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Mantener la distancia de seguridad, así como seguir una lista de recomendaciones de higiene es fundamental para evitar los contagios por coronavirus durante los viajes en avión. Pero, ¿qué pasa cuando esto no resulta viable? Durante estos meses las aerolíneas de todo el mundo han visto cómo se paraba su actividad o se reducía hasta mínimos nunca vistos debido a las restricciones. La necesidad de sentar unas bases que beneficien tanto a las aerolíneas, como los viajeros se ha vuelto a poner sobre la mesa tras la polémica surgida por un vuelo de Iberia –Madrid-Gran Canaria– por la alta ocupación y la falta de distancia entre pasajeros.
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Entre las medidas que se plantean en los vuelos está la de procurar la máxima separación posible entre los viajeros. Mantener el asiento central libre es una opción poco factible para las compañías, que creen que viajar a un tercio o la mitad de la ocupación es inviable económicamente. Para sufragar dichas pérdidas habría que aumentar los precios de los billetes hasta un 50%, lo que, según IATA, podría suponer el fin de algunos modelos de aerolíneas low cost.
El sometimiento de viajeros a una cuarentena al llegar al destino y el seguimiento durante ese tiempo por parte de las autoridades es otra de las medidas que touroperadores y aerolíneas ven inviables, ya que aquellos que quieran hacer un viaje corto no podrían realizarlo.
Hasta ahora, los únicos vuelos permitidos son aquellos que se pueden justificar como causa mayor, como visitar a un familiar enfermo o por temas laborales. Pero, según la orden del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, a partir de que Canarias y Baleares pasaron a la Fase 1 se adoptaron medidas para flexibilizar la movilidad de personas entre las islas. Por el momento se ha establecido una frecuencia de dos vuelos diarios, cifra que irá en aumento a medida que se vaya pasando de fase.
Tanto España, como el resto de países de la Unión Europa esperan que se establezcan unas reglas de actuación común que garanticen el turismo, pilar económico y fundamental de cualquier país. Por el momento, Italia, Alemania, Francia y España están en contacto para elaborar un protocolo de actuación conjunto para permitir vuelos en verano sin condiciones de cuarentena recíproca, lo cual estimularía el turismo.
Pero, ¿es seguro viajar en avión?
Desde las aerolíneas responden que sí. Entre las medidas aplicadas actualmente en los vuelos están la obligación de llevar mascarillas para las tripulaciones y los pasajeros (en caso contrario, se denegará el embarque), desinfecciones constantes, nada de servicio de catering a bordo, ni de material de lectura impreso y limpieza del aire cada tres minutos. Algunas compañías, entre ellas Iberia y Ryanair, cuentan ya con filtros HEPA que eliminan virus y bacterias del aire con una eficacia del 99,9% cada tres minutos. Las aeronaves serán sometidas a una limpieza exhaustiva e higienización, igual que las instalaciones aeroportuarias, donde se impondrá la limitación de aforo, la reordenación de las filas de facturación, del embarque y puntos de atención al cliente para mantener las distancias... Al personal del aeropuerto, dentro de ese plan integral de seguridad e higiene, se le impondrán test serológicos, uso de EPI y otras medidas higiénicas y de desinfección de útiles de trabajo.
Aena prepara actualmente una guía de seguridad en sus instalaciones que estará lista en el mes de junio, en la que plantea limitar los asientos en zonas de espera para el embarque, denegar el acceso a la terminal de los acompañantes de los viajeros, la distancia de seguridad entre pasajeros en los aeropuertos, evitar flujos cruzados de personas, medidas de higiene...
Las aerolíneas se muestran también a favor de tomar la temperatura a los pasajeros antes de embarcar y del pasaporte sanitario que certifique que los viajeros están sanos. Algunas, como Emirates, ya se han adelantado y realizan además test rápidos a los viajeros para asegurarse que ningún asintomático sube al avión, además de no permitir viajar con equipaje de mano, con la única excepción de ordenadores portátiles, utensilios de bebé y bolsos.
Por otra parte, la Comisión Europea para paliar los posibles efectos devastadores sobre el turismo ante la temporada de verano, ha instado a levantar las prohibiciones al turismo de forma gradual, sin cuarentenas ni pasaporte sanitario entre las áreas, regiones o países que están en condiciones sanitarias similares y con capacidad de rastreo y control de casos. Por otra parte, la Comisión también mantiene que se debe garantizar que los viajeros puedan elegir entre cupones o reembolso en efectivo por las cancelaciones de billetes por un periodo mínimo de 12 meses, permitiendo la flexibilidad e incluso ser transferibles a otro viajero, y ser reebolsables después de un año como máximo si no se canjean.