Una pista forestal comunica las poblaciones de Peñíscola y Alcossebre. Es la espina dorsal de este parque de sierra mediterránea que discurre paralela al mar. Sus 13 kilómetros animan a una agradable ruta en bicicleta junto al mar, bastante asequible, sobre todo si se realiza en dirección sur, desde Peñíscola, porque las principales rampas se toman cuesta abajo. Como alternativa, perfecta para caminar, podemos realizar incursiones de ida y vuelta, tanto desde una población como desde la otra, que nos permiten visitar los principales puntos de interés.
Desde Peñíscola, la senda costera asciende suavemente hasta encaramarse a los espectaculares acantilados sobre los que se alza Torre Badum, una torre de vigilancia perfectamente conservada y en un emplazamiento único.
Más al sur, el camino desciende hasta la orilla del mar, donde se encuentra una de las pocas playas de arena del parque, la del Pebret. Es la primera de muchas oportunidades para sumergirse en las aguas de la reserva marina de la Sierra de Irta, que protege, entre otros tesoros, extensas praderas de posidonia. De camino a Alcossebre es difícil resistirse a la continua tentación que suponen las múltiples calas y playas, cada cual más paradisíaca. La más famosa de ellas, Cala Mundina, se encuentra ya en el límite sur del parque, junto al faro de la localidad.
PASEOS DE INTERIOR
La Sierra de Irta tiene otra cara, la del interior, donde la montaña predomina sobre el mar, que se convierte en telón de fondo. Las cimas apenas superan los 500 metros y existen rutas de senderismo con diferentes niveles de dificultad, como la de la ermita de Santa Llúcia i Sant Benet (un itinerario lineal de 5 km y dificultad media) o la ruta entre Santa Llúcia i San Benet y la ermita de Sant Antoni por la cresta de la sierra (18,8 km y dificultad alta).
Para los menos deportistas, ambas ermitas pueden visitarse en coche desde Alcossebre y desde Peñíscola. Una visita muy recomendable, tanto por su belleza como por las excelentes vistas que, en los días claros, alcanzan las islas Columbretes, a treinta millas de la costa.
También interesantes, las visitas a los castillos de Xivert y de Pulpis, que comparten su origen árabe y su cesión, tras la conquista, a la orden de los templarios. El primero ha llegado en mejor forma a nuestros días, pero ambos constituyen una excelente excursión por la parte más frondosa de la sierra.
Para terminar de desgranar todos los secretos de esta sierra tendremos que acercarnos al Centro de Interpretación de la Sierra de Irta, en la carretera de acceso a Peñíscola desde la N-340. Allí, además de una pequeña exposición, pueden orientarnos sobre distintas actividades y rutas dentro del parque natural.
MUY PRÁCTICO
¿CÓMO LLEGAR?
La Sierra de Irta se encuentra a 60 kilómetros al norte de la ciudad de Castellón, en la comarca del Baix Maestrat. La pista sin asfaltar que recorre el parque está abierta al tráfico e incluso existen aparcamientos en algunas playas. Sin embargo, la dificultad de varios de los tramos y, sobre todo, el disfrute y respeto de este paisaje único aconsejan dejar el vehículo en los accesos y disfrutar la sierra a pie o en bicicleta.
ACTIVIDADES
Algunas empresas como Itinerantur (itinerantur.com) organizan visitas guiadas por el parque. También es posible realizar excursiones en barco por la reserva marina y expediciones con snorkel para principiantes, con salidas desde el puerto de Alcossebre como las de empresas como Barracuda Buceo (barracudabuceo.com).
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