GOSLAR
En la Edad Media, Goslar fue la ciudad imperial favorita de los emperadores. Desde 1992, su casco antiguo es Patrimonio de la Humanidad, con dos tercios de sus edificios protegidos, cuyas fachadas denotan la posición social y la riqueza de sus antiguos dueños. A una veta de mena descubierta en el monte de Rammelsberg, ubicado a dos kilómetros de Goslar, le debe esta ciudad de la Baja Sajonia su riqueza, una antigua mina convertida en museo y también en la lista de la Unesco.
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CATEDRAL DE AQUISGRÁN
El lugar donde reposa Carlomagno fue durante 600 años el lugar en el que se coronaron más de 30 reyes alemanes y el primer bien cultural alemán en la lista de la Unesco. Un templo que empezó su construcción en el año 790 a partir de la Capilla Palatina –monumento principal del arte carolingio– en esta ciudad próxima a la frontera con Bélgica y los Países Bajos que el gran emperador de Occidente quiso convertir en una nueva Roma.
ISLA DE LOS MUSEOS DE BERLÍN
No es uno, sino cinco son los museos que conforman esta isla situada entre el río Spree y Kupfergraben. El Museo Antiguo, el Nuevo, el de museo Pérgamo, Bode y la Alte Nationalgalerie reúnen en menos de un kilómetro cuadrado más de 6000 años de arte –desde la antigüedad hasta el siglo XIX–, un conglomerado cultural al que habría que dedicar días y días para abarcar en su totalidad. El busto de la egipcia Nefertiti, el Altar grecorromano de Pérgamo y los tesoros de Persia son principales atractivos arqueológicos.
HAYEDO DE HAINICH
Una selva virgen crece en pleno corazón de Alemania. Así es el hayedo de Hainich, en el estado de Turingia, el mayor bosque de hoja caduca del país, con árboles centenarios y más de 8600 especies animales. Además de parque nacional forma parte de los Hayedos primarios de los Cárpatos y Alemania como Patrimonio de la Humanidad.
PLAZA DEL MERCADO DE BREMEN
El centro neurálgico de esta bonita ciudad alemana orillas del Weser no puede ser más encantador, con el edificio del ayuntamiento –con su fachada renacentista y su gran sala gótica– y la famosa estatua de Rolando (en la imagen), cuya leyenda cuenta que la ciudad permanecerá libre e independiente mientras siga en pie, dos joyas declaradas Patrimonio de la Humanidad. Pero también por sus animadas y la divertida estatua que representa a los cuatro animales protagonistas del famoso cuento de los hermanos Grimm, Los músicos de Bremen, ante la que pedir un deseo.
ABADÍA DE CORVEY
importantes eruditos e historiadores, además de una corriente de misioneros que evangelizaron el norte de Europa salieron de esta abadía fundada en la Edad Media muy cerca de la localidad de Höxter, en el estado de Renania del Norte-Westfalia, que llegaría a ser uno de los santuarios monásticos carolingios más privilegiados de la Sajonia del siglo IX. La visita por ella recorre su biblioteca principesca, los jardines, el castillo, el cementerio y la iglesia original, con sus dos torres gemelas que son el gran símbolo de la abadía.
QUEDLINBURG
En el estado federado de Sajonia-Anhalt, en la región del Harz y a orillas del río Bode, Quedlinburg es una ciudad llena de encanto, lugar de nacimiento de la nación alemana, en cuya colina de Schlossberg fue coronado el primer rey alemán, Heinrich I. Una ciudad con 1300 edificios con entramados de madera y aires medievales a los que se suma una preciosa plaza del Mercado, el castillo renacentista en lo alto de la montaña y la histórica basílica de San Servasio.
CATEDRAL DE COLONIA
Entre 1880 y 1884, la catedral gótica de Köln era, con sus 157 metros de altura, el edificio más alto del mundo. Aunque desde hace tiempo ya no lo es, su campanario sigue siendo de los más altos de Alemania. En su interior hay que poner la atención al ostentoso relicario que guarda los restos de los tres Reyes Magos de Oriente y el crucifijo de Gero del siglo IX.
ABADÍA DE LORSCH
Lorsch es una pequeña localidad medieval de Hesse, a unos 60 kilómetros al sur de Frankfurt. Y guarda uno de los tesoros más importantes del país, esta abadía imperial que fue una de las más importantes del Imperio carolingio y la Alta Edad Media, el centro de la ciencia de la medicina de la época. A pesar de que gran parte de sus dependencias están hoy en ruinas, es uno de los edificios prerrománicos más importantes de Alemania.
BAMBERG
Rodeada por un exuberante paisaje verde, Bamberg es una encantadora ciudad que a sus residentes les gusta comparar con Roma por las siete colinas que la protegen. Pero también con Venecia, ya que en las orillas del río Regnitz, se alinean preciosos edificios del siglo XIX junto a un entramado de casas de madera con balcones y pequeños jardines y su pequeña barquita a la puerta. Su catedral, –la Antigua y la Nueva–, o el Ayuntamiento, construido en una isla en el centro del río son algunos de sus méritos arquitectónicos, pero Bamberg también tiendas modernas, una activa programación cultural, una animada vida nocturna y nueve fábricas de cerveza que producen más de 50 tipos diferentes de cerveza.
PARQUE WILHELMSHÖHE
Cascadas, juegos de agua, templos, grutas, templetes, castillos, jardines y palacios adornan este parque barroco repleto de joyas naturales y arquitectónicas que lo hacen único. Entre sus numerosas atracciones, el Palacio Wilhelmshöhe, con sus famosas colecciones de arte, el castillo Löwenburg (en la imagen), construido como ruina artificial, y la estatua de Hércules, emblema de la ciudad de Kassel.
FUERTE ROMANO DE SAALBURG
La estatua de Antonino Pío da la bienvenida a este antiguo fuerte militar romano construido en la cadena montañosa del Taunus, cerca de la carretera que une Bad Homburg y Werheim. El que formaba parte de la cadena de fortificaciones que protegían la frontera norte del Imperio romano, declarado en su conjunto Patrimonio de la Humanidad, es, gracias al káiser Guillermo II, encargado de su reconstrucción, museo al aire libre y centro de investigación.
PALACIOS AUSGUSTUSBURG Y FALKENLUST
Los príncipes-arzobispos de Colonia del siglo XVIII tenían buen gusto y eligieron estos dos palacios situados en la ciudad de Bruhl como residencia de recreo y sus bosques para dar rienda suelta a su afición por la cetrería. Son dos de los monumentos más significativos de los estilos rococó de Alemania y se encuentran unidos por un encantador paseo ajardinado.
IGLESIA DE WIES
Fue un milagro lo que puso en pie este templo del distrito de Weilheim-Schongau, en el estado de Baviera, cuando en 1738 una campesina vio cómo manaban de los ojos de un Cristo de madera flageado lágrimas de verdad. El suceso corrió como la espuma y desde entonces es un destacado lugar de peregrinación. Para albergarla se levantó una pequeña capilla, que sería el origen de esta iglesia con un elaborado interior de estilo rococó.