MARAVILLAS DESDE MI PANTALLA / 38
A poco más de dos horas en coche desde París, las tierras normandas guardan un paisaje único en el mundo. Son los acantilados de Étretat, una pequeña localidad que brilla en la línea de la costa Pays de Cauxlos, en la Normandía francesa, asomados como un teatro abierto sobre el Canal de la Mancha. Sus paredes verticales, que llegan a alcanzar 150 metros, resultan grandiosas y prodigiosas cuando la luz solar las ilumina, pero también deslumbran cuando, en la bajamar, se despejan las playas salvajes y los criaderos de ostras del siglo XVII. La mejor forma de descubrir la célebre costa del alabastro es caminar por los senderos balizados que recorren sus alturas en compañía de gaviotas plateadas y halcones peregrinos. Así lo hicieron, cuando todo era campo salvaje, algunos ilustres pintores, dando a conocer esta franja costera de casi 145 kilómetros, entre Le Tréport y el cabo de la Hève, donde manda el fresco viento del Atlántico.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
SABÍAS QUE…
En los jardines de Étretat (en la imagen) Claude Monet pintó en 1886 uno de sus cuadros más famosos, Falaises d'Étretat. Una estatua de mimbre, su paleta y una reproducción del lienzo recuerdan hoy en este lugar al artista, donde también sorprenden sus esculturas de caras de bebés y bambús gigantes.
Pintores famosos como Claude Monet, Eugène Bodin o Gustave Corbet dieron a conocer con sus cuadros este tramo de la costa francesa.
El más famoso de los acantilados es un arco de piedra de más de 70 metros sumergido en el mar conocido como el Ojo de la Aguja (Falaise d'Aval), aunque más popularmente como la Trompa del Elefante, por su característica forma. Un lugar que cautivó al célebre escritor francés Guy de Maupassant, nacido en la cercana Fécamp.
El reconocido autor francés Maurice Leblanc ambientó en este lugar una de sus novelas del famoso héroe Arsène Lupin, titulada La aguja hueca.
Étretat nació como pueblo de pescadores, pero se ha convertido en un conocido destino balneario.
IMPRESCINDIBLES
Caminar por los senderos balizados que recorren las alturas de estas escarpaduras contra las que se bate el Atlántico.
Admirar desde los jardines Étretat una de las mejores vistas de estas paredes verticales y de la playa. Se encuentran junto a la capilla de Nuestra Señora de la Guardia, en lo alto del acantilado de Amont.
Hacer una excursión en barco por el entorno de los acantilados para verlos desde el mar con otro punto de vista. También es posible embarcarse en un antiguo velero, sobrevolarlos en un ultraligero o practicar el kayak o el paddle surf para acercarse aún más a ellos.
Visitar en el acantilado de Amont el Museo del Patrimonio de Étretat, un descubrimiento de la historia de esta localidad del norte de Francia.
Acercarte a conocer en Étretat Le Clos Lupin, la original casa del autor Maurice Leblanc.
Visitar el château des Auygues, una antigua residencia de verano del siglo XIX de las reinas de España con muebles y recuerdos de las familias reinantes del siglo XIX, incluidas colecciones de porcelana de China.
A poco más de 15 kilómetros al norte de Étretat se encuentra Fécamp, otro pueblo asomado a la costa de alabastro, en cuya abadía benedictina se producen unos deliciosos licores que hay que probar.
MUY PRÁCTICO
Para llegar a los acantilados desde España primero hay que volar a París y después continuar la ruta en coche. Étretat está a unos 200 kilómetros de la capital francesa.
Antes de visitarlos es importante mirar las tablas de las mareas (maree.info), ya que con alta no se puede acceder a algunas zonas de playa y con la marea muy baja se puede pasear incluso bajo los arcos de los acantilados de Étretat.
La subida a los acantilados es algo dura, pero compensa las paradas que brindan los distintos miradores.
Conviene tener en cuenta que el viento sopla con fuerza en este tramo de la costa norte francesa, por lo que es mejor ir provisto con ropa adecuada. La lluvia también es frecuente.
VISITA VIRTUAL
Empieza tu visita a los acantilados de Étretat con este paseo virtual: es.france.fr/es/normand%C3%ADa/articulo/en-etretat