SOMAO, PRAVIA (2020)
Entre Cudillero y la ría del Nalón, en un altozano asomado al mar, se levanta el último de los galardonados como Pueblo Ejemplar de Asturias. Poseedor de un bien conservado patrimonio indiano, entre los mejores de Asturias, también cuenta con otro genuinamente asturiano, el de su arquitectura rural. A ello suma tradiciones artesanales como la elaboración del queso Agueg’l Pitu, de los más antiguos del Principado y con denominación de origen, y la de alfombras artesanales.
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ASIEGU, CABRALES (2019)
Apenas tiene un centenar de habitantes, pero este pequeño pueblo de montaña perteneciente a la parroquia de Carreña y entre Ribadesella y Llanes, sabe a queso, el que dicen es uno de los mejores quesos azules del mundo. Su modelo de desarrollo rural, basado en el aprovechamiento de los recursos naturales, la conservación de su arquitectura tradicional asturiana, sobre todo en el barrio antiguo de La Caleya, el turismo rural y sus queserías lo hizo merecedor del título de Pueblo Ejemplar.
MUAL, CANGAS DEL NARCEA (2018)
Resguardado por montañas y con el constante rumor de las aguas del río Muniellos como telón de fondo, esta pequeña localidad del suroccidente asturiano está a las puertas de uno de los bosques de roble albar mejor conservados de Europa, el bosque de Muniellos, Reserva de la Biosfera por la Unesco. Entre su patrimonio arquitectónico también destacan construcciones tradicionales como las corripias (cercados para almacenar castañas), los cortinos (para proteger las colmenas) o el molino de agua.
POREÑU, VILLAVICIOSA (2017)
A 50 kilómetros de Oviedo y a 25 de la costa, el mérito de este pequeño pueblo de la parroquia de Celada de poco más de un centenar de vecinos es el esfuerzo de estos por mantener vivas algunas tradiciones de la localidad, desde la recuperación de fiestas, utensilios y objetos antiguos a la organización de jornadas culturales o las mejoras de caminos, espacios comunes y dotaciones. Un trabajo colaborativo que ya fue reconocido con el premio en 2010 Aldea más guapa.
COMARCA DE LOS OSCOS (2016)
Lo que hace de Los Oscos una comarca singular son sus pueblos abandonados, sus agitados ríos, sus construcciones rurales de piedra, la tradición de antiguos oficios, sus conjuntos etnográficos -especialmente el de Mazonovo– y, sobre todo, una vegetación de intensos verdes cargada de magia, soledad y misterio repartida por los concejos de Santa Eulalia, San Martín y Villanueva de Oscos.
COLOMBRES, RIBADEDEVA (2015)
El legado arquitectónico que prodigaron los emigrantes que regresaron con fortuna de América define parte del encanto de la capital del concejo de Ribadedeva, situada entre la sierra del Cuera y el mar. Además de esta esencia histórica del oriente asturiano, que podemos seguir descubriendo en el Museo de la Emigración de la Fundación Archivo de Indianos, su otro gran legado hay que buscarlo en medio de una sucesión de acantilados de vértigo, donde se encuentra la cueva del Pindal, con bellas muestras de arte paleolítico.
BOAL (2014)
Atravesado por el río Navia, el curso del río y sus afluentes configuran un paisaje escarpado en el que se encuentran los embalses de Doiras y Arbón. Pese a la despoblación, el esfuerzo vecinal por dinamizar la vida del concejo con actividades como la producción en miel en cooperativa, el turismo rural o las pequeñas empresas agroalimentarias han contribuido a la actual recuperación económica de la zona. Y eso se merece un premio.
TEVERGA (2013)
Enclavado en el Parque Natural de las Ubiñas-La Mesa, declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco, el premio a este antiguo concejo minero fue un reconocimiento a sus vecinos –repartidos en casi medio centenar de poblaciones de pequeño tamaño, a excepción de la capital, San Martín–, por superar las consecuencias de la crisis de la minería del carbón, recuperar la cultura tradicional y, a la vez, proteger y conservar la biodiversidad de su territorio. Además de tesoros naturales como el monumento natural de Cueva Huerta, el hayedo de Monte Grande, el paisaje kárstico de los puertos de Marabio o la cascada del Xiblo, lo que todo el mundo llega buscando aquí es la Ruta del Oso y el Parque de la Prehistoria, que alberga la colección de arte rupestre más importante del mundo.
BUEÑO, RIBERA DE ARRIBA (2012)
A solo 5 kilómetros de Oviedo, en una de las vegas del río Nalón, este pequeño pueblo de solo 150 habitantes tiene la peculiaridad de ser el que cuenta con el mayor número de hórreos y paneras de Asturias, ¡hasta medio centenar! Como ejemplo de conservación de estas construcciones tradicionales, cuenta con un Centro de Interpretación del Hórreo y un Paseo de los Hórreos, en el que podemos ver el más antiguo, del siglo XVI.
SAN TIRSO DE ABRES (2011)
En el extremo más occidental de Asturias, los habitantes de este municipio de unos 600 habitantes bañado por el río Eo han sido desde mucho tiempo atrás ejemplo de solidaridad y disposición al trabajo comunitario. Lo hicieron cuando acogieron a los que llegaron para trabajar en el ferrocarril minero de Villaodrid a Ribadeo, luego poniendo en pie las viviendas de los maestros del pueblo, el edificio del Ayuntamiento y muchas otras construcciones y restauraciones. Su premio reconoció el compromiso de sus vecinos con la tradición y la cultura, el trabajo en común y la hospitalidad.