A pesar de su reducido tamaño, el precioso pueblo cordobés de Iznájar sorprende nada más aproximarse a él, pues se ubica en lo alto de un cerro abrazado por el embalse homónimo y está rodeado de un espectacular entorno, con los infinitos campos de olivos perfilando la región y el agua moldeando el lago de Andalucía, visible desde sus miradores.
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Entre las calles y plazas de Iznájar, los más apasionados encontrarán en el patio de las Comedias un lugar idóneo para manifestar su amor. Esta placita de fachadas encaladas sobre las que cuelgan numerosas macetas azules, fue alcaicería musulmana durante la Edad Media. Más tarde se transformó en espacio para representaciones teatrales, y, en 1645, tomó su apariencia actual como patio vecinal. En el centro, una curiosa fuente en forma de mujer refresca el patio durante las noches más calurosas de verano. Entre las floridas paredes decoradas destaca la que exhibe los reconocimientos obtenidos por parte de la Diputación de Córdoba y la Mancomunidad de la Subbética.
Pero el verdadero encanto del patio de las Comedias lo protagoniza un banquito, arropado por una exuberante buganvilla, que se autoproclama como el «Rincón del Beso». Un escondite romántico, y de lo más instagrameable, dedicado a todos los enamorados. A su derecha, una callejuela desciende hacia la parte baja del pueblo dejando una bonita perspectiva de casas blancas y olivares. ¿Cuántos besos habrá presenciado este recoveco tan rebosante de encanto.
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