DIA 1
8.30 LA PUERTA INCLINADA DE HOLSTEN
Cualquier visita a esta ciudad del norte de Alemania debe comenzar en Holstentor, el gran símbolo de Lübeck. La espectacular fortificación de ladrillo gótica, con muros de defensa de tres metros y medio de espesor, es una de las antiguas puertas del complejo sistema de defensa que protegía la ciudadela medieval. La forman dos torres principales, inclinadas como la torre de Pisa, y un edificio central que las une.
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11.00 AYUNTAMIENTO
El casco histórico de Lübeck desprende una belleza singular, de ahí que la Unesco lo hay reconocido como Patrimonio de la Humanidad. Una joya medieval para explorar tranquilamente descubriendo sus edificios más interesantes, entre los que sobresale el conjunto arquitectónico que forman, en la bellísima plaza del Mercado, la iglesia de Santa María y el Ayuntamiento. Además de fijarse en sus ladrillos oscuros –de los que se dice fueron cocidos con una complicada mezcla de sangre de buey, ceniza y otros elementos secretos–, no hay que perderse su balconcito, las tres torres pequeñas llamadas gigantes y los ojos del viento, unos orificios visibles en la fachada que suavizan el efecto de los fuertes vientos. Algo muy característico de esta ciudad, en tiempos poderosa como capital comercial y hoy muy apetecible para visitar.
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12.00 PANORÁMICA DESDE LA IGLESIA DE SAN PEDRO
En el mismo casco viejo, la iglesia de San Pedro, hoy sede de exposiciones de arte, eventos culturales y de un mercadillo, permite disfrutar de la mejor panorámica de Lübeck. Desde sus 107 metros de altura –se puede subir a pie o en ascensor (4 €)– se divisa la iglesia de Santa María y los canales que rodean a la ciudad vieja.
13.30 SCHABBELHAUS, UN CLÁSICO DE LA COCINA ALEMANA
A 5 minutos de la torre de San Pedro se encuentra esta Schabbelhaus (schabbelhaus.de), una antigua taberna de vinos de 1908 donde podemos sentarnos a degustar sabrosos platos de carne y pescado. No te pierdas el filete de ternera al vacío, las albóndigas de lucio sobre hojas de espinaca y su sorbete de maracuyá, mango y grosella negra.
15.30 CALLEJONES Y PATIOS
Para bajar la comida, lo mejor será dar un paseo por los encantadores callejones y patios de Lübeck, decorados con flores, juguetes o herramientas. Al atravesarlos uno tiene la sensación de violentar la intimidad de sus dueños, pero en realidad son calles públicas. Se cuenta que durante la Edad Media la ciudad vivía un momento de esplendor y había atraído a tanta gente dentro de sus murallas que sufría una superpoblación, tal que se ordenó a sus habitantes que abrieran los patios para que pudieran vivir los trabajadores más humildes y los pobres. Siglos después, esos patios son rincones llenos de encanto, especialmente los de los números 25 y 41 de la calle Glockengießerstraße. En el 21 de esta misma calle se encuentra la casa-museo del escritor Günter Grass.
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17.00 RECORDANDO LA HISTORIA DE LA LIGA HANSEÁTICA
Lübeck fue capital de la Liga Hanseática, la federación comercial y defensiva que agrupaba los grandes puertos septentrionales del norte de Europa , y para descubrir toda su historia, ningún lugar mejor que el Europäische Hansemuseum, el museo que te hará viajar en el tiempo gracias a su recreación de ambientes y escenas históricas y a sus paneles interactivos. Se encuentra en el antiguo castillo-convento de Burgkloster.
19.30 CENA MARINERA
Déjate sorprender por el ambiente marinero de Schiffergesellschaft (schiffergesellschaft.de), un local histórico que fue sede de la Sociedad de los Capitanes de Barco, fundada en 1401, en el barrio de los marineros de Lübeck. Tan atractiva como su carta de cocina regional, donde el pescado y el cerdo son la base, es su decoración, con maquetas de barcos colgadas del techo y otros objetos relacionados con la navegación.
DIA 2
9.00 DESAYUNO CON CAPUCCINO Y MAZAPÁN
Lübeck es famosa por la fabricación del mazapán y su historia se remonta a 1806. Actualmente hay más de 300 productos relacionados con este manjar. En el Café Niederegger (niederegger.de) puedes tomarte un capuccino con sabor a mazapán o degustar una tarta de nueces cubierta de él y rellena de nata, además de recorrer un pequeño museo. También puedes comprar una caja de mazapanes con sabores de caramelo de vainilla, tarta de queso y brownies de caramelo. Solo un aviso, para tener en cuenta: 100 gramos de mazapán son 510 kilocalorías.
