Això és ca teva en mallorquín significa «esta es tu casa». Es el leit motiv del cinco estrellas Es Príncep, que acaba de reabrir sus puertas a los huéspedes. Una hospitalidad en la que pone su empeño la familia propietaria, que quiere transmitir la misma calidez y calidad con la que las antiguas abuelas mallorquinas recibían a las visitas: ofreciéndoles lo mejor de la casa. De hecho, animan a los alojados a disfrutar de Palma y de la isla como lo hacen los residentes, mimetizándose con ellos y con esa calma por la que es mundialmente conocida la isla. Aquí saben lo que es cuidar de forma exquisita los pequeños detalles, ya que en ellos residen los placeres que hacen la vida grande.
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El hotel, el único de Palma que forma parte de la prestigiosa marca de lujo Leading Hotels of the World, tiene vistas sobre el mar y la bahía de Palma desde un enclave privilegiado en pleno casco antiguo de la ciudad. Y es que se sitúa justo encima del baluard de Es Príncep, de quien toma el nombre. Este bastión construido en el siglo XVI para fortalecer la muralla renacentista que delimitaba Palma la protegía de ataques desde el mar. En la actualidad, solo quedan dos baluartes de los 13 que existieron en la ciudad y este, restaurado hace unos años, es hoy un espacio abierto a los visitantes, cuya reforma quedó finalista en los Premios FAD de Arquitectura por su originalidad, modernidad y vistas.
Sí, el hotel está inspirado en la fortificación que le da nombre, pero combina historia y modernidad. Y prueba de ello son sus detalles arquitectónicos y de diseño, como las picas que se exponen en el sótano del edificio, encontradas durante las excavaciones de las obras de construcción, procedentes de una antiquísima adobería para el tratamiento de pieles que se ubicaría en este lugar –aquí estaba antiguamente el gremio de curtidores–. La sobriedad y las líneas rectas y modernas se combinan en su arquitectura y diseño con los materiales característicos y originarios de Mallorca: la piedra, el cobre, la madera de roble o la piel. Nada desentona en sus espacios prácticos, cómodos, multifuncionales, sobrios y cosmopolitas. Aquí se lleva el lujo de lo sencillo.
Del producto local, fresco y de calidad da cuenta la carta del restaurante gourmet Bala Roja, dirigido por el reconocido chef mallorquín Andreu Genestra. Una propuesta gastronómica innovadora realizada con técnicas culinarias internacionales, donde prima el respeto absoluto a lo que caracteriza Mallorca. Por eso, todos los platos respiran un aroma y sabor marcadamente mallorquín, mediterráneo. También para disfrutar de la comida, manteles de hilo, cubiertos del conocido como oro negro, copas de cristal fino soplado a mano en una fábrica artesanal de Mallorca, platos de diseño vanguardista, una iluminación íntima... Y, una sorpresa bajo los pies, el suelo de cristal que permite contemplar las antiguas picas para curtir la piel exquisitamente restauradas.
Ubicada en la azotea del hotel, la terraza Almaq, un lugar de encuentro al estilo de los top roof neoyorquinos que regala vistas privilegiadas de 360 grados sobre la bahía y el casco antiguo de Palma mientras se saborea un cóctel o una copa acompañada de alguno de los platos y aperitivos de su carta especial. ¿Has empezado ya a soñar?