sweet Canalla.
Zielou abre a las 13 horas y hasta la hora del cierre, propuestas para todos los momentos, de la comida a la cena, pasando por el Drunch & Vermú, que es como llaman aquí al tardeo, siempre con buena música y buen ambiente para una experiencia (o muchas) de altura.
No te lo pierdas:
Las letras gigantes de Madrid, el nuevo «place to go» para hacerte la foto