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A las montañas del valle de Tena, en Huesca, siempre se ha llegado buscando sus pistas de esquí y su privilegiada naturaleza donde practicar todo tipo de deportes y aventuras. También las experiencias de su centro termal. Ahora, a todo ello se suma la emoción de caminar por las nuevas pasarelas que cuelgan sobre el río Caldarés. Son 800 metros de longitud lo que tienen estos pasos anclados a la pared del congosto por los que se pisa desafiando al vértigo y salvando hasta 160 metros de desnivel.
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Rodeados de naturaleza salvaje y verticalidad, el recorrido ofrece unas visitas inigualables de estas montañas gigantes del Pirineo oscense que rodean la estación de Panticosa y, 25 metros más abajo, de las aguas del río, que van saltando por las badinas y pozas que este ha ido esculpiendo en este lugar desde hace miles de años.
El recorrido por las pasarelas comienza en el aparcamiento de la estación de esquí y tiene un primer tramo más vertical, con una panorámica espectacular del abrupto barranco, y un segundo que resulta más largo y discurre por la margen derecha. Hay dos opciones para realizarlo: un itinerario, de 55 minutos, se asoma al mirador de O Calve –desde el que se dominan todas las montañas de entorno: sierra de la Partacua, sierra de Tendenera, valle de Caldarés…– y permite contemplar los vestigios de la Línea P y dos búnkeres. El segundo va por la variante del camino As Paúles, atravesando el barranco Bachato, y se completa en 45 minutos. A lo largo de ambos, varios apartaderos permiten contemplar este angosto escenario.
MUY PRÁCTICO
Hasta mediados de junio, las pasarelas solo se pueden recorrer los fines de semana, en horario de 10 a 18 horas, en temporada alta estarán abiertas todos los días. El precio de las entradas es de 3 € y el acceso (altura mínima 130 cm y los niños deben ir de la mano de un adulto) está limitado a 60 personas cada 20 minutos. Las reservas se hacen en: pasarelasdepanticosa.com.
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