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Si nos situamos en el cabo Matxitxako, el punto más septentrional de Bizkaia y el punto exacto en el que el monte Sollube se rinde al mar, hacia el oriente veremos la isla de Ízaro y detrás la mole poderosa del cabo de Ogoño, que guarda la desembocadura de la ría del Urdaibai. Y hacia poniente, tras el islote de Aketxe, un istmo diminuto coronado por una pequeña construcción. Es San Juan de Gaztelugatxe, la ermita más marinera de cuantas se asoman al Cantábrico. La primera se erigió en el siglo IX y después se convertiría en un convento, hasta que los monjes la abandonaron. Una larguísima escalera lleva hasta ella, elevada sobre un gran peñasco al que, según la leyenda, trepó Juan el Bautista. Roca, mar y viento se combinan en este mágico islote rodeado de acantilados y playas salvajes de piedra que es uno de los rincones imprescindibles de la costa vasca.
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Gaztelugatxe significa en español «peña del castillo» y es uno de los lugares más famosos e instagrameados del País Vasco, especialmente desde que apareció como Rocadragón en la séptima temporada de Juego de Tronos.
A lo largo del camino se encuentran las 14 estaciones de un viacrucis.
El peñasco, atravesado por túneles y con varios arcos, fue codiciado desde antiguo, incluso por piratas como Drake, el corsario que tantos quebraderos de cabeza causó a los españoles de su siglo.
Las aguas que median entre el cabo Matxitxako y Gaztelugatxe constituyen un biotopo protegido con una flora y una fauna únicas en su especie. Un verdadero paraíso submarino en el que las algas, que aquí se dan en cantidad y variedad, alimentan importantes colonias de crustáceos y peces de numerosas especies.
Situado como está a medio camino entre Bakio y Bermeo, el lugar es venerado por igual por las gentes de ambas localidades. Los de esta última celebran su fiesta el 24 de junio, el día grande del santo. Y los de Bakio el 29 de agosto, coincidiendo con San Juan Degollado.
En el siglo XI, la ermita, que se llamaba San Juan del Castillo, fue donada a los monjes de San Juan de la Peña, en la Corona de Aragón.
La ermita es un lugar mítico para los arrantzales (pescadores) de la zona. De ello dan fe los exvotos que permanecen suspendidos del techo y la costumbre de los barcos de Bermeo de dar tres vueltas alrededor de ella cuando salen y regresan para las campañas de pesca.
Otras leyendas dice que el santo de este lugar intercede para ayudar a las mujeres que sufren algún problema de fertilidad. Y que en las cuevas del peñón la Inquisición encerraba a los acusados de brujería.
En 1963 se colocó en el fondo del mar una imagen de la Virgen de Begoña, patrona de Bizkaia, a la que se le realiza diferentes ofrendas florales.
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Contemplar San Juan desde el mirador que se asoma al acantilado, así se aprecia el peñasco unido a la costa por un hilo. Mucho mejor llegar a la cima a la hora del atardecer.
Caminar por el estrecho sendero de piedra ascendiendo los 241 escalones que serpentean por el risco marino y salvan la lengua de mar hasta llegar a la ermita, a 150 metros de altura. A un lado y a otro, disfrutar de las vistas al mar.
Al final de la escalinata, posar el pie sobre la huella que, según dice, dejó allí San Juan Bautista, pues trae buena suerte.
Tomarte un pequeño respiro a las puertas de la ermita, reconstruida en múltiples ocasiones por incendios y batallas a lo largo de los siglos. Normalmente está cerrada, pero fuera está la campana que hay que tocar tres veces para pedir un deseo y ahuyentar los malos espíritus, como manda la tradición. Junto al sencillo templo hay un pequeño refugio de piedra para protegerse del viento o reponer fuerzas con un almuerzo.
Hacer una excursión en barco desde Bermeo a Gaztelugatxe para tener otras perspectivas. O, en este mismo barco, hacer la travesía más larga hasta las playas de la desembocadura de la ría de Urdaibai, Reserva de la Biosfera de la Unesco.
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San Juan de Gaztelugatxe se encuentra en un profundo saliente entre Bermeo (en la imagen) y Bakio, en la costa de Bizkaia. Llegar a la ermita no tiene pérdida.
Ir con calzado cómodo para caminar por el empedrado del puente. El recorrido total es de unos 3 kilómetros.
Existen 2 rutas para llegar a pie. Una más corta y con fuerte desnivel que parte del restaurante Eneperi y desciende la colina por un trayecto que combina tierra y asfalto. La segunda, más larga, lleva por una carretera asfaltada sin paso de vehículos y brinda un mirador para apreciar el paisaje.
En verano, puedes bañarte en las pequeñas playas de piedra que se forman al pie de la escalinata.
Aunque la entrada es gratuita, es necesario sacar un ticket de entrada que se obtiene online en tiketa.eus/gaztelugatxe/
VISITA VIRTUAL
Para hacerte una idea de cómo es San Juan de Gaztelugatxe, puedes visualizar este tour virtual: youtube.com/watch?v=LBFQ8aTad9I o a vista de dron: youtube.com/watch?v=sHULwTuhYF4
