De Málaga a La Gomera y de León a Navarra. Nuestro país está lleno de localidades llenas de encanto, pero los que acaban de pasar a engrosar la lista de la asociación de Los pueblos más bonitos de España son villas excepcionales por su belleza arquitectónica, su patrimonio rural y su entorno natural, pero también por el cuidado y el esmero de su conservación. Descubre cuáles son y dónde están.
MOLINASECA, LEÓN
El Camino de Santiago marca la vida de este bonito pueblo rodeado de bosques y fértiles huertas próxima a Ponferrada. Lo que gusta de él son sus empedrados callejones de sabor medieval, su puente románico que salva las aguas del río Meruelo y cruzan los peregrinos, el crucero de la plaza del Santo Cristo, su rica arquitectura popular con galerías voladas de madera y las casonas solariegas con escudos nobiliarios que se abren a su evocadora calle Real, su principal arteria. Dominando todo el conjunto, la iglesia de San Nicolás de Bari y a las afueras, los puente de Malpaso, esos que en otro tiempo comunicarían la Vía Augusta con Las Médulas.
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AGULO, LA GOMERA
Que sea conocido como «el bombón de La Gomera» ya dice mucho este pueblo-mirador al norte de la isla cuidado con esmero y envuelto por el verde de sus cultivos y el azul del océano al que se asoma. Un encantador rincón rural de calles estrechas y empedradas y casitas restauradas que se va desgranando en su paseo por su casco urbano. En él nos encontraremos con la bonita iglesia de San Marcos, curiosa por sus blancas cúpulas y que contrastan con el tono rojizo de los tejados de las viviendas. Desde él se divisa el Teide. En Agulo se encuentra el Centro de Visitantes «juego de Bolas» desde el que planificar las rutas para recorrer los senderos del Parque Nacional de Garajonay.
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BEGET, GIRONA
Pequeño y escondido, este pueblo de apenas una veintena de habitantes que acaba de sumarse a la red de Los pueblos más bonitos de España es todavía un desconocido para muchos. Situado en el valle de Camprodon, su vida gira, como desde el siglo XII, en torno a la iglesia románica de Sant Cristòfol, con su campanario de cuatro pisos, sus dos puentes medievales y sus casas y calles de piedra, como si el tiempo no hubiera pasado por ellas. Para disfrutar, un entorno con espectaculares rutas para disfrutar del senderismo por la montaña.
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BAÑOS DE LA ENCINA, JAÉN
La provincia de Jaén posee el mayor número de fortalezas del país y una de las más espectaculares es la que domina este pueblo desde hace más de mil años: el castillo califal de Bury Al-Hamma, un gran barco varado en la montaña desde cuyas almenas, apenas heridas por el paso de los siglos, se divisan los campos olivareros del alto Guadalquivir y los cerros de Sierra Morena, con el embalse del Rumblar a sus pies. Otras joyas de la localidad nos llevan a visitar la iglesia de San Mateo, admirar las casas señoriales del casco histórico y su molino del siglo XVIII y contemplar el magnífico camarín barroco de la ermita de Jesús del Llano.
BULNES, ASTURIAS
Aislado en el corazón del macizo central de los Picos de Europa, este pequeño pueblo de montaña del concejo de Cabrales (sí, el del queso) de menos de 30 vecinos sigue manteniendo su encanto de antaño, cuando solo se podía acceder a él a pie a través de un sendero que serpentea en continua subida. Hoy día, conectado por funicular con el vecino pueblo de Poncebos, es parada obligatoria para aquelloscu que buscan disfrutar de la naturaleza asturiana y de las rutas que llevan al Naranjo de Bulnes.
CUDILLERO, ASTURIAS
¡Qué ganas de mar! A orillas del Cantábrico está Cudillero, un precioso pueblo marinero de callejuelas estrechas y casas de colores agrupadas en la ladera de la montaña y asomadas al puerto viejo, donde empieza y acaba cualquier paseo por él. En la plaza de la Marina, repleta de restaurantes y tascas, se degustan los mejores pescados y mariscos que llegan cada día al puerto.
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GARACHICO, TENERIFE
En la costa norte de Tenerife, Garachico es uno de los tesoros de la isla y eso que a principios del siglo XVIII la erupción de un volcán hizo que quedara sepultada, formándose unas piscinas naturales en roca volcánica que hoy son una de sus grandes atracciones. Además, el blanco caserío muestra un bello y envidiable conjunto monumental, cuyas calles mantienen el trazado urbano fundacional y evocan la época de esplendor portuario de la localidad.
GENALGUACIL, MÁLAGA
No solo el enclave, que por supuesto, ubicado como está en el valle del Genal, entre montes poblados de castaños, encinas y alcornoques; que sus calles y blancas de un blanco impoluto se encuentren desparramadas por la ladera de la montaña hacen de Genalguacil uno de los pueblos más hermosos de la provincia de Málaga. Por si no fuera suficiente, hay otro motivo más y es su museo al aire libre. Todo gracias a que desde 1994 se celebra en él Encuentros con Arte, un festival que reúne, cada dos años, en sus calles a artistas llegados desde todos los rincones del mundo para interpretar la esencia de Genalguacil. Las obras permanecen en el pueblo y convierten el paseo por sus estrechos callejones en una auténtica experiencia artística.
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NUEVO BAZTÁN, MADRID
El tiempo parece haberse detenido en esta localidad a 50 kilómetros de la capital que debe su nombre a la población navarra de Batán, lugar de nacimiento del político y empresario Juan de Goyeneche, quien en el siglo XVIII encargó a José Benito de Churriguera lo que sería un proyecto de villa señorial. El resultado fue un bellísimo ejemplo de urbanismo barroco en el medio rural que, además de centro agrícola estaba dedicado a la fabricación de vidrio y tejidos, productos cotizados en la época. Todo el conjunto gira en torno a su iglesia-palacio, que hoy es monumento histórico. En la antigua bodega del palacio se ubica su centro de interpretación.
RONCAL, NAVARRA
En pleno Pirineo navarro, el valle del Roncal es un lugar para desconectar, es destino starlight, con una naturaleza en estado puro y autenticidad reflejada en los siete pueblos que lo forman. El que da nombre al valle y hace las veces de capital se asienta a ambos lados del río Esca y resulta el más atractivo, con sus calles empedradas, sus edificios señoriales, su lavadero y la iglesia de San Esteban. El barrio del Castillo y la era, donde antaño se trillaban los cereales, y el mausoleo al gran tenor navarro Julián Gayarre son otras paradas durante un paseo por la localidad.
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VALVERDE DE LA VERA, CÁCERES
En la comarca de La Vera, Valverde es conocido, sobre todo, por su fiesta de los Empalaos, que tiene lugar en Semana Santa y está declarada de interés turístico. Pero más allá, es un pueblo bonito dispuesto en forma de cruz y que despierta la curiosidad por sus numerosas muestras de arquitectura popular verata y las regateras de sus empinadas calles, que canalizan el agua de lluvia y ponen música al paseo por ellas. La porticada plaza de España, la fuente de los Cuatro Caños, la iglesia de Fuentes Claras y la plaza del Rollo son sus cuatro ejes principales, además del castillo de Don Nuño, la construcción militar más importante de la comarca.