Solo 40 kilómetros separan Bangkok del curioso Wat Samphran, el templo del Dragón, una rareza que no es fácil encontrar en las guías de viajes y sorprende por su llamativa torre rosa de 17 pisos rodeada por un enorme dragón.
Nada tiene que ver Wat Samphran con los templos tailandeses que todos hemos visto o imaginado, el del Dragón es una especie de monasterio habitado por monjas al que solo llegan los que buscan lugares singulares.
Los visitantes cumplen con varios rituales, como el de tocar las uñas del dragón mientras recitan la oración budista escrita en tailandés en las patas del animal.
Wat Samphran está lleno de historias tenebrosas, como la del abad Phra Jam Long, primer constructor del templo, que permaneció 38 días muerto en un ataúd para después despertar.
Rodeado de jardines donde brota la vegetación sin orden, la visita permite recorrer todas las alturas de la torre, adentrándose en el mismo dragón. En lo alto, se contempla una representación del nacimiento de Buda y se disfruta de bonitas vistas. Si se sube un poco más, a la terraza, se ve la cabeza del dragón, al que se le toca la barbilla mientras se pide un deseo.
Si la visita coincide en fin de semana, la visita al Wat Samphran se puede complementar con el mercado flotante de Don Wai, donde poder comer a buen precio.