Chinchón es un pueblo grande del sureste de Madrid al que poca gente viene a ver monumentos, pese a que los tiene. En realidad, aquí se viene a comprar anís y ajos, a comerse unas judías chinchoneras y un lechal asado y a hacer la digestión dando un paseo por su bellísima Plaza Mayor, del siglo XVI.
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MERCADO, COSO Y ESCENARIO
La plaza, donde al final todo confluye, fue lugar de mercado y ahora lo es de mercadillos; ha sido escenario de autos sacramentales, de representaciones teatrales y de obras maestras del cine: La vuelta al mundo en 80 días, Rey de reyes, El fabuloso mundo del circo... No son pocas las estrellas que han iluminado esta plaza.
A Orson Welles solía vérsele tomando algo con los vecinos cuando estuvo aquí en 1965 grabando escenas para Campanadas a medianoche, entre otras ocasiones. Su historia de amor con Chinchón fue grande, donde repetidas veces dijo querer que lo enterrasen, por más que sus cenizas hoy reposen en otro lugar de España. A Welles le entusiasmaban las corridas de toros que se celebraban en la Plaza Mayor. El primer festejo del lugar se organizó en 1502 en honor de Felipe el Hermoso junto con su esposa, Juana la Loca. Dos siglos más tarde, Felipe V la declararía la plaza Real Coso Taurino.
La Plaza Mayor de Chinchón es, para muchos, la más bonita del mundo. Amplia y porticada, posee el encanto de la irregularidad, tanto en la planta como en las galerías de madera situadas a diversas alturas. A la plaza dan 234 balcones, denominados claros, cuyos propietarios pueden ser distintos a los de las casas, existiendo una servidumbre de paso para acceder a ellos y así poder asistir a los espectáculos que, como es natural, nadie quiere perderse.
OTROS IMPRESCINDIBLES EN CHINCHÓN
- Admirar el cuadro de Goya que se encuentra en el altar mayor de la iglesia de la Asunción (el artista residió aquí unos años).
- Subir al castillo de los condes de Chinchón, del siglo XVI, desde el que hay unas impresionantes vistas (no es posible realizar una visita al interior).
- Sentarse en alguno de sus restaurantes a tomar un asado.
- Tomar un café en el precioso claustro del antiguo convento de San Agustín, hoy parador de turismo.
- Hacer una visita guiada a alguna de sus bodegas, como bodega del Nero (bodegadelnero.com) con cinco generaciones de bodegueros que miman sus vinos en un edificio de 150 años de antigüedad.
- Acercarte al convento de Las Clarisas a comprar sus riquísimos dulces elaborados por las monjas.
HACIA COLMENAR DE OREJA
Entre Chinchón y Colmenar de Oreja, la carretera surca tierras pródigas en vinos blancos y blanca piedra caliza. Poca gente sabe que de las canteras de Colmenar salió la piedra en que se labraron las madrileñísimas fuentes de Cibeles y Neptuno.
A los colmenaretes (que así se llaman sus habitantes) no les faltan motivos para sentirse orgullosos de su localidad. Los romanos la fundaron y bautizaron con el nombre de Aurelia; perteneció a la Orden de Santiago durante la Edad Media, hasta que los Reyes Católicos se la enajenaron; y otro rey, Alfonso XIII, le otorgó el título de ciudad en 1922.
De lo que también pueden estar orgullosos es de su Playa Mayor, una joya cuadrangular de estilo castellano (1779), con tres entradas y soportales. Caminar por ella a la vera de un Ayuntamiento como el que ordenó construir Carlos III es un lujo. La plaza está rodeada de viviendas de dos alturas con soportales y balcones que semejan un enorme casillero. Las primeras de estas casas se erigieron a finales del siglo XVIII, pero la conclusión del recinto se hizo esperar hasta mediados del siglo siguiente. La razón de esta demora es que, para nivelar el conjunto, hubo que salvar una especie de vaguada, como revela el túnel de cantería que atraviesa la plaza de norte a sur y al que se accede por el arco de Zacatín.
OTROS IMPRESCINDIBLES EN COLMENAR DE OREJA
- Visitar la iglesia parroquial de Santa María la Mayor, colosal templo-fortaleza del siglo XVI trazado en buena parte por Juan de Herrera. En su interior se conservan dos frescos de Ulpiano Checa, célebre pintor colmenarete.
- Visitar el museo Ulpiano Checa y detenerse en sus obras La batalla de Waterloo, La naumaquia y Los últimos días de Pompeya, un óleo sobre lienzo de 20 metros cuadrados.
- Descubrir alguna de sus bodegas, como Bodegas y viñedos Pedro García (byvpedrogarcia.com), en el casco histórico de la localidad, visitar sus cuevas centenarias y hacer una cata de vino es un plan perfecto, y fresco, para este verano. También realizan visitas guiadas.
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