10.30 EL RATÓN Y LAS CRUCES DE SANTA MARÍA
En Lübeck hay seis iglesias medievales, pero la más importante es la de Santa María. Lo es por sus dimensiones, la tercera mayor del país –las torres gemelas de su fachada alcanzan los 128 metros, y su nave es la más alta del mundo–, pero la mayor fama de este templo gótico se la debe a la música sacra y a sus conciertos de órgano. Los visitantes también disfrutan buscando en sus bajorrelieves el ratón que, según la tradición, si lo encuentran les hará regresar a Lübeck, y admirando el curioso reloj astronómico que se pone en funcionamiento a las 12 de la mañana. En el interior de la iglesia son muy llamativas las cruces que recuerdan que fue bombardeada durante la II Guerra Mundial y, en el exterior, la figura de un diablillo sentado, que recuerda la derrota de este ante los vecinos de Lübeck, pues según una leyenda, estos prefirieron construir en este emplazamiento una iglesia en lugar de una taberna.
11.30 EXCURSIÓN A TRAVEMÜNDE
Solo 20 minutos en tren se necesitan para llegar desde Lübeck a Travemünde, a la entrada del fiordo, apeándose en la parada de Strand (playa). Lübeck compró este pequeño pueblo en 1329 para tener una salida más clara al mar Báltico y vigilar el tráfico de barcos con destino a la ciudad urbana. Está situado en la desembocadura del río Trave, en la que permanece el viejo faro de 1539, el más antiguo de Alemania, y la cercana playa de Timendorf. Hoy este es un punto crucial para ferris y cruceristas con destino a Rusia, Escandinavia y Repúblicas Bálticas. Travemünde fue la localidad balnearia favorita del Nobel de Literatura Thomas Mann, autor de Muerte en Venecia, y ahora, en verano, se puede ver a los alemanes tomando el sol en esas fotogénicas strandkörbe, una especie de tumbonas de mimbre con forma de cesta típicas de las playas del norte de Alemania desde finales del siglo XIX.
14.00 COMIDA ITALIANA CON VISTAS AL MAR
A la hora de comer puedes decantarte por Casablanca (ristorante-casablanca.de) abierto desde 1995 en el número 13 de Vorderreihe. Ofrece ensaladas variadas, sopas, ternera, cordero y sabrosos scampis, complementados por una variada carta de vinos.
15.30 EL PASSAT, UN VELERO CON HISTORIA
Por la tarde, un buen plan es visitar el Passat, un velero de cuatro palos que hizo más de 30 travesías a América y a Australia en el siglo XX. En la actualidad, este barco de tres mil toneladas se ha reconvertido en museo y en ocasional punto de alojamiento durante el verano, ya que se puede pernoctar en alguno de sus camarotes por un precio muy económico.
17.30 ATARDECER EN HOLSTENTOR
Conviene regresar a la emblemática puerta de Holsten al caer la tarde, cuando los pintores se sitúan fuera de la ciudadela para retratarla con los últimos rayos de sol de la tarde y el cielo teñido de rojo. Un momento ideal también para los fotógrafos y los instagramers.
19.30 CENA EN UN LUGAR HISTÓRICO
Un buen lugar para concluir estas 48 horas en la ciudad de Lübeck es cenar en Ratskeller (ratskeller-zu-luebeck.de), otro de los restaurantes históricos de Lübeck. Instalado en los sótanos del Ayuntamiento, en su menú destacan las especialidades germanas como las salchichas alemanas con salsa de cebollas y chucrut, las costillas de cerdo y el hígado de ternera a la parrilla.
MUY PRÁCTICO
CÓMO LLEGAR
La compañía Iberia tiene vuelos directos desde Madrid a Hamburgo a partir de 52 €. Desde Hamburgo a Lübeck se tardan 45 minutos en coche por la autopista A1. Para disfrutar de la ciudad lo mejor es callejear y perderse por sus hermosas vías y plazas, pues su casco viejo es abarcable a pie. Desde Turismo de Lübeck se organizan visitas guiadas por la ciudad en español de 2 horas (65 €), que se reservan en: gruppen@luebeck-tourismus.de
PARA DESCANSAR
En el Radisson Blu (radissonhoteles.com), un cinco estrellas a cuatro minutos a pie de la puerta de Holsten, con restaurante de cocina internacional y taberna de especialidades regionales. Próximo a este, Hotel Anno 1216 (hotelanno1216.de), en uno de los edificios de ladrillo más antiguos de Lübeck, que combina el ambiente histórico y el diseño moderno. En el casco antiguo está Klassik Altstadt Hotel (klassik-altstadt-hotel.de), con habitaciones de estilo clásico, inspiradas en famosos artistas de la ciudad.
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