AIGÜESTORTES
Un verdadero santuario natural en el corazón del Pirineo de Lleida es este parque nacional donde el agua es el principal protagonista, con cascadas y casi 200 estanys (lagos) de montaña, pero también con bosques de abetos centenarios y pino negro, praderas y el símbolo del parque, el macizo de Els Encantats.
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NACIMIENTO DEL RÍO MUNDO
La Tierra depara sorpresas únicas y la que tiene lugar muy cerca de la localidad albaceteña de Riópar, en el Parque Natural de los Calares del río Mundo y de la Sima, entre la sierra de Alcaraz y la del Segura, es espectacular. Es el «reventón», que así se conoce a la brusca explosión de agua que, varias veces al año, provoca al nacer el río Mundo, cayendo en forma de cascada desde un centenar de metros y dibujando saltos y colas de caballo de gran vistosidad.
BARDENAS REALES
Parece la Luna, pero es Navarra. Cosas de la Tierra. Un paisaje semidesértico inmenso, próximo a Tudela, que se extiende a lo largo de 42.500 hectáreas. Barrancos, mesetas planas y cerros solitarios conforman este parque natural declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco de lo más cinematográfico. Tanto es así que ha servido de escenario para numerosos vídeos musicales, películas y series, como Juego de Tronos.
DOÑANA
Pinares y marismas, lagunas y riberas, playas, dunas y cotos, alcornocales y algaidas adornan uno de los más fascinantes espacios naturales de Europa, declarado Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad. Junto a la desembocadura del Guadalquivir, el agua ha creado un ecosistema de incalculable valor, un auténtico santuario para las aves acuáticas.
PLAYAS DE FUERTEVENTURA
Contrasta en Fuerteventura la aridez de su interior, una geografía pedregosa de tonos ocres que evoca el cercano desierto sahariano, con la espectacularidad de un litoral lamido bravíamente por aguas de color azul turquesa. Las playas de la península de Jandía, un impresionante bastión arenoso sin obstáculos a la vista que alcanza los 30 kilómetros, son el mejor testimonio de un paisaje grandioso.
TIMANFAYA
El insólito paisaje de Timanfaya, en la isla de Lanzarote, parece salido de una película de ciencia ficción. Es un lugar árido, inhóspito, sin actividad humana, pero, sin embargo, un verdadero laboratorio natural donde estudiar el vulcanismo reciente. Y además con una gran riqueza biológica y un gran número de endemismos vegetales y animales. En este apocalíptico lugar las llamadas Montañas de Fuego se elevan sobre mares fósiles de lava y surgen ríos petrificados, grietas, barrancos y dunas de roca que las nubes hacen brillar con destellos minerales que dejan con la boca abierta.
ORDESA
Lo tiene todo: picos de 3000 metros (entre los que sobresale el Monte Perdido), espectaculares cascadas entre hoces y paredones, restos de glaciares, espesos bosques de hayas, el macizo más alto de Europa. Así se entiende que la Unesco haya nombrado este parque nacional Patrimonio de la Humanidad y Reserva de la Biosfera. De los cuatro valles por los que se extiende –Ordesa, Añisclo, Escuaín y Pineta–, el primero es el que tiene mayor fama. Entre sus imprescindibles: las cascadas del Estrecho, la Cueva, las Gradas de Soaso y, sobre todo, la Cola de Caballo; el centro de visitantes El Parador, el pueblo de Torla, el cañón de Añisclo y las gargantas de Escuaín.
GARAJONAY
La Gomera tiene el honor de acoger el mejor bosque de laurisilva del mundo. Una húmeda, umbría y siempre verde selva subtropical declarada parque nacional y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Favorecido por los vientos alisios y embellecido por erosionados roques, este bosque virgen envuelto en nieblas y adornado de magia y leyenda es un auténtico paraíso para los amantes del senderismo.
BUFONES DE PRÍA
La naturaleza tiene esas cosas, que nunca deja de sorprendernos. Y el fenómeno de los bufones es uno de ellos. En los días que el mar está agitado, el agua golpea con fuerza la roca caliza de los acantilados, colándose por sus grietas y provocando la expulsión del aire comprimido. Una especie de géiser en la costa que, en la localidad asturiana de Llames de Pría resulta de lo más vistoso.
SELVA DE IRATI
La naturaleza ha sido generosa con Navarra y entre sus paisajes más espectaculares se encuentra el que es uno de los bosques de hayedos y abetos más extensos y mejor conservados de Europa. Un tesoro natural de gran valor ecológico y en el que conviven zorros, jabalís o ciervos que se puede descubrir por sus senderos de diferentes niveles.