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Maravillas de Francia Patrimonio de la Humanidad


Actualizado 18 de junio de 2020 - 13:51 CEST
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Montes que se convierten en islas por el efecto de las mareas, catedrales góticas, suntuosos palacios reales, villas amuralladas y hasta «capillas sixtinas» del arte rupestre. Entre los 45 lugares excepcionales que forman parte de la lista de la Unesco en el país vecino hemos seleccionado:

MONTE SAINT-MICHEL Y SU BAHÍA

Las mayores mareas de Europa se producen en el punto de la costa atlántica francesa donde se levanta el Monte Saint-Michel. Un monte singular porque por obra y gracia de las mareas, dos veces al día, deja de serlo para convertirse en una isla, un espectáculo natural que deja con la boca abierta. Pero también porque este islote rocoso de Normandía acoge un pueblo fortificado y una fabulosa abadía gótica coronando sus alturas.

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CANAL MIDI

El Canal de Midi es un buen lugar para estrenarse en la aventura de convertirse en capitán de barco por unos días, con la familia o un grupo de amigos como tripulantes, y navegando en total libertad y sin más experiencia que siguiendo unas sencillas pautas. Una divertida experiencia para disfrutar tranquilamente de esta tranquila vía navegable que une el río Garona en Toulouse con el Mediterráneo y es uno de los dos grandes tramos del gran canal que comunica este mar con el Atlántico.

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VALLE DEL LOIRA

Solo por ver el Tapiz del Apocalipsis en el castillo de Angers (en la imagen) ya merecería la pena una parada en la antigua capital del Anjou, aunque luego se descubre que su casco antiguo es un museo al aire libre, pero esta ciudad es, además, la puerta de entrada al valle del Loira. Ese lugar cuyo nombre evoca impresionantes castillos, mágicos pueblos a la orilla del tranquilo río, arte, una exuberante naturaleza y viñedos.

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SAINT-ÉMILION

A menos de una hora de Burdeos y en el valle de la Dordoña, este bello pueblo amurallado es un ineludible referente para los amantes del vino. Si el suave paisaje que lo rodea está cubierto por un sinfín de viñedos, en sus bodegas se elaboran algunos de los mejores caldos del mundo. Pero Saint-Émilion es también una pequeña villa monumental por la que discurren alargadas y empinadas callejuelas con casas de piedra dorada y llenas de rincones de lo más fotográfico, como el torreón Tour du Roy, el mirador de la plaza du Clocher o la plaza du Marché.

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CATEDRAL DE CHARTRES

En la región del Loira, Chartres es dueña de una impresionante catedral de estilo gótico, con un sobresaliente Pórtico Real y unas vidrieras policromadas de los siglos XII y XIII realmente espectaculares. Desde mediados de abril a mediados de octubre se puede asistir al espectáculo nocturno de luz y sonido: Chartres en lumières, un vídeo-mapping que se proyecta sobre más de 20 monumentos de todo el casco histórico, incluida la catedral.

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CARCASSONE

El tiempo parece haberse detenido en esta villa custodiada por un doble anillo de murallas. El río Aude la divide en dos ciudades separadas, pero es la Cité la que todo el mundo llega buscando. El recorrido por la villa debe comenzar por la Puerta de Narbona y continuar por su cuidado laberinto de casas medievales, hasta acabar admirando el castillo Comtal y la catedral de St-Nazaire.

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VERSALLES

Al principio, Versalles no era más que un pabellón construido por Luis XIII para ir de caza. Fue su hijo Luis XIV quien lo transformó en palacio para ser sede de la Corte y del gobierno de Francia y los reyes que le sucedieron siguieron después embelleciéndolo. El inmenso conjunto lo forman tres palacios, jardines y un parque es el gran símbolo del absolutismo real y la encarnación del arte clásico francés.

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AVIGNON

Su monumental palacio de los Papas habla a gritos de la naturaleza guerrera de la Iglesia de la época. Una fortaleza gótica de diez torres que, por su tamaño, casi hace pequeña a la catedral y que esconde tras sus gruesos muros unos magníficos tapices gobelinos en su sala de banquetes. No hay que marcharse de Avignon sin contemplar con detalle el magnífico puente sobre el Ródano y tomar un aperitivo en la plaza de l’Horloge, centro social de la ciudad, plagada de animados cafés, terrazas y un tiovivo de 1900.

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CUEVAS DE LASCAUX

El quebrado y boscoso valle de La Vézère, a unos 35 kilómetros del bonito pueblo de La Roque-Gageac, fue habitado por el ser humano desde tiempos remotos. Y no hay mejor testimonio de ello que las cuevas de Lascaux, consideradas la Capilla Sixtina del arte rupestre, cerca del lugar en que aparecieron los primeros restos del hombre de Cromañón. Imprescindible una visita al Centro de Arte Parietal de Montignac-Lascaux que contiene una reproducción facsímil de las cuevas y una completa explicación de la presencia humana y de su arte en la región desde hace 100.000 años.

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ALBI

A la orilla del río Tarn, esta ciudad marcada por la historia y cuyo nombre se debe al color rosado de la arcilla con la que se construyeron sus edificios, posee un extraordinario patrimonio artístico, cuyas joyas más preciadas son la catedral de Santa Cecilia y el Museo Toulouse-Lautrec, dedicado al artista que mejor supo retratar el París bohemio de finales del XIX. Un destino imprescindible para los amantes del arte con mayúsculas.

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MONUMENTOS ROMANOS Y ROMÁNICOS DE ARLES

En la región de la Provenza, a media hora de Nimes y junto al cauce del Ródano, Arles es una pequeña Roma en Galia, favorecida por su situación estratégica, en el corredor que unía la península itálica como la ibérica. Entre sus impresionantes ruinas romanas, su anfiteatro pasa por ser uno de los mejor conservados de Francia. Pero reconocidos también por la Unesco otras muchas impresionantes ruinas romanas, que muestran el esplendor de esa época, como el Teatro Romano, las Termas de Constantino, el Foro o la necrópolis Alyscamps. De su herencia románica, la iglesia de San Trófimo.