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NATURALEZA EN MAYÚSCULAS

Las piscinas naturales más bellas de Europa (y 2 están en España)

La naturaleza, la artista más talentosa del mundo, es poderosa y ha creado estas maravillas de color turquesa y verde esmeralda en espectaculares enclaves para disfrutar de un baño diferente en el mar.


26 de mayo de 2021 - 13:37 CEST
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TERMAS DE SATURNIA, TOSCANA, ITALIA

Más allá de sus artísticas ciudades como Florencia o Siena, de su ondulante paisaje de colinas de olivos y cipreses, de sus pueblecitos y de sus vinos, esta deliciosa región italiana es una de las que más termas y balnearios posee del mundo. La belleza de las de Saturnia radica en la espectacularidad de sus piscinas naturales de piedra calcárea, escalonadas en medio de un bello enclave y de aguas humeantes. El origen de las termas es un riachuelo, el Gorello, que tras recorrer un bosque y dejar a su paso varias pozas derrama después sus aguas por una cascada de 4 metros.

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GIOLA, ISLA DE TASOS, GRECIA

Esculpida en la roca por el mar Egeo a lo largo de los siglos, la que para muchos es una de las piscinas naturales más bellas del mundo, la encontrarás en la isla de Tasos, cerca del pueblo de Astris. Apenas 20 metros de diámetro y aguas de un color verde esmeralda que según la leyenda fue creada por Zeus para que se bañara su esposa Afrodita.

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PORTO MONIZ, MADEIRA, PORTUGAL

El océano llena de forma natural las piscinas de lava volcánica de Porto Moniz, en el noroeste de la isla de Madeira, con la ventaja de que uno puede bañarse en el Atlántico sin oleaje. Hay dos grupos de piscinas, las situadas frente al islote Ilheu Mole y las del oeste, donde además de nadar se puede pasar una agradable jornada, porque cuenta con una gran terraza para tomar el sol, vestuarios, duchas y todas las comodidades.

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FAIRY POOLS, ISLA DE SKYE, ESCOCIA

Una de las excursiones senderistas más sencillas de la isla de Skye, joya del archipiélago de las Hébridas, es la que lleva a estas cascadas que muchos conocen como «piscinas de las hadas» y quedan próximas al pueblo de Carbost y a la preciosa playa de Glenbrittle. El río Brittle, en su descenso desde los montes Cuillin, ha ido modelando este prodigio de la naturaleza en forma de cascadas y piscinas de aguas cristalinas y frías en las que pocos se atreven a darse un baño, pero todos los que llegan hasta ellas disfrutan con las agrestes cumbres como telón de fondo.

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LA CUEVA DE LA POESÍA, APULIA, ITALIA

La esencia del Mediterráneo se condensa en la región de la Apulia, el «tacón de la bota». Es es esta esquina última donde descubrimos una de las piscinas naturales más bonitas de Italia, a solo 30 minutos del cogollo barroco de Leece y a 10 de las playas de arena de Torre dell’Orso. Y lo es porque está rodeada de un impresionante paisaje rocoso y de las aguas azules del mar Adriático. En ella se puede tomar un baño tranquilo, como lo hacía la princesa que, según una leyenda, inspiró a los poetas (de ahí su nombre), mientras los más osados se atraven a lanzarse desde el acantilado que la protege.

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BLUE LAGOON, ISLANDIA

En Islandia se disfruta de una variedad de manifiestaciones geotermales: géiseres, fumarolas…, pero lo que nadie se pierde en la experiencia de sumergirse en alguna de sus piscinas de aguas termales y olvidarse del mundo. Aunque la mayoría de las poblaciones cuentan con una una municipal, ninguna tan conocida como la Blue Lagoon, en la península de Reykjanes, porque el baño en sus aguas azul turquesa entre las nubes de vapor de agua que emite la aledaña central geotérmica es adentrarse en un escenario irreal.

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PAMUKKALE, TURQUÍA

No es una sino varias las terrazas naturales que componen esta maravilla turca que la Unesco ha inscrito en su lista del Patrimonio de la Humanidad. Una blanca montaña de cal en medio de un verde valle de la región de Denizli, a una hora en avión de Estambul, cuyo nombre significa castillo de algodón. Las aguas azules reposadas en estas terrazas formadas a lo largo de los siglos poseen características terapéuticas, gracias a su alta concentración de minerales, y de ellas ya disfrutaban en la Antigüedad. En lo alto de Pamukkale, a 160 metros de altura, se construyó la antigua ciudad de Hierápolis, hoy en ruinas, que era una especie de ciudad balnearia para los romanos.

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CATARATAS DEL KRKA, CROACIA

Sibenik es una joya del Adriático croata, además de la más antigua de las ciudades croatas, pero, por si no fuera suficiente, en sus proximidades se encuentran dos parques nacionales: las Kornati y Krka. Nos fijamos en este último porque además de maravillas como el monasterio de Visovac, en la isla del mismo nombre, esconde las impresionantes cataratas del Krka (Skradinski Buk), en cuyas aguas entre azul turquesa y verde esmeralda es posible bañarse. Un paseo junto al río va descubriendo sus numerosos saltos de agua y recuerda al entorno de los Lagos de Plitvice, aunque el primero sin tanta fama.

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PISCINAS NATURALES DE LA COSTA DE TENERIFE

El abrupto norte de esta isla canaria está salpicado de extraordinarias piscinas naturales que la naturaleza y la lava de antiguas volcanes ha ido modelando a su antojo, dando forma a algunas tan singulares como el Charco del Viento o el Charco de la Laja, próximas al pueblo de San Juan de la Rambla, donde darnos un chapuzón en el mar distinto al de sus playas de arena negra o dorada. También espectaculares las de El Caletón, junto a Garachico, con distintos niveles de emoción, o el más salvaje Charco del Rayo, en la zona de Buenavista.

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GARGANTA DEL INFIERNO, VALLE DEL JERTE, CÁCERES

Muchas son las posibilidades que ofrece el valle del Jerte para los amantes de la naturaleza y el senderismo, en primavera, además, la floración del cerezo, y en verano lugares fresquitos para estar a remojo. En mitad de una zona boscosa que es reserva natural se descubren los pilones de la garganta de los Infiernos, una sucesión de pequeñas pozas unidas que el agua ha ido tallando durante miles de años en el duro granito y que terminan en tranquilas piscinas.

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