Solo hace falta caminar un par de minutos desde la mítica plaza Dam para alcanzar Las 9 Calles. En este céntrico barrio del corazón de Ámsterdam se encuentran todas las estampas típicas que protagonizan las postales de las tiendas de souvenirs. La novedad es que aquí, en De Negen Straatjes –su nombre en holandés—, a los puentes, canales, bicicletas y hermosas fachadas se unen también un sinfín de coquetos negocios.
Nuestro objetivo se halla entre las calles Leidsestraat y Raadhuisstraat, que cruzan algunos de los canales más populares de la ciudad. El Keizersgracht, el Prinsengracht, el Herengracht y el Singel tienen su punto de encuentro precisamente aquí, donde crean círculos concéntricos que dan forma al peculiar Cinturón de Canales de Ámsterdam, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
El ambiente de esta zona, juvenil y eminentemente hipster, contrasta con el pasado peletero del barrio. Allá por el siglo XVII, época a la que pertenecen gran parte de sus edificios, se instaló aquí este gremio, al cual se le sigue rindiendo homenaje con el nombre de sus calles. Wolvenstraat –calle del lobo– Reestraat –del corzo– o Berenstraat –del oso–indican de qué animal eran las pieles con las que se comerciaba en cada una de ellas.
MUSEOS CURIOSOS Y CAFÉ
Hoy los negocios han cambiado radicalmente, y entre cafeterías de corte moderno, elegantes hoteles y tiendas con propuestas de lo más vanguardistas, hay espacio para restaurantes e incluso para un peculiar museo: el House Boat Museum. Se trata del Hendrika Maria, un barco utilizado en el pasado para la carga que, gracias al trabajo y esfuerzo del holandés Vicent van Loon, fue transformado en una casa flotante y abierto al público en 1997. ¿El objetivo? Calmar la curiosidad que a muchos les surgía acerca de cómo era vivir sobre los canales de la ciudad.
Un buen plan para antes o después de la visita puede ser disfrutar de un rico desayuno. Una de las cafeterías más coquetas es Koffiehuis de Hoek, ambientada en los años 50. Abierta desde las 7.30 de la mañana, el olor a pastel de manzana recién hecho es su seña de identidad. Lo elaboran a lo largo de todo el día y no hay mejor manera de arrancar la jornada que probando una de sus porciones en su terraza con unas inigualables vistas al Prisengracht.
El mejor café, sin embargo, habrá que tomarlo en Coffee Company (coffeecompany.nl), abierto desde el 96 e inspirado en el amor y la pasión por el café de Dick y Rick, propietarios e impulsores del proyecto. El local cuenta con máquinas para elaborar el café expresso fabricadas especialmente para el negocio, con jóvenes baristas formados en la prestigiosa escuela CoffeePakhuis de Ámsterdam y con un producto eminentemente ecológico, comprado, en muchos casos, directamente a los agricultores.
DE TIENDAS
Pero de lo que realmente se disfruta en una incursión a Las 9 Calles es de pasear relajadamente por cada uno de sus rincones. Pisar sus suelos empedrados, fotografiar las flores que decoran las entradas a sus casas y, por supuesto, hacer parada en sus innumerables tiendas de moda. Pues si existe un paraíso para ir de compras en Ámsterdam, es este. El barrio ha sido escogido por muchas firmas independientes, locales e internacionales, para establecer en él sus negocios. Una de ellas, Filippa K (filippa-k.com), apuesta por las prendas ecológicas de diseño escandinavo. Un estilo parecido puede encontrarse en RUM Amsterdam (rum-amsterdam.nl).
Pero también hay hueco en Las 9 Calles para lo vintage. Solo hay que pasarse por Laura Dols (lauradols.com), con más de 45 años de trayectoria a sus espaldas, para entenderlo. De sus perchas cuelgan auténticos modelitos vestidos en el Hollywood de los 50 a los que se les dota de una segunda vida. Muze the Store (muzethestore.com), Rika Studios (rikastudios.com) o Samsøe (samsoe.com) son otras paradas que tampoco pueden faltar.
PARA COMER
Y como comprar da hambre, habrá que buscar el lugar ideal para saciar el apetito. La oferta es tal que será difícil escoger. Aunque nunca estará de más deleitarse con una cata de quesos en Kaaskamer (kaaskamer.nl). No importa si se prefieren curados, orgánicos o autóctonos como el Gouda, aquí hay opciones para todos los gustos. Si lo que se prefiere, sin embargo, es recrearse en un almuerzo tranquilo, Van Puffelen (restaurantvanpuffelen.com) es el lugar. Platos tradicionales con un aire fresco sobre la mesa, una terraza que en los meses de verano se llena de vida y un estilo refinado a la par que informal en su comedor.
Bajando unas pequeñas escaleras que llevan a un sótano frente al canal Keizersgracht llegamos a De Struisvogel (restaurantdestruisvogel.nl), que sirve elaboraciones de inspiración francesa y producto de origen orgánico en un ambiente íntimo y acogedor. Otra opción son las recetas modernas con un toque holandés de Jansz (jansamsterdam.com). Y si lo que gusta son los vinos, no hay duda, De Wijnwinkel (wijnwinkel.com) es el sitio. Ya sea para tomarlos en su maravilloso local o para llevar a casa, el despliegue de caldos es infinito.
Pero la oferta de este encantador barrio es tan amplia como tentadora, y además de tiendas de moda, cafeterías y restaurantes, también cuenta con negocios que derrochan carisma, como una de las barberías más auténticas de la ciudad, Haar Barbaar (haarbarbaar.nl); Mendo (mendo.nl), una tienda de libros especializada en el diseño en todas sus versiones –desde moda a interiores, arquitectura e incluso fotografía– o 360volt.com (360volt.com), un negocio en el que las lámparas industriales son las protagonistas.
PARA DORMIR
Pero como no hay viaje sin hotel, en Las 9 Calles ya se aseguraron de que las propuestas fueran a cada cual más atractiva. Empezando por Andaz (hyatt.com), un cinco estrellas de la cadena Hyatt rebosante de elegancia al que el diseñador de renombre mundial Marcel Wanders se encargó de darle un toque de inspiración holandesa. Y siguiendo por The Hoxton (thehoxton.com), asomado a los canales y donde sus 111 habitaciones resumen las peculiaridades y la historia de las casas del entorno.
Una línea más escandinava sigue The Dylan (dylanamsterdam.com), que acoge Vinkeles (vinkeles.com), un restaurante galardonado con una estrella Michelin ubicado en una antigua panadería del siglo XVIII, y con bicicletas de cortesía para que sus clientes puedan explorar la ciudad sobre dos ruedas.
LA DESPEDIDA DE ÁMSTERDAM
Para despedir una experiencia de lo más completa en el barrio más encantador de toda la ciudad, nada como brindar. Y no hay un lugar más idóneo para ello que Proeflokaal A. v. Wees (proeflokaalvanwees.nl), cuya carta de bebidas incluye una lista de hasta 70 ginebras destiladas en Ámsterdam y otros 60 licores auténticamente holandeses. El final perfecto para prometerse a uno mismo que, más temprano que tarde, se regresará a la hermosa ciudad. ¡Salud!
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