Durante cientos de años han protegido a los marineros e iluminado la noche, pero estos singulares edificios que se enfrentan al viento y al mar, nos atraen irremediablemente. Hemos seleccionado estos faros entre los mejores de Europa. De Estambul al Algarve portugués, no pierdas de vista a estos vigías del océano.
FARO DE FORMENTOR, MALLORCA
En medio de la naturaleza salvaje de la costa norte de Mallorca, la sinuosa carretera que recorre la península de Formentor llega hasta el extremo de la isla, donde se levanta, a 210 metros de altura sobre el nivel del mar, este espectacular faro asomado a los acantilados. No fue fácil ponerlo en pie en 1863, su construcción fue un desafío para la época por lo escarpado del terreno. Hoy desde él se disfruta con perspectiva de la belleza de este agreste rincón que siempre ha sido fuente de inspiración para artistas. Un poco antes de llegar, desde el mirador de Sa Creueta se aprecia la grandiosidad del «Finisterre» mallorquín, con la cala Bóquer a la izquierda y el islote Colomer a la derecha. Una impresión de vértigo imposible de olvidar.
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FARO DE LA VICTORIA, ITALIA
El monumento más alto de Trieste, con 68 metros de altura –uno de los más elevados del mundo– construido en la colina de Gretta, no solo ha marcado desde 1923 la ruta de los marineros en el golfo de Trieste, también es un monumento en honor a los caídos en el mar durante la Segunda Guerra Mundial, coronado por una estatua de la Victoria alada. Además de visitar su interior, una vez superados los 285 escalones que llevan hasta lo más alto se puede disfrutar de una de las vistas más extraordinarias de esta bonita ciudad costera italiana.
MAIDEN’S TOWER, TURQUÍA
Desde época medieval, en un pequeño islote a la entrada del estrecho del Bósforo, en la costa asiática de Estambul, se levanta esta torre llamada de la Doncella (también conocida como de Leander). Según una leyenda turca fue construido por un emperador para mantener a su hija alejada de las serpientes, ya que, según una profecía, la joven moriría por una picadura al cumplir 18 años. Aún así, nadie pudo evitar el fatal desenlace.
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FARO PORER, CROACIA
Solitario en una pequeña isla en el mar Adriático, ningún lugar mejor para retirarse del mundo que este faro construido en el extremo sur de la península de Istria. A sus pies, dos apartamentos para vivir una experiencia increíble, la de levantarse en un lugar único solos, bañarse en el mar y admirar en las transparentes aguas de alrededor un fondo marino lleno de vida.
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TORRE DE HÉRCULES, A CORUÑA
El faro más antiguo del mundo en funcionamiento y el único romano es, desde hace ya dos milenios, el símbolo de la estrechísima relación de esta ciudad con el mar. Patrimonio de la Humanidad y fuente de mitos y leyendas, esta torre de planta cuadrangular se eleva en un cerro a 55 metros de altura, hasta donde llega el paseo marítimo. A sus pies un entorno natural maravilloso donde contemplar grandes obras de artistas gallegos en su parque escultórico y disfrutar del mar como en ningún otro lugar.
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FARO CABO SAN VICENTE, PORTUGAL
Encaramado a 75 metros de altura, el saliente que se precipita al mar en el extremo más al sur de Portugal estuvo coronado hace siglos por una fortaleza vigía. La leyenda cuenta que Enrique el Navegante llegaba hasta esta esquina del Algarve para ver partir sus barcos y comprobar la fiabilidad de los experimentos que le preparaban sus hombres de ciencia. De aquella fortaleza nada queda. Pero sí, en cambio, un colosal faro, el más grande de Europa, cuyo haz de luz es visible a más de 100 kilómetros mar adentro. No es extraño: por estas aguas pasan al año cientos de navíos y mercantes rumbo a medio mundo.
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FARO TOURLITIS, GRECIA
Parece sacado de una escena de Juego de Tronos, pero confirmado, este faro es real. Se levanta desafiando a la gravedad sobre el pequeño islote rocoso de Tourlitis, en la bahía del puerto de Andros, en la isla del archipiélago de las Cícladas del mismo nombre. Hubo otro anterior, pero fue destruido durante la Segunda Guerra Mundial y el que ahora se admira data de 1990. Unas escaleras talladas en la roca ascienden hasta su puerta, y doce metros más arriba de la torre cilíndrica está su potente linterna, que ilumina el mar Egeo.
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RUBJERG KNUDE, DINAMARCA
Cuando fue construido en 1899 en el municipio de Hjørring, en el norte de Dinamarca, 200 metros tierra adentro, nadie podía ni imaginar que algo más de un siglo después, las mareas y las tormentas erosionaran tanto la costa que quedara indefenso y engullido. En 2023 estaba prevista su caída, pero hace un par de años se consiguió evitar gracias a desplazarlo 70 metros tierra adentro mediante raíles. La ausencia de construcciones cercanas, la duna de arena que lo atrapa y el mar próximo crean una imagen de lo más insólita.
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FARO SAINT-MATHIEU, FRANCIA
Brest es el Finisterre de la Bretaña francesa, el lugar en el que despunta, sobre un promontorio a 54 metros de altura, el faro de Saint-Mathieu. A los pies de un acantilado de vértigo esculpido por el viento y las fuertes olas del Atlántico y junto a las ruinas de una abadía benedictina del siglo XVI, una pequeña ermita y algunas instalaciones militares, esta conjunción forma un escenario sobrenatural de leyenda donde es fácil despertar la imaginación. Esta construcción forma parte de una ruta que de Brest a Brignogan recorre los 17 faros en la costa y 13 en el mar de la región.
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FARO DE SANTA MARTA DE CASCAIS, PORTUGAL
Los faros son lugares mágicos y el de Santa Marta de Cascais, además de una construcción con mucho encanto por el que los navegantes tenían que pasar antes de entrar al estuario del Tajo, es un divertido museo. Tras su rehabilitación, en él se puede conocer la profesión de farero, cómo era la vida en un faro y contemplar la bonita panorámica que ofrece desde lo alto.
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