Como un viaje en el tiempo, pero con mucha elegancia y glamur. Cuando uno sube a bordo de los restaurados vagones de este lujoso tren (belmond.com) parece retroceder a aquellos felices años 20. Por su decorado –con suntuosos tapizados y elegantes muebles de madera–, pero también por su ambiente y un servicio y unas atenciones que nos devuelven a otra época. Fascinantes son las ciudades de Europa en las que hace parada: Londres, Venecia, Viena, Estambul…, pero lo maravilloso de veras está en el propio viaje. Eso sí, para pasar una noche en él habrá que desembolsar como mínimo 2379 € por persona.
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Desde que en 1883 los espléndidos coches azules del Orient-Express enfilaran por Europa con la flor y nata del momento a bordo, este tren ha inspirado una decena de películas, más del doble de novelas y hasta un foxtrot (baile). Su fama logró incluso que el Asesinato en el coche de Calais, de Agatha Christie, se rebautizara en una edición posterior con el título mucho más sugerente de Asesinato en el Orient-Express, y solo entonces se convirtió en un best-seller.
Para descansar, elegantes camarotes plagados de ricos detalles, como sus finas telas y paneles de madera que transportan al pasado. De día se admira el paisaje desde sus cómodos asientos, de noche, se convierten en acogedoras habitaciones son suaves sábanas y algunas cabinas con espacio adicional para relajarse. Siempre atendidos por mayordomos atentos a cualquier necesidad.
Pero en el Venice Simplon Orient Express (belmond.com) la experiencia va más allá, pues los pasajeros tienen a su disposición tres vagones-restaurante, cada uno con su propia personalidad, donde se sirven las mayores delicias locales de las regiones que se atraviesan: langostas de Bretaña, tomates provenzales… O se disfruta de momentos en el Champagne Bar, con música en directo de ambiente mientras se degusta un cóctel perfecto. Por lujos que no falten, ni romanticismo.
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