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De bodegas por Madrid, porque aquí también se puede hacer enoturismo

Recorrer los viñedos, hacer tu propio vino en una bodega de referencia, pasear por cuevas centenarias, apuntarte a un picoteo a pie de viña, pisar la uva, hacer una cata nocturna bajo las estrellas… Hay muchas maneras de disfrutar del vino y en el entorno de la capital podemos vivir todas estas experiencias.

Actualizado 17 de septiembre de 2020 - 21:21 CEST17 sept 2020 - 21:21 CEST

Más de 8000 hectáreas de viñedo se extienden por la región madrileña, una Denominación de Origen con cuatro zonas diferenciadas –San Martín de Valdeiglesias, Navalcarnero, Arganda y El Molar– y más de medio centenar de explotaciones vitivinícolas donde participar de todo tipo de actividades ligadas al vino.

MORATA DE TAJUÑA

Que la primera añada de Licina, su vino insignia, fuera elegido como «el mejor vino tinto de España» entre más de doscientos en una cata a ciegas en la que participaron más de medio centenar de enólogos y sommerliers es todo un reconocimiento a la prestigiosa bodega Licina Wines (liciniawines.com) de Morata de Tajuña (Licina se llamaba en época romana). En sus instalaciones, podemos hacer una cata de vinos de sus dos bodegas (Licina y Muss) con un aperitivo de embutidos (25 €) o incluso descubrir cómo hacer tu propio coupage con las cuatro variedades de uvas con las que elaboran sus caldos (50 €).

Viñedos de las bodegas Licina Wines, en Morata de Tajuña.

Licina Wines, su vino fue elegido como «el mejor vino tinto de España».

CHINCHÓN

Todo el mundo llega buscando a Chinchón –a 45 kilómetros de la capital– su plaza mayor, una de las más bonitas de Madrid, otros para ver el cuadro de Goya que preside el retablo mayor de la iglesia de la Asunción y visitar su castillo, pero la mayoría para sentarse en uno de sus restaurantes de la plaza y degustar un asado. Los que saben de vino, no quieren perderse la visita a la Bodega del Nero (bodegadelnero.com), una de las más notables de la región, fundada en 1870 y al frente de la quinta generación de bodegueros de la misma familia. La visita a sus instalaciones ofrece la oportunidad de visitar y conocer todos los procesos de cultivo y la elaboración de sus vinos, con cata y degustación de queso de Chinchón si se desea.

Bodega del Nero, en Chinchón.

NAVALCARNERO

Lo innovador y lo tradicional conviven en Bodegas Muñoz Martín (bodegasmuñozmartin.com), en pleno casco antiguo de la villa de Navalcarnero. Fue en 1930 cuando se fundó la bodega, hoy regentada por la quinta generación de la misma familia que ofrece visitas a sus viñedos –28 hectáreas repartidas entre esta localidad y Villamanta–, a su cueva y degustaciones de vinos con tapa.

CORTIJO DE SAN ISIDRO

Carlos III de España mandó construir en 1782 a 5 kilómetros del Real Sitio de Aranjuez la que hoy es la única bodega de una casa real del mundo, la Bodega del Real Cortijo (realcortijo.com). Declarada monumento histórico, fue proveedora de vino y aceite de cinco reyes durante casi dos siglos y hoy es un lugar único para disfrutar de diferentes enoexperiencias, desde crear tu propio vino hasta un maridaje wine & cheese o pasar un día jugando en el Casino del Vino.

Cortijo de San Isidro, en Aranjuez.

Exteriores de la bodega Real Cortijo de San Isidro.

SAN MARTÍN DE VALDEIGLESIAS

Viñedos centenarios de garnacha rodean la bodega Las Moradas de San Martín (lasmoradasdesanmartin.es), a sola una hora de la capital, donde confluyen Madrid con el norte de Toledo y el sur de Ávila, en los aledaños de la Sierra de Gredos. Entre sus actividades de enorturismo, algunas tan originales como un taller de poda (12 €) o catas bajo las estrellas en plena naturaleza (35 €).

Bodega Pedro García, en Colmenar de Oreja.

COLMENAR DE OREJA

Fue en 1931 cuando fue fundada en el casco histórico de esta bonita localidad del sur de Madrid, declarado conjunto histórico, la bodega Pedro García, con tres generaciones detrás. En sus más de 50 hectáreas de viñedos se cultivan distintas variedades de uvas: malvar, airén, cabernet sauvingnon, syrah… con las que se elaboran sus caldos. La experiencia gourmet que propone en sus instalaciones incluye la visita a sus cuevas centenarias restauradas que datan del siglo XVII y la degustación de tres vinos acompañada de un aperitivo de la zona (15 €).