Han pasado siglos, pero Uncastillo (uncastillo.es), la quinta de las Cinco Villas de esta histórica comarca que se extiende por el noroeste de Zaragoza (las otras son Ejea de los Caballeros, Sádaba, Sos del Rey Católico y Tauste) es un espejo de su historia vivida en tiempos pasados. Se aprecia nada más verla de lejos, apiñada alrededor de su castillo medieval encaramado en lo alto de la peña Ayllón, por el que pelearon el mismísimo Abd al-Rahman III o Almanzor. Pero luego lo van desvelando sus calles empedradas de otra época, sus palacios renacentistas, casonas señoriales, torres defensivas, portadas con escudos y hasta su particular judería, con su propia sinagoga. El conjunto es un magnífico y cuidado caserío que resulta tan evocador como sugerente.
A la entrada de esta villa-museo nos recibe la iglesia de Santa María, con una torre gótica defensiva y una fachada románica de las más primorosas de todo Aragón. Un grato paseo por el casco antiguo puede arrancar en la casa consistorial y, tras recorrer las calles Plaza de la Villa y Larués, ir a parar a la plaza del Mercado, en uno de cuyos rincones se esconde la lonja medieval y, pegada a ella, otra joya románica, San Miguel –hoy un salón de congresos–, que, a primera vista parece cualquier cosa menos un templo, pues su portada fue vendida y hoy se exhibe en el Museo de Bellas Artes de Boston.
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De la plaza hay que salir por la calle de Mediavilla para, poco después, subir a la izquierda en busca del templo de San Martín de Tours, que, además de un soberbio ábside románico, alberga el flamante Centro de Arte Religioso del Prepirineo, con una magnífica colección de arte sacro, procedente tanto de las iglesias de Uncastillo como de otros templos del entorno.
Los restos del vecino castillo –dos torres, una cuadrada y otra octogonal, la del homenaje alberga un pequeño museo– los podemos bordear por una nítida senda circular para volver de nuevo a la calle de Mediavilla y seguir por ella hasta la plaza y la iglesia de Santa María. Desde su portada sur, deberemos enfilar por la carreterilla que va a Sos del Rey Católico y, en cosa de un minuto, cruzar el puente sobre el río Cadenas. A mano derecha, queda el templo románico de San Felices; y a mano contraria, el de San Juan, también románico, encaramado en un promontorio rocoso salpicado de tumbas antropomorfas, desde donde se obtiene una estupenda panorámica de Uncastillo, rodeada de cerretes que ya anuncian la vecindad del Pirineo.
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Y ALREDEDOR
A unos 15 kilómetros de Uncastillo, muy próxima a la localidad de Layana, se encuentra el yacimiento romano de los Bañales, que conserva importantes restos de unas termas del siglo I a. C y un acueducto.
UNA PARADA CON SABOR
Cocina tradicional en El Secreto (tel. 876 67 54 91), recomendables el canelón de longaniza, el pulpo y la tarta de queso. Y productos delicatesen en Proyecta Uncastillo (proyectauncastillo.es) y La Conservera del Prepirineo (laconserveradelprepirineo.com), donde comprar desde vinos ecológicos hasta patés artesanales, tortas o productos escabechados.
Y PARA DESCANSAR
¿Una antigua posada con encanto de estilo chic o un apartamento rural con todas las comodidades para ir en familia? La Pastora (lapastora.net) ofrece distintos tipos de alojamiento en el casco viejo de Uncastillo. A 23 kilómetros se encuentra el Parador de Sos del Rey Católico (parador.es), un edificio noble con habitaciones agradables de estilo aragonés e integrado de forma armoniosa en la villa medieval amurallada.
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